El país en el que solo los ciegos pueden ser masajistas profesionales
Manos firmes, dedos diestros y conocimientos básicos de la anatomía humana son elementos indispensables para ser masajista en cualquier lugar del mundo. Pero hay un país donde esto no es suficiente
Manos firmes, dedos diestros y conocimientos básicos de la anatomía humana son elementos indispensables para ser masajista en cualquier lugar del mundo.
Pero hay un país en que esto no es suficiente.
Allí, el principal requisito para obtener una licencia de masajista no tiene que ver con las manos, la experiencia o la técnica.
En Corea del Sur van más allá: las autoridades exigen que únicamente las personas ciegas pueda practicar este oficio milenario.
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Es una disposición amparada por una polémica ley que se ha impugnado cuatro veces y que el Tribunal Constitucional de la nación acaba de ratificar este martes.
Y es que en ese país asiático, las autoridades dispusieron hace más de un siglo que solo personas invidentes podrían practicar el masaje, como una forma de garantizarles una forma de generar ingresos para su subsistencia.
En la nueva sentencia, el Tribunal Constitucional surcoreano explicó que la decisión de continuar con la ley obedece a que las personas invidentes tienen pocas opciones de carrera y que era la “única forma” de ayudarlos a ganar un sustento.
Dada la alta demanda de masajistas en el país, muchos coreanos han tratado en los últimos años de que las autoridades deroguen la ley, cuyo incumplimiento puede conllevar multas de hasta $4,500 dólares o, incluso, condenas de tres años de cárcel.
Sin embargo, el Tribunal decidió que la normativa se mantendrá vigente y que solo las personas con licencia, es decir, invidentes, podrán ejercer el oficio en todo el país.
Polémica
Corea del Sur aprobó esta ley en 1913, tras la invasión del país por parte del ejército japonés.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los representantes del gobierno de Estados Unidos que controlaban la península coreana suspendieron este requisito, pero se volvió a adoptar en 1963.
Desde entonces, las polémicas entre los masajistas invidentes y los videntes han sido frecuentes, dado que estos últimos también exigen su derecho constitucional a elegir su profesión.
Y es que, de acuerdo con la Carta Magna del país, cada ciudadano tiene el derecho de escoger su carrera y el Estado no debe interferir en ello.
La prohibición ha llevado también a la aparición de comercios donde se ofrecen masajes de forma ilegal.
Según cifras del gobierno surcoreano, unos 7,000 invidentes ejercen de masajistas, mientras el número de personas sin problemas de visión que también dan masajes es de 12,000.
Los críticos a la ley argumentan que también se trata de una forma de discriminación, al limitar a las personas invidentes a un único oficio sin la posibilidad de crecer en otras profesiones.
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