Tres meses después de la implosión en La Villita, la empresa Hilco causó pánico a vecinos de Nueva Jersey

Un fuerte estallido provocó una gigantesca nube de polvo en los cielos de un vecindario en Nueva Jersey. Esta vez sucedió sin previo aviso causando pánico a los vecinos que temían que se trataba de un ataque terrorista ocurrido en las cercanías de Nueva York

La demolición el sábado 11 de abril en la Planta de Carbón de Crawford  generó una nuve de polvo que cubrió La Villita. (Captura de video / YouTube-Alejandro Reyes)

La demolición el sábado 11 de abril en la Planta de Carbón de Crawford generó una nuve de polvo que cubrió La Villita. (Captura de video / YouTube-Alejandro Reyes) Crédito: Cortesía

Este artículo, publicado originalmente en inglés por Block Club Chicago, está disponible en español gracias al proyecto “Traduciendo las noticias de Chicago”, del Instituto de Noticias Sin Fines de Lucro (INN).

CHICAGO – El fin de semana de Pascua de Resurrección en Chicago, una implosión matutina en una vieja planta de carbón cubrió el barrio de La Villita con una espesa nube de polvo. Con poco tiempo de aviso y envueltos en pánico, los residentes de este vecindario de clase trabajadora vieron cómo los escombros flotaban en medio de sus calles y casas, en plena pandemia del coronavirus.

La empresa responsable fue multada, amonestada por la alcaldesa de Chicago, y el lugar fue cerrado temporalmente. Pero tres meses después, a casi 800 millas de distancia, sucedió nuevamente: una explosión durante la mañana en un antiguo sitio industrial cubrió el vecindario con una enorme y espesa nube de polvo.

Esta vez, no hubo ningún previo aviso a los vecinos. Y la misma empresa es la responsable.

La fuerte explosión que los residentes de la Ciudad de Jersey escucharon a las 5:30 de la mañana del 24 de julio fue una implosión no anunciada pero planificada en la Planta Generadora Hudson, una antigua planta de carbón en el río Hackensack, propiedad de la Sociedad de Remodelación Hilco o Hilco Redevelopment Partners. Hilco también demolió la centenaria chimenea de la planta de carbón Crawford en La Villita el 11 de abril.

En los días previos a la implosión en la Ciudad de Jersey, ni los líderes de la ciudad ni los funcionarios de Hilco avisaron a los residentes por medio de llamadas automáticas, mensajes de texto, cartas, correos electrónicos u otras notificaciones, según vecinos y miembros del consejo.

La Ciudad de Jersey se encuentra al otro lado del río Hudson frente a Manhattan. Algunos residentes, que ya estaban nerviosos por la pandemia, temieron lo peor.

“La implosión provocó mucho pánico, especialmente para nosotros que vivimos al otro lado del río de donde ocurrió el 11 de septiembre”, dijo Jessica Taube, residente de la Ciudad de Jersey. “Es realmente aterrador”.

Block Club Chicago habló con casi una docena de residentes y líderes de la Ciudad de Jersey sobre la situación inquietantemente similar a la implosión de La Villita. Más de un mes después, los vecinos todavía están buscando respuestas sobre qué contenía la nube de polvo que produjo la explosión, y por qué los las autoridades de la ciudad permitieron que ocurriera.

Y tal como lo ocurrido en Chicago, poco y nada es lo que la empresa Hilco ha tenido que enfrentar por lo que pasó en la Ciudad de Jersey.

“Lo que hicieron fue sumamente dañino. Deberían pagar una multa por ello”, dijo sobre Hilco el concejal Yousef Saleh. “La gente pensó que se trataba de algo mucho peor”.

‘Pensé que era una bomba que estalló’

Los residentes de los vecindarios de The Heights y Journal Square en la Ciudad de Jersey despertaron abruptamente por la ensordecedora explosión en la planta ubicada cerca de Hudson. Otros residentes a más de 2 millas de distancia también dijeron que escucharon y sintieron la explosión.

Michelle Díaz, residente de toda una vida de la Ciudad de Jersey, y que vive en el mismo distrito donde ocurrió el siniestro, dijo que pensó que era una “bomba” o “algún tipo de ataque terrorista”.

Lori Pickhardt, mirando por una ventana abierta en su cocina, inmediatamente intentó protegerse.

“Me agaché porque no estaba segura de lo que estaba pasando”, dijo Pickhardt. “Luego esperé para ver si iba a haber otra explosión. Pensé que era una bomba la que estalló. Fue horroroso”.

A más de 2 millas de distancia, Taube trabajaba desde temprano en la mesa de su cocina cuando la explosión sacudió su casa.

“Parecía que estaba en mi patio trasero…Me asustó”, dijo Taube. “Mi corazón se aceleró por bastante tiempo. Corrí al patio trasero, pero no vi nada”.

