Rossini, Beethoven, Mendelssohn y la Sinfónica de Chicago

Una despedida, una primicia y un rechazo son tres ideas que ilustran en singular medida el programa que la Orquesta Sinfónica de Chicago (CSO) ofrecerá en los próximos días.

Bajo la batuta de su director musical Riccardo Muti, la CSO interpretará la obertura de la ópera Semiramide de Gioachino Rossini, el Cuarto Concierto para Piano de Ludwig Van Beethoven y la Sinfonía #5 (‘de la Reforma’) de Felix Mendelssohn en conciertos a realizarse del 16 al 18 de febrero en Symphony Center (220 S. Michigan Ave., Chicago).

Semiramide es considerada la última gran ópera plenamente italiana de Rossini, pues tras su estreno en Venecia en 1823 el compositor salió de Italia y viajó a Londres y París. La capital francesa fue su residencia a partir de 1824 y fue allí donde compuso sus últimas óperas hasta su retiro como compositor operístico en 1829 (prematuro, al menos por su edad,  pues tenía apenas 38 años) con Guillermo Tell. En ese sentido,  Semiramide es la despedida de Rossini de Italia (en donde compuso varias de las más famosas óperas, entre ellas El Barbero de Sevilla)  y también ha sido considerada como la última gran ópera en el estilo dramático barroco. La obertura, que la CSO interpreta en el programa, recoge como es común en su género algunos de los temas más destacados de la ópera, que aborda una intriga de amor, poder y muerte en torno a una belicosa reina de Babilonia.

El Cuarto Concierto para Piano de Beethoven (en Sol mayor, Op. 58), en contraste, es un principio, una suerte de revolución: arranca con un breve e intrigante pasaje en el piano solo, un gesto que es considerado la primera ocasión en que el solista abre un concierto, pues la tradición clásica marcaba que las obras de ese género empezaban con una introducción orquestal. El Cuarto Concierto podría así considerarse como la obra en la que Beethoven se separa finalmente de los esquemas formales del concierto clásico y plantea un nuevo camino que sin ser ajeno a la tradición anterior también se proyecta hacia el futuro. El bello y enigmático segundo movimiento es, en ese sentido, especialmente notable. Con todo, el concierto (estrenado públicamente en 1808 pero compuesto entre 1805 y 1806) tuvo muy poca fortuna durante la vida de Beethoven y no sería sino hasta décadas después que Felix Mendelssohn lo posicionó en el repertorio.

La tercera obra de este concierto de la CSO, de autoría justamente de Mendelssohn, tuvo una concepción y un debut atribulados. Mendelssohn compuso la que sería conocida como su Quinta Sinfonía (aunque en realidad fue la segunda en su producción) en 1830 especialmente como una pieza celebratoria de los 300 años de la ‘Confesión de Augsburgo’, el documento clave de la reforma de Lutero, y por ello Mendelssohn incluyó en la sinfonía varios temas provenientes de reconocidos himnos luteranos. Pero dado que la sinfonía nunca se presentó en el contexto religioso-celebratorio para el que fue compuesta, Mendelssohn se mostró luego renuente hacia ella y tras su estreno en 1832 en Berlín, y un fiasco anterior en París (cuando los músicos, se dice, se negaron a tocarla por considerarla demasiado complicada), incluso habría expresado su rechazo y deseo de destruir la partitura. Eso no sucedió por fortuna pero, como en el caso del Cuarto Concierto para Piano de Beethoven, pasaron décadas tras la muerte del compositor antes que esta sinfonía –de un hondo y solemne carácter– fuera publicada e incluida en el repertorio orquestal.

Los espectadores tendrán, así, la posibilidad de escuchar a la CSO, bajo la batuta de Muti y con Yefim Bronfman al piano, tres obras singulares en el ámbito de la ópera, el concierto pianístico y la sinfonía compuestas en el primer tercio del Siglo 19.

Y antes del concierto del jueves 16 de febrero la Chicago Symphony Orchestra Latino Alliance celebrará, a las 6 pm, su ya tradicional recepción de enriquecimiento musical y convivencia con la participación de Elio Barilari, compositor y conductor del programa ‘Fiesta’ de la estación WMFT 98.7 FM, y músicos de la CSO que charlarán con el público asistente. Entradas para la recepción (aperitivos incluidos) y luego al concierto de la CSO pueden ser adquiridas al precio especial de $35 en cso.org/network.

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