Cuba Technicolor: 15 artistas cubanos en Robert Miller
La muestra colectiva de arte cubano contemporáneo estará abierta hasta el 14 de noviembre en esta galería del circuito de Chelsea, Nueva York
Cuando Robert Miller y Betsy Wittenborn abrieron su galería en Manhattan, en 1977, hacía más de 16 años que Cuba y Estados Unidos vivían su luna de hiel —eso que los japoneses llama tsundere en un delicioso portmanteau—, y muy pocos recordaban la época en que Wifredo Lam exhibía en The Pierre Matisse, en el Fuller, el mismo edificio Art Deco de la 57 y Madison al que Robert Miller Gallery se mudaría pocos años después. Hoy, casi cuatro décadas más tarde, y restablecidas las relaciones con la isla, la galería —relocalizada en Chelsea—, cuyo portafolio incluye a importantes artistas, desde Diane Arbus, Patti Smith y Lee Krasner hasta Robert Greene, exhibe la muestra colectiva Nuevos Colores, que reúne 55 obras de 15 artistas cubanos (emergentes y maestros) de estéticas muy diversas.
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Abel Barroso. LA HISTORIA CONTADA POR QUIEN LA CUENTA. 2012. Collage, wood, acrylic, ink, and colored pencil residues on canvas 48 x 70 7/16 inches (122 x 179 cm)
El principal valor de la muestra es que destaca algunas tendencias del arte cubano contemporáneo: su facturación más laboriosa que lo transforma en un arte más orgánico, aunque por momentos aséptico y decorativo; su exploración —tardía— de la fotografía y la impresión digital sobre tela, con chispazos del ingenio, pero sin el desgarramiento del arte contestatario de los 80; un arte que puede ser agresivo y por momentos punk y hasta softporn, alimentándose de la estética kitsch, como las propuestas del grupo Stainless; un arte, más global, menos provinciano, que ya va abriendo su singular nicho en el mercado.
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Arlés del Rio. FLY AWAY. 2012 (from the series Nearness Galvanized steel and copper 101 1/8 X 251 15/16 x 53 1⁄2 inches 257 X 640 x 136 cm)
En un momento en que concurren por lo menos media docena de exhibiciones colectivas de arte cubano, habría que decir que Nuevos Colores es una exposición sin riesgos —aún cuando todos los artistas son residente en la isla, no son desconocidos en el mercado internacional, y han sido parte en algún momento del proyecto “Detrás del Muro”, del curador Juan Delgado, con quien han exhibido dentro y fuera de Cuba—. Además, se siente armada pensando más en promover ciertos artistas que en mostrar arte cubano, echando mano de piezas que probablemente ya estaban de este lado —Fly Away, de Arlés del Río, se vendió en la subasta de arte latinoamericano y contemporáneo de Sotheby’s en junio pasado por 11.875 dólares; gracias, quizás, a que la pieza había aparecido en 2012 en una reseña de The New York Times y a que otras de sus instalaciones de la serie Nearness ocuparon todo el paseo de Times Square durante el verano de 2014—. Si exceptuamos la habitación Mendive que incluye su instalación El paisaje y su dueño (2010), Pensamiento (2013) y piezas de la serie Agua (2013), creando su propio centro ceremonial, tampoco la muestra propone una intensa narrativa curatorial.
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Ariamna Contino ARSENAL. 2015. handcut paper, 200-gram Fabriano cardstock 18 7/8 x 24 9/16 in (48 x 62.5 cm)
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Stainless 52 AÑOS DE PALABRAS 2010 óleo sobre lienzo 78 11/16 x 118 1/16 in (300 x 200 cm). Cortesía de Robert Miller Gallery
Esto no quiere decir que Nuevos Colores sea una muestra fallida, todo lo contrario, incluye piezas emblemáticas, como Oggun, de Ernesto Rancaño; los meticulosos calados de la serie Arsenal de Ariamna Contino; La herida de Roberto Diago (medios mixtos/tela); los collages y ensamblajes de Abel Barroso; las abstracciones en gran formato de Once in a time, de Rachel Valdés Camejo, muy diferentes a la obra ultramoderna multimediática e interactiva, o erótica pop, por la que es conocida; o la instalación escultórica del mismo Arlés del Río, Esperando que caigan las cosas del cielo o deporte nacional (2012), con estructuras óseas de brazos en bronce y guantes de béisbol. Y desafortunadamente otras obras, aunque curiosas en el contexto insular, pierden impacto al exhibirse en New York, como los “retratos tejidos” de Jorge Otero, que no pueden comprarse en maestría, ingenio y rigor con los “woven portraits” de David Samuel Stern que exhibe actualmente el BAM.
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Jorge Otero PENSAMIENTO HISTÓRICO 2013 de la serie War Hero impresión digital tejida a mano 42 1/8 x 27 15/16 in, 107 x 71 cm, edición de 7 + 3 PA
Con Nuevos Colores, Betsy Miller no pretende mostrar lo mejor del arte cubano, sino “una selección de importantes artistas que han tenido limitada exposición y representación en Estados Unidos”, y en los que, además, “la galería está interesada”, según nos confesó. Y exhibir en Robert Miller, sea en una muestra temporal o como afortunado artista de su sólido portafolio, ya es para celebrar.
Cuba podría ser la bestia negra que le hace falta al amodorrado mercado del arte contemporáneo, por eso los galeristas le apuestan y se la beben con la avidez de quien descubre un lote abandonado de Henri Jayer Richebourg Grand Cru. Pero el arte cubano ha vivido un largo proceso de fermentación, tan disfuncional que puede ser amargo y difícil de tragar como el vino de plátano.
Nuevos Colores se exhibe en Robert Miller Gallery hasta el 14 de noviembre. 524 West 26 Street, Nueva York, 10001 | Tel. 212.366.4774 | robertmillergallery.com