¿Dónde trabajan los nuevos inmigrantes?

Quienes han venido en los últimos cinco años tienen mayoritariamente formación universitaria y ocupan puestos técnicos y profesionales.

Los inmigrantes que han llegado al país en los últimos cinco años tienen una educación académica mayor que quienes les precedieron cruzando las fronteras, muchos de ellos vienen no solo de Latinoamérica sino mayoritariamente de Asia y trabajan en sectores más técnicos y profesionales que los que se asentaron en EEUU antes que ellos.

Es un cambio que ha verificado con cifras del Censo el economista jefe de la plataforma de búsqueda de trabajo Indeed, Jed Kolko. Para este experto es una tendencia que puede tener “importantes implicaciones” para la política del país y en particular para las de inmigración.

Las cifras que maneja Kolko apuntan a que el 48% de los llegados desde 2010 mayores de 25 años tienen un título universitario. Antes del 2005 el 27% de los que vinieron traían estas credenciales académicas. El 31% de los nacidos en el país tienen este tipo de educación superior.

Esta diferencia de formación se traslada al mundo laboral y muchos de estos recién llegados tienden a ocupar trabajos técnicos como médicos científicos, desarrolladores de software, científicos físicos, economistas, ingenieros y profesores. Muchos de ellos residen en el país con los documentos de inmigración correspondientes lo que marca la diferencia laboralmente. Otros profesionales que llevan más años en el país tienen problemas para ver reconocidas sus credenciales y poder trabajar en su campo lo que ha obligado a muchos a buscar alternativas como trabajadores de baja remuneración o considerar la aventura empresarial.

Aunque la tendencia es esa, actualmente, y contando con las olas inmigratorias pasadas, la población inmigrante sigue estando dominada por latinoamericanos (27% son mexicanos) y concentra su labor en actividades agrarias, pescaderías y forestales. Los nacidos fuera del país son el 46% de la mano de obra de esta actividad y el 35% de las personas que trabajan en la limpieza de edificios y mantenimiento. Un 28% de los trabajadores de la construcción son inmigrantes. En las fábricas el porcentajes de inmigrantes es bajo y queda en el 23%.

Hay profesiones, ocho, para ser exactos, en las que más del 60% de los trabajadores son nacidos fuera del país, entre ellas los clasificadores de productos agrícolas, trabajadores en el área de la belleza (manicuristas) y albañiles especializados. Son trabajos que no requieren de educación superior.

Sin querer entrar en polémicas, Kolko se hace eco del hecho de que la mayoría de los economistas consideran que la inmigración es buena para la economía del país pero reconoce que hay una cierta tensión creada entre los trabajadores de cuello azul (obreros y jornaleros) con un segmento de la población nativa con baja formación académica que se ha visto muy perjudicada por la última recesión. Muchas de las promesas de mano dura con la inmigración del que desde el viernes será el presidente, Donald Trump, han tenido una buena recepción en las zonas donde no hay tantos extranjeros pero ha aumentado la inmigración.

Los cambios en la tendencia pueden tener efectos en la política de inmigración del país porque los inmigrantes recientes “tienden a no competir por trabajos, o al menos no se les percibe como competidores de los puestos que tienen los más acérrimos seguidores de Trump”, explica Kolko.

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