Algunos vecinos llamaron al 911 y buscaron respuestas en las redes sociales. Unas cuantas fotos que circulaban en Twitter mostraban una nube de polvo cerca.

El concejal Rolando Lavarro Jr., quien representa a toda la ciudad pero no vive cerca del sitio, respondió lo que pudo durante toda la mañana. Pero no era mucho lo que él podía aportar. Inmediatamente llamó a la Oficina de Manejo de Emergencias de la ciudad para averiguar “si hubo algún tipo de desastre”.

Lavarro finalmente se enteró que la explosión había sido una implosión programada en Hudson. De alguna manera, la empresa Hilco coordinó con el Departamento de Bomberos y el Departamento de Edificación de la Ciudad Jersey, indicó Lavarro que le habrían informado.

Lavarro transmitió la información a los residentes en una publicación de Facebook, lo que provocó más preguntas de los vecinos sobre por qué los funcionarios de la ciudad, o Hilco, el propietario del sitio, no habían emitido una advertencia.

Lavarro también se lo preguntó. Cuando la ciudad hizo demoler las torres de vivienda social del 2015, el hecho fue ampliamente publicitado.

Semanas después de la implosión, Lavarro señaló que aún está buscando respuestas.

Saleh, que representa el Distrito D, donde está ubicada la planta generadora Hudson, dijo que tampoco se le había informado. Saleh fue nombrado concejal poco tiempo después de que el anterior concejal falleciera de coronavirus.

Según las ordenanzas de ruido de la Ciudad de Jersey, no se permite la construcción ni la demolición antes de las 7 de la mañana, aseveró Saleh.

Después de la implosión, Saleh escribió en Facebook que si hubiera sabido de esta, habría “exigido que se notificara a los residentes y que se difundieran los avisos”.

“¡Esto no debería ser el salvaje oeste con [una] explosión ocurriendo al amanecer!” Saleh escribió en Facebook.

Saleh dijo que actualmente está trabajando en una legislación que requiere que las empresas notifiquen a los residentes antes de una implosión.

Varias llamadas y correos electrónicos dirigidos al alcalde de la Ciudad de Jersey, Steven Fulops, y a funcionarios del Departamento de Bomberos y del Departamento de Edificación, fueron dirigidos a la portavoz de la ciudad, Kimberly Wallace-Scalcione, quien no respondió las preguntas.

Cuando los reporteros locales le preguntaron a Wallace-Scalcione sobre la explosión, ella derivó todas las preguntas a la compañía de demolición, Demolición Independencia o Independence Demolition. Dicha empresa tampoco respondió a las preguntas enviadas por Block Club Chicago.

La constructora Hilco tampoco respondió a múltiples solicitudes de comentarios.

Hilco compró la planta de carbón de 241 acres en la Ciudad de Jersey, y la Planta Generadora Mercer, una propiedad de 132 acres en Trenton, Nueva Jersey, del Grupo de Empresas para el Servicio Público (PSEG, por sus siglas en inglés) en el 2019, según NewJersey.com.

Las plantas de carbón se abrieron en la década de 1960 antes de ser desmanteladas en el 2017, según el Philadelphia Inquirer.

En ese momento, el director ejecutivo de Hilco, Roberto Pérez, dijo que los dos sitios ofrecían “oportunidades de transformación para reposicionar terrenos subutilizados en modernos parques industriales, en una de las regiones con centros de distribución más prósperas de todo el país”.

Durante el anuncio de la compra, Hilco se negó a discutir sobre el cronograma de demolición o el manejo medioambiental de las plantas de carbón, según un informe de NewJersey.com.

Al igual que otros residentes de la Ciudad de Jersey, Saleh dijo que no se le han mostrado los planos del terreno, ni tampoco sabe qué tipo de desarrollo tiene planificado Hilco para el sitio.

“Soy un residente de toda la vida. Nací y crecí en Heights… No tenía idea de nada de lo que hacían allí, y creo que mucha gente tampoco lo sabía”, dijo Saleh. “Definitivamente ahora tienen nuestra atención”.

Un historial de secretos e infracciones ambientales

En los últimos años, Hilco ha comprado sitios industriales vacíos y los ha convertido en enormes bodegas. En Maryland, la empresa transformó una antigua planta siderúrgica y un astillero en una enorme instalación de distribución que hoy alberga una bodega de Under Armour y Amazon.

Una empresa asociada de Hilco fue criticada por presuntas violaciones ambientales relacionadas con la demolición del sitio.

En 2015, las empresas asociadas fueron multadas con $3.75 millones de dólares por violaciones ambientales en Dundalk, Maryland. Sparrows Point, una filial de Hilco, y sus socios cometieron infracciones por no controlar las aguas pluviales, los sedimentos y la erosión, por dejar basura tirada y desechos industriales, por almacenar llantas de desecho y manejar el asbesto de manera inadecuada, según el Baltimore Sun.

