Muerte de Castro abre interrogante sobre apertura hacia Cuba

Trump prometió que su gobierno “hará todo lo que pueda para asegurar que el pueblo cubano pueda finalmente comenzar su trayecto hacia la prosperidad y libertad”.

WASHINGTON.- La muerte del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro (1926-2016), deja abierta la posibilidad de profundizar las reformas económicas en la isla pero también desata incertidumbre sobre el proceso de apertura y normalización entre EEUU y Cuba.

Tras la muerte de Castro anoche a los 90 años, las imágenes de televisión mostraban, simultáneamente, reacciones de júbilo entre el exilio cubano en el sur de Florida, y de luto o silencio en las calles de La Habana.

Es que, como la “singular figura” histórica que fue –como lo describió hoy el presidente Barack Obama– Castro era, según aliados y enemigos, un líder tan carismático como polémico, que enarboló la causa “antiimperialista” contra EEUU e inspiró a movimientos de izquierda en las Américas, sobre todo por los avances en la educación, la salud pública, y la igualdad racial.

Pero también se convirtió en la singular obsesión del exilio cubano desde 1959,  que denunció su represión de la disidencia, y ahora aguarda el siguiente capítulo bajo la Administración Trump.

El régimen castrista desde siempre responsabilizó al embargo de 1961–un vestigio de la Guerra Fría- por las carencias en la isla, pero sólo el Congreso puede deshacerlo, y eso sigue siendo una quijotesca tarea.

Pero James Williams, presidente de la coalición “Engage Cuba”, consideró que corresponde al Congreso levantarlo, y continuar el progreso de los últimos años “para mejorar la vida de los millones de cubanos en la isla”.

Trump ha dicho que el gobierno de EEUU debe funcionar como una empresa, y ningún negocio mantendría una fallida estrategia durante 55 años, ni siquiera uno de los suyos, “por eso creemos muy improbable que revierta cambios” que han abierto el mercado cubano a las empresas estadounidenses, dijo Williams.

COBERTURA SOBRE LA MUERTE DE FIDEL CASTRO

Tras la abstención de EE.UU. en la ONU, ¿cómo sigue ahora el proceso de anulación del embargo a Cuba?
Tras la abstención de EE.UU. en la ONU, ¿cómo sigue ahora el proceso de anulación del embargo a Cuba?

Legado de apertura de Obama

Desde 2009, Obama prometió una política de acercamiento con los archienemigos de EEUU, y en el caso de Cuba tomó medidas para corregir la “fallida” política de aislamiento para fomentar un cambio democrático.

Así, Obama entregará la presidencia en enero próximo dejando en pie medidas ejecutivas que restablecieron las relaciones diplomáticas; flexibilizaron los viajes y remesas; ampliaron el comercio; restablecieron el servicio de correos y los vuelos aéreos; aumentaron los intercambios académicos, deportivos, religiosos y culturales, y han alentado la incipiente empresa privada en la isla.

A cambio, el gobierno cubano puso en libertad al subcontratista estadounidense, Alan Gross, y a otros 53 prisioneros políticos pero, para sus detractores, sobre todo los legisladores cubanoamericanos, las medidas han sido un premio inmerecido ante las violaciones a los derechos humanos en ese país.

Un cartel en La Habana anuncia la visita de Obama a Cuba.
Un cartel en La Habana anuncia la visita de Obama a Cuba.

La deuda de Trump con el exilio cubano

En septiembre de 2015, rompiendo filas con la mayoría de los republicanos en el Congreso y con sus rivales en la contienda, Trump dijo apoyar la apertura por considerar que “50 años eran suficientes”.

Más adelante, ofreció tibias críticas a Obama, sugiriendo que él hubiese logrado un mejor trato con el regimen castrista.

“Creo que está bien, pero debimos haber hecho un mejor trato. El concepto de apertura con Cuba está bien”, afirmó Trump entonces en un entrevista con “The Daily Caller”.

En marzo pasado, Trump dijo a la cadena CNN que le parecía bien reintegrar a Cuba al concierto de naciones, además de expresar interés en establecer un hotel en la isla.

Posteriormente, en un guiño al exilio cubano en Florida –un estado clave en la contienda-, Trump apoyó revertir la reapertura diplomática.

Hoy mismo,  Trump prometió que su gobierno “hará todo lo que pueda para asegurar que el pueblo cubano pueda finalmente comenzar su trayecto hacia la prosperidad y libertad”.

Kristina Arriaga, directora ejecutiva de “Becket Fund for Religious Liberty” dijo que la muerte de Castro no elimina su “régimen represivo”,  y EEUU debe apoyar al pueblo cubano y no al régimen como hasta ahora.

Pero nadie sabe con certeza el alcance de sus promesas electorales -ya ha modificado varias- y si eliminará algunas o todas las medidas ahora en vigor.

Parte de la respuesta saldrá cuando anuncie a su futuro secretario de Estado, puesto para el que se barajan nombres como Mitt Romney, excandidato presidencial de 2012; Newt Gingrich, expresidente de la Cámara de Representantes (1995-1999); el senador Bob Corker, y John Bolton, exembajador de EEUU ante la ONU (2005 y 2006).

Momento coyuntural 

El analista político, Peter Kornbluh, dijo a la cadena CNN que hay al menos dos escenarios:  la posibilidad de mayores tensiones, si se percibe que Trump intenta aprovechar una inestabilidad,  y una ventana a una política “más racional”, porque esto “en realidad no cambia” ni la relación bilateral ni el liderazgo en el futuro previsible en Cuba.

NOTICIAS DE CUBA

Omar López Montenegro, director de derechos humanos de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), destacó que “el cambio verdadero va a venir de adentro, por la acción de los cubanos” en la isla.

“La Historia enseña que los regímenes comunistas han sido derrocados por la acción colectiva del pueblo. Cualquier gobierno puede ayudar, pero está en manos de los cubanos determinar su destino… esperamos que el entrante gobierno de EEUU apoye a la oposición interna, a los grupos pro-democracia, en un momento coyuntural para la isla”, subrayó López Montenegro, cuyo grupo consideró clave que la diáspora cubana “deje de lado las rencillas” y trabaje en pos de la libertad plena en Cuba.

Andrew Otazo, director ejecutivo de “Cuba Study Group”, expresó el deseo de que la muerte de Castro “lleve un cambio positivo al pueblo cubano, y sirva de catalizador para una mayor cooperación entre el gobierno cubano y EEUU”.

Castro siempre mantuvo escepticismo respecto a la política de Obama que, en todo caso, ha tenido poco impacto en el día a día del ciudadano de a pie.

Pero Castro, además, era considerado como uno de los principales obstáculos a las reformas económicas emprendidas por su hermano, Raúl, lo que hace pensar que el gobierno en adelante va a profundizarlas.

Los cubanos “están listos para seguir con sus vidas, y continuar las reformas económicas y políticas que llevan ya más de una década”, dijo Sarah Stephens, directora ejecutiva del “Centro para la Democracia en las Américas” (CDA).

“En un momento en que los cubanos más lo necesitan, ahora tienen un mayor espacio para moldear sus vidas sin el temor a la interferencia de EEUU. Esta es una política que debe continuar”, puntualizó.

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