Guatemalteco denuncia detención prolongada en una cárcel de inmigración

Lleva casi dos años detenido por las autoridades de inmigración a la espera de que le fijen una fianza para pelear su caso en libertad

La familia de López busca que un juez de inmigración considere otorgarle una fianza al guatemalteco, cuya pesadilla comenzó con una detención por manejar bajo la influencia del alcohol (DUI).

La familia de López busca que un juez de inmigración considere otorgarle una fianza al guatemalteco, cuya pesadilla comenzó con una detención por manejar bajo la influencia del alcohol (DUI).  Crédito: Cortesía familia López | EFE

La familia del guatemalteco Raúl López, que reside en Estados Unidos desde hace cerca de 30 años, denuncia que el migrante lleva casi dos años detenido por las autoridades de inmigración a la espera de que le fijen una fianza para pelear su caso en libertad.

La organización California Immigrant Youth Justice Alliance (CIYJA) lanzó la campaña “Free Raúl”, que busca que un juez de inmigración considere otorgarle una fianza al guatemalteco, cuya pesadilla comenzó con una detención por manejar bajo la influencia del alcohol (DUI).

“Existen suficientes méritos para que el pueda pelear su caso en libertad”, aseguró a Efe el activista Juan Prieto, CIYJA sobre este migrante de 46 años.

Los problemas de López, oriundo de San Carlos Sija, Quetzaltenango, comenzaron en la década de 1990 cuando sometió una solicitud de asilo político por ser perseguido por la guerrilla en su país, pero el notario público, según el inmigrante, nunca le dijo que tenía que asistir a la cita de miedo creíble.

El inmigrante terminó con una orden de deportación en ausencia en 1999 y desde 2008 López está peleando su caso, que se torció cuando fue condenado por un DUI que lo puso en la lista de los, en su opinión, mal llamados “criminales”.

Aunque el guatemalteco no tuvo ningún accidente en el momento en que fue detenido cuando manejaba bajo la influencia del alcohol, el hecho de que su familia lo acompañaba en el auto pesó en la consideración del juez de inmigración, dijo Dianneth Mazariegos, esposa de Raúl.

El juez consideró que López era un peligro para la comunidad y lo envió a la cárcel mientras proseguía la apelación a su orden de deportación.

“Yo no lo vi mal, o sino yo hubiera manejado” él, se recrimina Mazariegos, quien también está en proceso de arreglar su estatus.

El guatemalteco fue detenido y llevado a la cárcel justo antes de acudir a una cita mensual que tenía con las autoridades migratorias, por lo que Mazariegos les llamó para informar de la situación y le dijeron que cuando fuera liberado se presentara a las oficinas de inmigración y al hacerlo en marzo de 2017 terminó detenido de nuevo.

Desde entonces han intentado que se celebre una audiencia de fianza y ante la negativa sus abogados llevaron el caso a una corte civil.

Hace una semana, la lucha obtuvo su primera victoria, una juez federal ordenó a la corte de inmigración que le otorgara una audiencia para evaluar la fianza, que se celebrará este viernes en una corte de San Francisco.

“La decisión de ordenar una nueva audiencia de fianza es una reivindicación de los esfuerzos incansables de Raúl hacia la rehabilitación (de su alcoholismo) y el cambio fundamental que ha sufrido”, dijo a Efe el abogado en inmigración Daniel Wegner, de Dolores Street Community Services.

En su opinión, este caso pone en relieve las “preocupaciones sobre las violaciones al debido proceso y la detención prolongada de inmigrantes”.

El caso de López tomó notoriedad en junio de 2018 cuando su hija Alexa decidió celebrar sus quince años frente a la cárcel de Richmond, al norte de California, donde estaba recluido, para llamar la atención de la difícil situación que estaba pasando la familia por la detención del padre.

No obstante, dos semanas después el inmigrante fue trasladado a un centro de detención de Colorado, a donde ni sus hijos ni su esposa han podido viajar a visitarlo.

“Nosotros creemos que fue un castigo por lo que mi hija hizo. Quieren darnos una lección para que nos quedemos callados, pero yo le pido a la comunidad que no nos dejemos, que luchemos hasta el último momento”, instó Mazariegos.

La inmigrante destacó que la detención prolongada de su esposo está afectando especialmente a su hija, y que no quiere que la historia se repita.

“Le pido a la comunidad que nos ayude, que mañana nos acompañe en esta lucha, aún queda mucho por recorrer y necesitamos mucho apoyo”, dijo. “Si le dan la fianza necesito reunir el dinero, y ese será otro reto”.


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