Desde entonces, la compañía continúa adquiriendo sitios industriales, incluyendo la antigua planta de carbón Crawford en el barrio de La Villita en Chicago y la Planta Generadora Fisk en el barrio Pilsen dela misma ciudad.

En 2016, Hilco compró sitios en la Central Eléctrica Edison en el sur de Boston, donde planea transformar el sitio en condominios, apartamentos, espacio comercial, oficinas y hoteles.

Más recientemente, la empresa constructora compró una refinería en Pittsburgh. Un representante de la compañía le comentó al diario Philadelphia Inquirer que tiene un cronograma “ajustado” para el proyecto.

A lo largo de 2020, Hilco Redevelopment Partners y sus contratistas han llevado a cabo una serie de demoliciones con explosivos en Nueva Jersey y Chicago.

A fines de marzo, el contratista de Hilco derribó una chimenea en la planta generadora de Hudson. Semanas más tarde, llevó a cabo otra implosión en su sitio Mercer en Trenton, Nueva Jersey.

La implosión ocurrida el fin de semana de Pascua de Resurrección en La Villita —un desastre del cual la empresa Hilco admitió su error— provocó indignación y una orden de paro laboral en Chicago, después de que una nube de polvo se extendiera hacia al menos seis cuadras (manzanas) residenciales, arrojando tierra y otros materiales en casas, autos, negocios, árboles “y cada dos centímetros de esta comunidad”, dijo furiosa la alcaldesa de Chicago,Lori Lightfoot, en ese momento.

Hilco había dado a la ciudad constantes garantías de que su contratista no dejaría escapar ningún escombro del sitio. Lightfoot culpó a Hilco, que a su vez culpó y despidió a su contratista de demolición.

Después de la implosión de la chimenea en La Villita, Pérez, el director ejecutivo de Hilco, emitió una disculpa por la “ansiedad y el miedo” que el trabajo de demolición causó.

Un mes después del fiasco, la ciudad le entregó discretamente a Hilco otro permiso de demolición para el sitio, enfureciendo a los residentes que terminaron protestando en el barrio donde la alcaldesa reside, exigiéndole retrasar el trabajo.

A pesar de disculparse y expresar remordimiento, la compañía constructora cometió las mismas faltas con los residentes de la Ciudad de Jersey.

Después de ver fotos del polvo, Caroline Jones temía que la salud de las personas pudiera verse afectada. Se preguntó si acaso se realizó algún análisis ambiental en el sitio industrial antes de la demolición.

“¿Hubo alguna mitigación del polvo?” Jones dijo. “Creo que la ciudad debiera seguir los protocolos cuando hayan demoliciones, que los residentes sean notificados, y que se respeten las normas ambientales”.

‘Ellos solo están esperando que sigamos como si nada pasó’

Las frustraciones iniciales por la fuerte explosión han disminuido para algunos. Ahora, Amy Wilson y los vecinos están más molestos con los funcionarios de la ciudad por no mantener a los residentes informados.

Una advertencia/alerta para que los residentes no estén aterrorizados “no parece una gran petición… o una demanda exagerada a nuestras entidades locales o a una empresa constructora”, dijo Wilson.

“Implementan la alerta de emergencia con bastante regularidad”, dijo Wilson. “Cuando hay desvíos de tráfico en una parte de la ciudad, notifican a medio mundo… No son tímidos al respecto. Eso es lo que hizo que la explosión tan aterradora”.

Adam Cohen, quien vive a una milla del sitio, dijo que los vecinos han buscado respuestas en los funcionarios de la ciudad desde que la compañía llevó a cabo la primera implosión de una chimenea en marzo.

Cohen, un miembro activo de una asociación de vecinos, se puso en contacto varias veces con el alcalde Fulops para plantear sus preocupaciones sobre la falta de notificación y la nube de humo en medio de la pandemia.

El residente de Journal Square también dijo que estaba sorprendido de que una empresa privada pudiera violar una ordenanza de ruido. Esto resultó en numerosos llamados al 911, dejando sin respuestas a los residentes, dijo Cohen.

Cohen comentó que está de acuerdo con demoler una planta de carbón y reemplazarla por algo que sea más productivo y mejor para el medioambiente, pero añadió que los residentes necesitan ser informados.

“Es casi como si esperaran que la gente se olvide para no tener que dar información”, dijo Cohen. “Esa es la frustración que comparten nuestros vecinos. No hay información. Solo esperan que sigamos como si nada pasó”.

Traducido por Marcela Cartagena

This article first appeared on Institute for Nonprofit News and is republished here under a Creative Commons license.

En esta nota

Chicago

Recibe gratis todas las noticias en tu correo

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias! Ya estás suscrito a nuestro newsletter

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain