Por qué el humo de los incendios vuelve naranja el cielo y puede dañar los pulmones
En varias zonas de la costa oeste, la calidad del aire se ha degradado a su peor categoría: "peligrosa"
Las partículas del humo reducen la longitud de onda de los azules. Crédito: Marc Arcas | EFE
La cantidad récord de incendios que ahora mismo arrasan zonas de Colorado, California, Oregon y estado de Washington están arrojando hollín, cenizas y humo al aire en medio de un calor abrasador.
Cielo naranja
Las espesas nubes de partículas que flotan tanto sobre ciudades como sobre áreas rurales ha vuelto rojizos los cielos azules del Estado Dorado. ¿Por qué sucede esto?
Las motas diminutas que componen el humo esparcen las longitudes de onda más largas de los rojos y naranjas y oprimen las longitudes de onda más cortas de los azules. Esto oscurece al sol y crea un ocaso en pleno día, según explica un artículo de Vox.
Daño a los pulmones
Además de los cambios de luz y colores, el humo de los incendios forestales puede ser una de las mayores amenazas para la salud de las personas.
La calidad del aire se ha degradado a su peor categoría (“peligrosa”). Por ejemplo, en el condado de Mendocino, los incendios forestales han hecho que respirar el aire sea equivalente a fumarse 12 cigarrillos al día.
El humo de los múltiples incendios deja aún más expuestas a las comunidades que ya estaban luchando contra el COVID-19 y a los sistemas sanitarios que ya tenían sobre carga de pacientes. El aire con las partículas que deja el fuego también podrían empeorar los síntomas asociados con la enfermedad respiratoria.
El humo es una mezcla de gases y partículas como compuestos orgánicos volátiles, monóxido de carbono, hollín y cenizas, que puede provocar ojos llorosos y picazón de garganta, de inmediato. Pero las mayores amenazas del humo provienen de algunas de las partículas más pequeñas (PM2.5), que pueden penetrar profundamente en las vías respiratorias, agravando los problemas cardíacos y pulmonares.
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