Clausuran centro religioso de Illinois que ofrecía santuario a indocumentado

El padre José Landaverde, de la iglesia Fe, Vida y Esperanza.

El padre José Landaverde, de la iglesia Fe, Vida y Esperanza. Crédito: EFE

Las autoridades de la localidad de West Chicago, en Illinois, clausuraron anoche el centro religioso Fe, Vida y Esperanza, que ofrecía santuario al indocumentado Lorenzo Solórzano Morales, denunció hoy el reverendo José Landaverde.

“Violaron el santuario”, lamentó Landaverde, quien indicó que su iglesia anglicana ha sido visitada desde el domingo en varias ocasiones por inspectores de la ciudad, situada a unas 60 millas al oeste de Chicago.

El religioso explicó que la iglesia fue clausurada porque “no tiene un permiso” y que es “ilegal” que esté ocupada, en referencia al indocumentado, que residía en el local desde inicios de octubre pasado.

Landaverde dijo que Solórzano Morales está ahora en un lugar seguro de Chicago y que teme ser deportado al no tener refugio en un santuario como la iglesia anglicana de Landaverde, que ha protegido a diferentes familias indocumentadas del área metropolitana de Chicago.

Solórzano Morales, de origen mexicano y que reside desde hace 30 años en Estados Unidos, solicitó santuario pocos días después de que el religioso trasladase a West Chicago la iglesia Fe, Vida y Esperanza.

Landaverde sostuvo que le extraña lo sucedido, después de que el pasado domingo asistiese junto al alcalde de la ciudad, el republicano Rubén Pineda, a un evento en el centro cultural de este pequeña ciudad de 27,000 habitantes, de las cuales el 51% es de ascendencia hispana.

“Pineda estuvo ahí y al contrario me dijo que daba la bienvenida a los inmigrantes y que su Departamento de Policía no cooperaba con agentes de inmigración”, relató Landaverde.

Sobre el permiso para establecer su iglesia, Landaverde dijo que desconocía esta formalidad y que no recibió hasta la fecha ningún aviso oficial por parte de la ciudad, tal y como aseguran que hicieron miembros del equipo de Pineda.

John Said, director de desarrollo económico de West Chicago, dijo que la ciudad está en conversaciones con el reverendo hispano para resolver el conflicto.

“Todo es una cuestión de seguridad para las personas que puedan ocupar la iglesia ahí”, dijo Said. “No tiene nada que ver con proteger a los inmigrantes”.

Said agregó que la gente sí puede vivir en dicha iglesia, pero que se requiere que un “permiso” y pagar una “cuota”.

Por su parte, Juan Soliz, abogado de Landaverde, dijo que la ciudad de West Chicago podría estar violando una ley federal que prohíbe a los gobiernos locales interferir con el trabajo religioso de las iglesias.

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