Presidente del Senado de California deja su puesto con mirada fija en Washington
Kevin de León aspira a ser el primer latino que represente a California en el Congreso
El demócrata Kevin de León, que deja la Presidencia del Senado californiano y es una de las caras más visibles de la resistencia a la Administración Trump, se acerca a la posibilidad de ser el primer latino que represente a California en el Congreso en Washington.
“Hay muchos en el Partido Demócrata que quieren un cambio para el futuro, quieren una nueva voz, una voz fuerte en Washington que represente los valores de California”, dijo en entrevista De León, que en su carrera por un sillón en el Senado federal se enfrenta a la experimentada Dianne Feinstein, quien a sus 84 años busca su quinta reelección.
De León ya le ganó en febrero pasado una “primera ronda” durante la convención demócrata en San Diego, en donde la mayoría el 54 % de los más de 3,000 asistentes le dieron el apoyo al hispano, aunque insuficiente para hacerse con el necesario 60% a fin de lograr consolidarse como único candidato del partido.
Feinstein acumuló sólo el 37% de los votos, la primera vez que no logra ganar el respaldo total de los demócratas desde 1994, cuando ganó por primera vez las elecciones para un periodo completo.
“Es un hecho, los números están ahí y creo que muestran una necesidad de cambio”, resalta el legislador, que entiende sin embargo que en esa carrera no tiene todo ganado y que la veterana legisladora cuenta con un fuerte respaldo y “poder”.
Se pregunta no obstante de qué le ha servido a California ese “poder” acumulado en 25 años por Feinstein en la Cámara Alta.
“¿Cómo nos hemos beneficiados con hechos concretos?”, insiste. “Todo el mundo anda con esta tesis del poder acumulado en tantos años, pero creo que están equivocados”, agrega.
De batallas contra “poderosas maquinarias” De León ya tiene experiencia. Uno de sus primeras victorias en su cruzada en defensa de los inmigrantes fue contra Pete Wilson, gobernador de California (1991-1999), y la Proposición 187 que vetaba a los indocumentados el acceso a la salud y la educación pública en ese estado.
En 2014 hizo historia al convertirse en el primer latino en más de 130 años en presidir el Senado estatal y el año pasado no descansó hasta convertir en ley la iniciativa SB 54, conocida como el “Acta de Valores” y que puso a California a la cabeza del movimiento santuario.
La Administración Trump no tardó en demandar a California asegurando que tres aspectos de la SB 54 van en contra de la Constitución.
De León, un feroz crítico del magnate republicano, asegura que su propuesta se basa en que “California, como la sexta economía en el mundo, tiene el derecho de proteger los derechos civiles de los más marginados”, una idea que mantiene en su campaña y que le viene desde el seno de su hogar.
Es hijo de Carmen Osorio, una guatemalteca indocumentada y madre soltera que trabajó limpiando casas en San Diego por muchos años hasta que logró que su hijo se graduara de la Universidad de California en Santa Bárbara.
Ahora, a tres meses de las primarias en Nuevo México, el legislador apela a esa historia de superación para derrotar a su principal contendiente y a los más de 10 millones de dólares que tiene la legisladora para invertir en su campaña.
California tiene un sistema abierto de primarias, lo que significa que los dos candidatos con mayor votación pasarán a la elección final el 6 de noviembre, sin importar a qué partido pertenezcan
Una encuesta del Instituto de Política Pública no partidista de California mostró en febrero que De León sólo lograba imponerse de forma apabullante en el distrito de Los Ángeles, por eso sabe que tiene que salir a dar a conocer su plataforma en lugares donde aún sigue siendo desconocido para muchos votantes.
Exhibe la necesidad de dar una pelea más franca y sincera por lograr que los californianos tengan acceso al aire limpio, agua y un sistema de salud que les garantice cobertura. Las regulaciones de las armas y la creación de empleos bien pagados están también entre las propuestas del candidato de 51 años.
“Habrá demócratas que voten por Feinstein y otros me elijan, pero creo que al final se impondrán nuestros valores, no los propios sino los de una comunidad, las creencias que necesitamos defender como el estado que somos”, valoró.