Líderes políticos, religiosos y civiles de Chicago reaccionan a la masacre en Orlando
Líderes políticos, religiosos y civiles de Chicago se manifestaron en rechazo al atentado terrorista en Orlando, Florida, que ha dejado al menos 50 muertos, y en general manifestaron su solidaridad con las víctimas y sus familias. Además de alzar la voz en repudio al terrorismo y solidaridad con las víctimas, muchos de ellos han expresado la urgencia de encarar el grave problema del fácil acceso a las armas de fuego en Estados Unidos.
“Nuestras oraciones y corazones están con las víctimas del tiroteo masivo en Orlando, con sus familias y con nuestros hermanos y hermanas gays y lesbianas. Estamos agradecidos con el personal de atención de emergencias y los civiles que heroicamente se pusieron en riesgo y dieron con ello un recordatorio duradero de lo que son la compasión y la valentía, incluso ante un horror y peligro como ese. En respuesta al odio estamos llamados a sembrar amor. En respuesta a la violencia, la paz. Y en respuesta a la intolerancia, tolerancia. La gente de la Arquidiócesis de Chicago está con las víctimas y sus seres queridos, y reafirma su compromiso, al igual que el papa Francisco, para enfrentar las causas de esta tragedia, entre ellas el fácil acceso a armas letales. No podemos simplemente quedarnos sin hacer nada”, comentó el arzobispo de Chicago Blase Cupich.
El senador federal Dick Durbin indicó que “el tiroteo masivo de esta mañana es el peor en la historia de Estados Unidos. 50 personas fueron masacradas y docenas más heridas cuando un hombre armado abrió fuego sobre personas inocentes. Mi pensamiento y mis más profundas condolencias para las víctimas y a sus seres queridos. Mi solidaridad con la comunidad LGBT de Orlando y de todo Estados Unidos, Estos tiroteos masivos siguen un crecientemente trágico guión: el público queda descorazonado y enfurecido, el personal de emergencia y aplicación de la ley realizan su grave deber, y en el Congreso de proponen un torrente de propuestas políticas y discute sobre todo lo que habría podido evitar la tragedia. Pero cuando el debate termina y nadie ha cambiado, el Congreso se hace cómplice de la siguiente matanza. Tenemos el poder de actuar y debemos hacerlo. El fondo de esto es que permitimos que personas peligrosas compren armas en Estados Unidos y eso tiene que cambiar. En los próximos días, el Congreso debe tomar una posición contra el odio, el terrorismo y esta horrible violencia armada”.
El alcalde de Chicago Rahm Emanuel, por su parte, comentó que “el horripilante acto de terrorismo en Orlando fue un ataque a nuestros más fundamentales valores como estadounidenses. Amy y yo enviamos nuestras más profundas condolencias a los amigos y familiares de los que han caído. Junio es un tiempo en el que la gente de Chicago y todos los estadounidenses celebran con orgullo las contribuciones de nuestra comunidad LGBT. Esta horrenda violencia no hará sino ahondar nuestra determinación de construir una sociedad que valora a todos sin importar a quien dan su amor. Los pensamientos y oraciones de Chicago permanecerán con las víctimas de este ataque mientras buscan confort y valentía en los días por venir”.
Por su parte, el gobernador de Illinois Bruce Rauner dijo en un comunicado que “es descorazonador enterarse la masacre en Orlando, Florida. Atacar a una comunidad en celebración es deplorable. El estado de Illinois está con ellos en el estado de Florida y, en honor a las víctimas, he ordenado que todas las banderas sean colocadas a media asta inmediatamente. Por favor, acompáñenme a mí y a Diana en oración por aquellos afectados por esta tragedia sin sentido”.
El reverendo Jesse Jackson dijo que “la massacre de la madrugada del domingo en Orlando, Florida, fue un patente acto de terrorismo. Si fue inspirado en ideologías extranjeras u odios domésticos aún no lo sabemos. Cualquiera que haya sido la torcida motivación para el tiroteo masivo más letal en la historia de Estados Unidos, debemos poner fin, de una vez por todas, al vergonzosamente fácil acceso a armas que está matando a tantos estadounidenses. Se lo debemos a los 20 niños de primer grado y sus profesores acribillados en una escuela elemental en Newtown, Connecticut en 2012, se los debemos a las 14 personas muertas en la fiesta de una oficina en San Bernardino, California, en 2015, se lo debemos a los 31 estudiantes universitarios asesinados en Blacksburg, Virginia, en 2007, y la lista continúa. La violencia de las armas de fuego es una epidemia nacional, una desgracia internacional. Este pasado mayo en Chicago 66 personas fueron abatidas, casi todas por armas de fuego. Más de 300 más fueran baleadas y heridas. Debemos promulgar leyes de control de armas sensibles y aplicarlas. Ya es hora de restablecer la prohibición a las armas de asalto, como la que se uso esta madrugada en el club nocturno Pulse para matar a 50 personas y enviar a otras 53 al hospital, muchas en condición crítica. Debemos escoger futuros y no funerales y frenar el flujo de armas”.
El concejal Carlos Ramírez-Rosa, del Distrito 35 de Chicago, comentó en un comunicado que “tengo el corazón roto y los ojos llenos de lágrimas mientras me lamento por las víctimas y las familias del centro nocturno gay Pulse en Orlando. Estoy conmovido por las personas que en Florida esperan en fila para donar sangre para los 53 heridos. Ante esta tragedia mucho será dicho sobre control de armas, homofobia e islamofobia, sobre políticas que debemos cambiar, pero nada traerá de vuelta a nuestros 50 hermanas y hermanos. Pero pese a nuestra incapacidad para traerlos de vuelta, debemos seguir imaginando y construyendo un mundo lleno de amor para todos”.