Esta familia se mantiene unida pese a que una deportación los separó diez años

La línea final se ve cada vez más cerca para una familia separada por leyes migratorias y que ahora se mantiene en espera de que finalmente el Gobierno estadounidense les conceda la reunificación en California

SAN DIEGO, California.- La línea final se ve cada vez más cerca para una familia separada por leyes migratorias y que ahora, una década después, se mantiene en espera de que finalmente el Gobierno estadounidense les conceda la reunificación en California.

Emma Sánchez conoció a su esposo, el veterano estadounidense Michael Paulsen, con quien tuvo tres hijos, cuando vivió como indocumentada en el condado de San Diego.

En su intento por hacer lo correcto, salió de Estados Unidos para hacer su trámite migratorio desde el consulado en Ciudad Juárez (México), sin imaginar que le impedirían regresar e impondrían una sanción de diez años por haber entrado al país como indocumentada.

“Cuando fuimos a Ciudad Juárez dábamos por hecho que me iba a regresar con ellos”, confesó Sánchez, quien para entonces tenía seis años de casada.

“Estábamos confiados, jamás pensamos que íbamos a pasar por esto, no nos pasaba en la cabeza el cómo siendo (mi esposo) ciudadano americano, un veterano de la Marina, con tres hijos ciudadanos, era algo que no veíamos posible”, agregó.

La mexicana Emma Sanchez toma un café mientras charla con su esposo Michael Paulse en su casa de Tijuana . EFE
La mexicana Emma Sánchez toma un café mientras charla con su esposo Michael Paulse en su casa de Tijuana . EFE

De la noche a la mañana la familia tuvo que cambiar el rumbo de sus vidas, y aunque al principio los niños se quedaron un tiempo con ella en México, conforme iban creciendo regresaron a Estados Unidos para cursar la escuela.

Sánchez buscó casa en Tijuana para estar lo más cerca posible de sus hijos y esposo, quienes aún residen en la comunidad de Vista, al norte de San Diego.

“Fue como una mala pesadilla”, expresó Paulsen al recordar el trago amargo. “Estábamos en lo alto de la montaña, casados con nuestros hijos y de repente todo se vino abajo y de ahí lo importante era levantarnos”.

Desde entonces, Paulsen y sus hijos Michael Alexander, Ryan y Brannon, ahora de 15, 13 y 10 años, respectivamente viajan cada semana a México para visitar a su madre.

Esta dinámica ha sido parte de su vida diez años, incluyendo las filas de hasta cuatro horas para regresar a Estados Unidos a través de la garita de San Ysidro.

El deseo de mantenerse unidos pese a la distancia ha sido la clave para este matrimonio. “Yo le dije a mis nenes, esto no nos va a tumbar, vamos a ser fuertes y vamos a salir adelante”, manifestó Sánchez.

Donald Trump, quien toma posesión este viernes como presidente de EE.UU., manifestó durante su campaña que la opción para indocumentados era salir del país y solicitar su reingreso bajo las leyes migratorias, lo que significaría cumplir con una sanción de diez años como la de Sánchez.

La ahora activista del grupo Madres Soñadoras Internacional, conformada por madres que han sido deportadas a México, lamentó que las familias vivan esta incertidumbre, ya que ella conoce el martirio de no poder ver crecer a sus hijos como le hubiera gustado.

“No es tan fácil decir ‘te separo diez años y ya’ como si al día siguiente vas a estar aquí, eso es un impacto tremendo en los niños y en las familias”, subrayó.

Pese a la tortura de no estar con sus hijos día a día, Sánchez siente tranquilidad en ver cómo han respondido a las adversidades cumpliendo en la escuela con buenas calificaciones y con sus encuentros semanales.

“Aunque haya sido difícil no es excusa para nosotros el que no le echemos ganas a la escuela porque también es importante para nuestro futuro”, comentó el mayor de los hermanos, Michael Alexander, quien fue seleccionado para representar a California en una cumbre sobre medio ambiente que se realizará este año en Washington DC.

La familia logró acostumbrarse a la dinámica de recorrer casi cien millas cada fin de semana o día festivo, un sacrificio que vale la pena, pues en palabras de Ryan Paulsen, el hogar siempre será “donde están sus papás”.

Sánchez lamenta que la vida de sus hijos haya cambiado debido a leyes migratorias, pues siente que en ocasiones “se les ha robado parte de su infancia”.

“Sentía tanta impotencia de que no estaba en mis manos el verlos a diario y aconsejarlos, pero me ha dado mucha satisfacción ver los logros que han hecho, ver que llegan aquí con sus reconocimientos, sus diplomas, sus calificaciones altas”.

Ahora, Sánchez tiene una cita programada con las autoridades migratorias y deberá regresar este año a Ciudad Juárez para realizar los trámites correspondientes y solicitar su reingreso a Estados Unidos.

Aunque hay aún mucha incertidumbre en materia de inmigración derivada del cambio de gobierno, Sánchez confía en tener la ley de su lado, pues ya ha cumplido su sanción y se mantiene ilusionada de regresar a la que fue su vida por años.

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