Diferencia del manejo de la comunicación entre sexos

Experta explica porque se da esto y la importancia de encontrar un punto medio de este importante aspecto de la relación

La comunicación es uno de los pilares de toda relación, especial en la matrimonial o amorosa.

De acuerdo con los psicólogos, consejeros y coach de vida, de ella depende en gran parte el éxito o el fracaso. Pero a pesar de este dictamen, la comunicación entre muchas parejas se transforma en todo un reto.

Y es que como dice la coach de vida Elena Burnett, basada en Los Ángeles, “la comunicación entre parejas no es siempre fácil”, especialmente si es heterosexual (un hombre y una mujer), ya que en las conformadas por un mismo sexo “este reto puede pasar más desapercibido”.

“En el caso de una pareja integrada por dos hombres, por ejemplo,  la comunicación verbal puede pasar a un segundo plano, ya que, en términos generales y dependiendo de ciertos factores, los hombres por naturaleza son menos propensos a ‘hablar por hablar’”, ahonda Burnett. “Dos hombres pueden estar en la misma habitación por horas sin que ninguno de los dos sienta la necesidad imperiosa de tener que intercambiar palabra alguna. Pero las cosas cambian en las relaciones heterosexuales, porque en ellas tenemos el factor mujer”.

¿A qué se debe esto?

La diferencia de los sexos

El concepto de la comunicación, y todo lo que conlleva, definitivamente se vive de diferentes maneras entre los sexos.

Por su naturaleza femenina, la mujer necesita de una comunicación amplia y extensa”, explica la coach. “Es poder sentarse con el ser amado para entablar una conversación amena o quizás quejarnos o compartir nuestras inquietudes… Y es justo aquí donde nos encontramos con el concepto de lo que la comunicación realmente es. En otras palabras, el poder intercambiar momentos buenos y malos con tu pareja y poder negociar las asperezas”.

Pero este concepto no se da en los hombres, ya que “la comunicación puede convertirse en una pequeña tortura para ellos, donde pueda que se sientan cuestionados u obligados en tener que reportar cada uno de sus movimientos presentes o pasados a su pareja… Y esto les puede traer recuerdos de la niñez, donde tenían a la madre asumiendo este rol”.

La buena noticia

Pero el compaginar y aceptar lo que cada uno puede y no puede dar, es la clave para el logro de una buena comunicación entre la pareja, especialmente si se edifica la asertiva.

“Aprender a edificar una comunicación asertiva nos ayuda a que nuestra pareja se sienta lo suficientemente cómoda como para expresar quién es, sin sentirse cuestionada o criticada”, apunta la experta en relaciones. “Y algo básico [en la comunicación asertiva] es aprender a dejar de direccionar la conversación hacia nosotros cuando tu pareja está hablando de él, así como evitar interrumpir o dar lecciones”.

La experta agrega que el adoptar el papel de madre, profesor o narcisista empedernido es siempre algo difícil de digerir.

“Ser sarcástico o hacer bromas pesadas e incluso meterse con los miembros de cada familia, son tácticas poco sutiles, que solo denotan que la persona en sí, está asustada. A veces, estas cosas no se pueden evitar en el momento de la disputa, pero hay que saber reconocer las faltas de cada cual y dejar de jugar el papel de mártir si queremos aprender el arte de la comunicación”, agrega.

El buen arte de la comunicación

El psicólogo John Gottman, uno de los investigadores y profesionales más importantes del país en los temas en torno a la relación de pareja, ha identificado en los estudios periódicos a través del Laboratorio del amor que creó estos cuatros “Nos”, que de ponerse en práctica pueden ayudar a una comunicación más efectiva o asertiva en la pareja.

1. La crítica. El atacar la personalidad de alguien o el carácter con acusaciones y culpas— como por ejemplo: “nunca piensas en nadie más sino en ti” o “¿cómo puedes ser tan egoísta?”— da pie para que la comunicación se cierre o se torne ofensiva o agresiva.

2. El desprecio. Los insultos intencionales, los apodos, las burlas, el remedar o hablar simplemente con la expresión de los ojos entorpecen de inmediato la dinámica de la conversación y puede romperla por completo.

3. La actitud a la defensiva. Estar a la defensiva bloquea a la pareja para abordar un problema. Incluso —asegura Gottman—, si él o ella se siente completamente justificado en sus acciones (al cerrarse en su actitud a la defensiva) esto solo añadirá más problemas a la relación de pareja.

4. La actitud evasiva. Cuando las parejas rechazan la comunicación cuando se trata de aborda sus problemas, las relaciones se tornan frágiles y, por ende, fracasan.

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