El plan de deportaciones presentado por Trump se parece mucho a lo hecho por…Barack Obama.

El republicano actualizó el sábado su plan de deportaciones, diciendo que se enfocará en "2 millones de extranjeros criminales", un plan que en la práctica podría no ser muy diferente al que por años realizó el actual mandatario.

Al presentar su “contrato con el votante estadounidense”, una plataforma de gobierno para sus primeros 100 días, Donald Trump dijo el sábado que el primer día en la Casa Blanca comenzará a expulsar a los más de 2 millones de “ilegales criminales” que viven en este país y cancelará todas las órdenes ejecutivas del presidente Obama, abriendo paso para la vuelta al estatus indocumentado de más de 700,000 jóvenes con DACA.

Y aunque suena alarmante, la promesa de Trump es una versión “moderada” de su llamado inicial a la deportación de 11 millones de indocumentados y de sus hijos ciudadanos, y se parece mucho al estatus quo que existía durante los primeros años del gobierno del presidente Barack Obama, cuando el demócrata activó al máximo los programas de 287 g y Comunidades Seguras, no existía la protección de  DACA y el gobierno federal aún no usaba su “discreción procesal” para priorizar la deportación de extranjeros con delitos en su haber.  

Activistas de los derechos de los inmigrantes indicaron que esta promesa de Trump requeriría “un estado policial, cooperación de la policía local”, que es justamente lo que muchos de estos grupos pelearon durante años bajo el gobierno de Barack Obama, con su uso de Comunidades Seguras y los contratos 287g para dar atribuciones de agentes de inmigración a policías locales.

Los años de protestas y demandas contra el gobierno, generaron algunos cambios, entre ellos el abandono del programa “comunidades seguras”, bajo creciente crítica por líderes policiales que argumentaban que era contraproducente al crear temor entre la comunidad inmigrante de reportar delitos de los que eran víctimas. También se cree que fue una estrategia que llevó a abusos del “perfil racial” por las autoridades a la hora de detener a “sospechosos de ser indocumentados”.

Otros señalaron que el presidente Obama deportó, durante sus dos gobiernos, a más de 2.5 millones de personas y separó a infinidad de familias. Los deportados bajo las leyes actuales incluyen a residentes legales que han cometido delitos graves, una población que según expertos, está incluida en la cifra que Trump atribuye a “los ilegales”.

Pero la cifra que hoy da Trump, dicen, es exagerada. Que hoy en día existan 2 millones de “extranjeros criminales” sin papeles en Estados Unidos ha sido refutado por cálculos de diversas organizaciones, quienes estiman que más de la mitad de esos 2 millones son residentes legales y no indocumentados, es decir, personas con “green card” que pueden ser deportables si cometen algún delito grave.

La cifra de 2 millones que cita la campaña de Trump viene supuestamente de un estimado del Departamento de Seguridad Nacional que en 2013 calculó que existen en el país 1.9 millones de “extranjeros criminales deportables”.

Pero no todos ellos son indocumentados. Según el Migration Policy Institute, una organización que realiza investigaciones sobre inmigración con sede en Washington DC, alrededor de 820,000 son indocumentados que han cometido algún delito.

De estos, según MPI, 300,000 han sido convictos de un delito grave y 390,000 de un delito menor “serio”. El resto son inmigrantes que están aquí legalmente y que pueden ser o no deportables, dependiendo de la razón por la cual están en la “lista de extranjeros criminales”.

No está claro cuántos de estos extranjeros aún viven en Estados Unidos, ya que el cálculo data de hace tres años, pero la aplicación de medidas de deportación agresiva llevaron durante los primeros años de Obama a la deportación de ciudadanos y personas sin delito alguno, así como a la separación de cientos de miles de familias, dejando a muchos niños en hogares de crianza, una situación que probablemente se acentuaría de regresar a estas y otras medidas agresivas de deportación como las que propone Trump.

El propio Trump reconoció durante el último debate que “Obama a deportado a millones” y estimó que “nadie sabe esto”, aunque está claro que la comunidad latina y muchos estadounidenses que leen los periódicos lo saben muy bien. No obstante, Obama nunca ha recibido crédito del partido republicano por estas deportaciones y muchos en ese lado del espectro político aún considera que he tenido “mano blanda” con los indocumentados.

La candidata demócrata Hillary Clinton, quien ha expresado apoyo a la deportación de delincuentes –la mayoría de los estadounidenses, incluyendo latinos, apoya la deportación de delincuentes graves-respondió diciendo que Trump quiere “deportar a 16 millones de personas” y argumentando que este plan “sería una pesadilla logística que destruiría nuestra economía”.

Clinton dijo durante el debate, que Trump mandaría a policías “ a las casas y negocios de todo el país” a buscar inmigrantes, pero el plan migratorio presentado por Trump este sábado se parece mucho más al realizado por Barack Obama que a lo prometido desde hace meses por el mismo Trump.

La candidata del Partido Verde Jill Stein apuntó entretanto que Clinton apoyó una valla fronteriza en el pasado y que “no ha sido amiga de los inmigrantes”.

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