Stephen Sample, de 66 años, viajó en su Harley desde Arizona. Para él, el evento es un descanso de la rutina de los últimos meses.

No quiero morir, pero tampoco quiero estar encerrado toda mi vida“, aseguró.

Para evitar atrapar el COVID-19, Sample, está tratando de evitar los bares y los locales interiores, donde sabe que el riesgo de infección es mayor. Aunque confesó que el día de la inauguración del evento, desayunó en el interior de un restaurante.

Pero la emoción de montar una moto pudo más que el miedo a contagiarse de COVID-19.

“Creo que todos estamos dispuestos a arriesgarnos”, señaló.

Marsha Schmid, dueña del Side Hack Saloon en Sturgis, intentó evitar que su bar y restaurante se convirtieran en un punto de propagación del virus, espaciando las mesas en el interior y colocando mucho desinfectante para las manos.

Schmid redujo también el número de grupos de música. Muchos de sus empleados dependen de este evento y de las propinas que puedan dar sus asistentes, señaló.

“Hay gente que viene de todo el mundo”, afirmó. “Solo espero que sean responsables y que si no se sienten bien, se mantengan alejados”.

Sample es consciente de que su viaje a Sturgis puede terminar en el hospital, esto le preocupa.

Podría ser un gran error“, zanjó.

Con información de The Associated Press CNN.