¡Cuidado! Tus hijos podrían estar siendo víctimas de pornografía infantil
Los riesgos no se limitan al internet
A diario los menores de edad se ven más expuestos a los peligros que existen, ni siquiera hay necesidad de que estén en la calle. Ahora desde un celular, una tablet o un computador, pueden quedar completamente expuestos.
¿Qué tanto podemos controlar lo que ven o hacen? Evidentemente no se trata de que te conviertas en un policía o investigador de familia. Ganarse la confianza de los menores en casa es la mejor forma de evitar que se conviertan en víctimas de delitos como la pornografía infantil.
Para comenzar pon mucha atención a la cercanía que hay entre tus hijos y personas que tienen contacto con ellos. En una gran mayoría de casos los victimarios son personas conocidas, cercanas a nuestro círculo. Es complicado, pero a veces es mejor mantener cierto grado de desconfianza con quienes frecuentan mucho a los menores.
Los niños, por su nivel de inocencia, tienden a temer estar haciendo algo mal, por lo que prefieren no entrar a tocar ciertos temas. Por lo general un victimario pone responsabilidad sobre el menor respecto a los actos a los que es incitado, de tal forma que el niño teme hablar con un adulto sobre lo que ha hecho.
Es muy importante que siempre tengas una comunicación fluida con tus hijos y les hagas entender que hay ciertos actos de los que ellos no son responsables. No te conviertas en el padre regañón, tus hijos evitarán contarte detalles de lo que hacen para evitar conflictos. Habla con ellos, enséñales, guíalos y corrígelos con amor y sobre todo, con mucho respeto.
La pornografía infantil inicia cuando un adulto se acerca de forma íntima (no necesariamente con contacto físico), a un menor de edad. Por lo general alguien es considerado menor antes de los 18 años.
Entrando en un ambiente de confianza, el adulto comienza a resaltar cualidades del niño o adolecente, en su gran mayoría físicas. Después de elogiar al menor lo suficiente le pide fotografías. Ten en cuenta, el proceso es paulatino, lento, no es algo que pase de la noche a la mañana. Estos hechos no pasan por accidente, normalmente son premeditados. Las fotos comienzan con ropa, después piden un poco más. A medida que el victimario se gana la confianza del niño pide que las fotografías sean más explícitas. Sea que las imágenes sean conservadas en un archivo personal o publicadas, la malicia es la misma, el delito cometido y el riesgo para el menor no varía, está expuesto.
Acá te dejamos un video publicado por Noticias RCN en Colombia que narra un caso real, puede que estos ejemplos llamen tu atención.
¡Mantente alerta, ningún adulto tiene mucho de qué hablar con tus hijos! Si sostienen conversaciones frecuentes, gustos y existe una excesiva confianza, es mejor que abras los ojos, algo podría estar pasando y no lo has notado.