José Quintana y White Sox cumplen sueño a hombre colombiano
Un accidente cerebral borró los recuerdos al fanático, pero no su afición por los Sox
Un sueño convertido en realidad le regaló el equipo de los White Sox a un colombiano que viajó a Chicago para ver a su jugador y equipo favoritos.
Pero las sorpresas no pararon para Juan Carlos Armengol, de 30 años de edad. El lunes 10 de agosto entró al campo antes del juego contra Anaheim y se reunió con su paisano José Quintana.
Armengol sufrió un paro cardiorrespiratorio en 2002 mientras jugaba futbol en Colombia.
Tras pasar 26 minutos con muerte clínica y 21 días en coma finalmente despertó, pero había olvidado casi todo, excepto su cariño por los White Sox.
“A mí siempre me gustaron los White Sox, y más ahora que hay colombianos en el equipo”, dijo minutos antes de conocer al zurdo José Quintana.
Cada viernes Juan Carlos se reúne con su abuelo para ver “cualquier juego que lleguen a pasar por TV en Colombia”, complementó su padre Juan Armengol.
El señor Armengol, chileno de nacimiento pero colombiano por adopción, recuerda ese momento difícil de su hijo: “le quedaron unas lesiones cerebrales y tuvo que volver a aprender a caminar, leer y escribir, pero siempre le siguieron gustando los White Sox”.
Juan Carlos Armengol viajó a Chicago con su papá Juan y su madre Rosa Elena Rodríguez para visitar a su hermana Susana, que estudia en Iowa, y aprovecharon para conocer Chicago e hicieron contacto con la oficina de relaciones públicas de los White Sox.
“Nos trataron súper bien, maravillosamente bien, han sido increíbles”, respondió el señor Armengol.
El zurdo José Quintana les entregó una bolsa con regalos a cada uno, y en especial la camisa original de los White Sox con el #62 a Juan Carlos.
“Es bastante bueno tener a nuestra gente latina cerca de nosotros y es motivo de orgullo para tratar siempre dar lo mejor”, declaró Quintana.
Tras la pregunta de cuál mensaje le gustaría dejar a las personas, Juan Carlos afirmó: “Que no se rindan, es lo que me dice mi papá todo el tiempo y si mi papá no me hubiera apoyado tanto, yo no estaría aquí”.