Trump explica doctrina en Afganistán, sin precisar cifra de futuro despliegue militar
Unos 3,900 soldados serían enviados a ayudar en el combate contra grupos terroristas
WASHINGTON.- Para mantener el elemento sorpresa en una guerra que condenó como candidato, el presidente Donald Trump delineó este lunes su nueva doctrina en Afganistán, sin dar detalles pero destacando que la meta de EEUU no es “construir” naciones sino de “matar a terroristas”.
Durante su primer discurso televisivo en horas de máxima de audiencia, desde la base militar de Fort Myer en Arlington (Virginia), Trump explicó los principios que guiarán su estrategia político-militar en Afganistán, que supone el conflicto bélico más prolongado de EEUU, aunque repleto de retórica antiterrorista y con pocos detalles sobre la vara para medir su éxito en la región.
“Ya no estamos construyendo naciones. Estamos matando terroristas”, dijo Trump, teniendo a sus espaldas a varios soldados en el fuerte militar.
“No diré cuándo atacaremos, pero atacar lo haremos”, afirmó Trump, quien puso el ataque terrorista en Barcelona como ejemplo de que los terroristas no conocen límites ni fronteras.
Trump reflejó además la ansiedad de la opinión pública frente a una guerra que no tiene visos de solución -y la frustración de sus dos antecesores, George W. Bush y Barack Obama-, al señalar que el compromiso de EEUU no es “ilimitado” ni es un “cheque en blanco” porque el pueblo estadounidense “espera reformas y resultados reales”.
Aunque Trump no ofreció cifras sobre el número de soldados adicionales que serán desplegados al país asiático –ni dio cronograma, o fecha de salida-, la Administración dijo recientemente que unos 3,900 soldados serían enviados a ayudar en el combate contra grupos terroristas.
Se calcula que la guerra en Afganistán, lanzada en octubre de 2001, tras los atentados del 9/11, ya ha costado a EEUU $841,000 millones, y se ha cobrado la vida de cerca de 2,400 soldados, además de 20,049 lesionados. Esa guerra, también ha causado la muerte de 1,173 contratistas civiles de EEUU, según datos oficiales.
Durante la contienda, Trump criticó la estrategia de Obama en el sur de Asia, y dejó en claro que si ganaba la presidencia, él retiraría a las tropas.
Ahora, reconoció que aunque su “instinto” inicial era precisamente retirar a las tropas de Afganistán, la realidad de gobernar desde el Despacho Oval es “distinta”, y su estrategia se guiará por las condiciones sobre el terreno.
También advirtió de que EEUU no cometería los errores en la guerra de Irak, porque una salida precipitada crearía un vacío de poder que beneficiaría a los terroristas. EEUU ha identificado a 20 grupos terroristas en Afganistán y Pakistán.
Trump además acusó a Pakistán de dar refugio a extremistas mientras recibe “miles de millones de dólares” de EEUU, y le exigió que redoble sus esfuerzos contra los grupos terroristas como el Estado Islámico (ISIS) y Al Qaeda, a los que describió como “criminales, depredadores y perdedores”.
Pero la estrategia de Trump mantiene en pie muchos de los elementos políticos, militares y diplomáticos de la que tuvo Obama, en el sentido de que “los afganos serán responsables por su seguridad y construcción su país”, además de aumentar la presión sobre Pakistán.
Trump necesitará el respaldo del Congreso para llevar a cabo su nueva estrategia.
En un foro organizado por la cadena CNN, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo estar “complacido” con la decisión de la Casa Blanca porque, a su juicio, ya era hora de que EEUU tuviese una estrategia “integral” en Afganistán.
“No podemos permitir que se materialice otro refugio seguro para terroristas”, dijo Ryan.
Pero otros influyentes líderes republicanos, entre ellos el senador Rand Paul, dejaron en claro antes del discurso de que se oponen a una ampliación del conflicto en Afganistán, reflejando la preocupación de su base.
En ese sentido, Anthony Cordesman, analista en materia de seguridad en el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), dijo que, en realidad, EEUU no tiene “buenas opciones” y por lo tanto es casi imposible predecir cuáles serían los pronósticos de una guerra prolongada.
Leyendo con la ayuda de un TelePrompter, Trump se describió como alguien que “resuelve problemas”, y su discurso no contuvo su conocida retórica incendiaria, aunque ofreció a la opinión pública la complejidad de matices en la política exterior de EEUU.
El número no precisado de soldados estadounidenses que serían desplegados a Afganistán –encima de los 8,400 afincados allí- serviría de complemento a los centenares de asesores adicionales que enviaría la organización transatlántica de la OTAN y países europeos para el conflicto bélico en ese país.
En la actualidad, el gobierno de Afganistán aporta a los esfuerzos militares unos 21,000 soldados de operaciones especiales, que conforman el 7% de sus fuerzas de defensa y seguridad nacional. Los soldados estadounidenses tienen un papel clave de asesoría, capacitación y logística para combatir a los talibanes y demás grupos extremistas, pero pueden abrir fuego en defensa propia.
Tras una convulsionada semana en la que fue criticado por sus reacciones a la violencia en Charlottesville (Virginia) a manos de grupos supremacistas, Trump abrió su discurso hoy con un mensaje de agradecimiento a las tropas y otro contra el odio y la intolerancia en EEUU.
“Una herida infligida contra un solo miembro de nuestra comunidad, es una infligida contra todos nosotros. Cuando adolece una parte de EEUU, todos adolecemos. Y cuando un ciudadano sufre una injusticia, todos sufrimos juntos”, dijo Trump.