Fotos: Gina Rodriguez presume cuerpazo posando para la revista ‘Shape’
Tras pasar un mes entrenando con expertos de Muay Thai en Tailandia, la actriz se siente una mujer nueva tanto por dentro como por fuera
Desde muy pequeña, la actriz Gina Rodriguez había visto y practicado boxeo debido a que su padre era arbitro profesional de esta disciplina, pero no fue hasta que descubrió el Muay Thai cuando su vida cambió por completo. La protagonista de ‘Jane the virgin’ descubrió este arte marcial el año pasado -que permite utilizar piernas, brazos, pies, rodillas, y codos para golpear e inmovilizar al rival- y poco después viajó a Tailandia junto a su novio, Joe LoCicero, para pasar un mes entrenando con verdaderos profesionales de esta modalidad.
El resultado de los duros entrenamientos -dos horas y media cada día- a los que se sometió la intérprete durante su estancia en el país asiático salta a la vista en la portada que acaba de protagonizar ahora para la revista Shape. Sin embargo, el cambio más importante que ha experimentado se ha producido a nivel interno.
“Para hacer Muay Thai tienes que trabajar tu fuerza y tu aguante. Es el control de la mente sobre la materia, tienes que empujarte para superar tus límites. Lo que más me gusta es la sensación de fortaleza interna que me proporciona. Saber que puedo protegerme a mí misma es un sentimiento muy poderoso”, asegura la artista en la entrevista que acompaña el impresionante reportaje fotográfico que ha protagonizado para la publicación.
Después de unas semanas tan intensas, que modelaron rápidamente su figura, Gina regresó a Los Ángeles para comenzar a rodar la nueva temporada de su serie y en seguida comenzó a apreciar, para su desesperación, cómo comenzaba a ganar volumen de nuevo.
“Cuando empecé a grabar de nuevo ‘Jane’, ya no tenía tiempo para entrenar, ni siquiera de noche. Así que aprovechaba los fines de semana, y a veces solo entrenaba el sábado y me permitía tomarme el domingo para recuperarme. Como resultado, mi cuerpo cambió rápidamente. Ya no me entraba cierta ropa, y volví a tener más curvas. Antes me habría torturado a mí misma por permitir que sucediera, pero mi novio me dio un gran consejo: ‘No te enfades con tu cuerpo, ha cambiado porque también lo ha hecho tu rutina’. Esas palabras fueron un regalo”, recuerda.
Gracias a esa recién adquirida sabiduría, Gina se ha dado cuenta que ni siquiera ella, que tanto se ha esforzado por luchar contra los cánones de belleza tradicionales, está a salvo de la nociva influencia que ejerce la industria de la moda y el cine al perpetuar un estereotipo concreto de mujer: delgada y alta.
“Como actriz, sufres un montón de presiones para que tengas un aspecto determinado o para que entres en una talla de muestra. Pero yo debo aceptar que, si estoy rodando ‘Jane’, no puedo entrenar tanto. Y entonces mi cuerpo lucirá distinto, y no pasa nada por ello. No voy a sacrificar la alegría en mi vida para machacarme en el gimnasio“, concluye.