Aprende a distinguir las calorías buenas de las malas

El temor que se tiene a la palabra caloría suele tener un efecto contraproducente

No siempre lo que parece más saludable resulta lo mejor para el organismo.

No siempre lo que parece más saludable resulta lo mejor para el organismo. Crédito: Getty Images

La obsesión por la palabra “caloría” a veces puede llegar a niveles insospechados. Más de uno analiza con detenimiento la carga calórica de cada alimento que consume para calcular su posible impacto en el cuerpo.

El asunto es que las calorías se suelen asociar directamente con el peso, o mejor dicho, el sobrepeso que afecta al cuerpo, sea porque se consumen en exceso o porque no se hace nada para quemarlas.

Hacer ejercicio es una manera de quemar calorías, aunque eso no significa que se está perdiendo peso. La clave es la alimentación. (Foto: Getty Images)

Una percepción que no es del todo correcta, como le dijo a BBC Mundo Juan Francisco Marco, profesor del centro de ciencia deportiva y fitness Alto Rendimiento en España.

“El miedo que hay no tiene sentido y no debería ser así”, explicó Marco.

“La kilocaloría es al fin y al cabo energía, una energía que necesita nuestro cuerpo para funcionar durante el día. El problema es el exceso y cuál es el origen de ese exceso”.

A evitar

El profesor español se refiere a kilocaloría, que es la que está vinculada al aspecto nutricional de los alimentos y a la que el químico estadounidense Wilbur O. Atwater hace mención como Caloría, con la primera letra en mayúscula.

Pero no todas las kilocalorías son iguales y de allí que sea importante la diferenciación entre las que son buenas para el organismo y las malas.

No es lo mismo las que aportan las proteínas a las que aportan los carbohidratos y es por eso que es necesario entrar en el concepto de los macronutrientes: proteína, grasas o lípidos y carbohidratos o azúcares”, resaltó marco.

“Las peores son las que se encuentran en los azúcares de absorción rápida, que por cada gramo aportan cuatro kilocalorías que si no se consumen rápidamente se irán acumulando, es decir, engordando”.

En este grupo se encuentran los dulces, los refrescos o bebidas gaseosas e incluso la fruta y los lácteos, que posee un tipo de azúcar del que no es conveniente abusar si no se consume de forma rápida.

Para el profesor de Alto Rendimiento hay un problema de desinformación y de generalización.

No todas las grasas son malas, aclaró Marco.

“Con las saturadas hay que tener cuidado, sobre todo de origen animal, que te producen nueve kilocalorías por gramo”.

Los tipos de grasas que producen calorías positivas para el organismo se pueden encontrar en alimentos con aceite vegetal, frutos secos o pescados como el salmón, atún o la caballa.

Y al igual que las grasas, tampoco se puede generalizar con los carbohidratos, porque existen los de absorción lenta, que sí son beneficiosos para el cuerpo.

“El arroz, los cereales o las legumbres te van a proporcionar las mismas cuatro calorías por gramo, pero las de absorción lenta permiten que el cuerpo las metabolice y asimile de manera más progresiva y por lo tanto no se corre el riesgo de engordar”.

Cuestión de porcentajes

Una manera de ver cuáles alimentos de los que consumimos nos ofrecen la posibilidad de ingerir calorías buenas es observando su composición nutricional.

“Hay que huir de los azúcares rápidos”, advierte Marco.

“Lo ves donde dice la cantidad de carbohidratos y de ellos qué tanto porcentaje se refiere a los azúcares. Lo mismo que pasa con las grasas, que si tienen un porcentaje elevado de saturadas hay que evitarlo”.

En las etiquetas de los alimentos se especifican las cantidades de carbohidrato y grasa que contiene, además de cuánto corresponden a azúcares y saturadas. (Foto: Getty Images)

lgo que también se recomienda evitar es el alcohol “que son kilocalorías muy malas y vacías“.

“El problema es que son en promedio siete kilocalorías por gramo y no aporta nutrientes. Si a eso le sumas que se elabora a partir de cereales y se añaden azúcares estamos hablando de un exceso calórico que hace que sea muy peligroso para el organismo”.

Por último, el profesor español hizo hincapié en que teniendo en cuenta que lo más recomendable es balancear la dieta en base a alimentos que proporcionan calorías buenas, no hay que exagerar en la cantidad que se consume, ya que los niveles varían en cuanto a las características de cada persona.

“Con un biotipo estándar, de una persona que hace ejercicio de forma moderada tres veces por semana y con un nivel de sedentarismo que se considera normal se recomienda un consumo de 1,800 calorías diarias para las mujeres y de 2,200 para los hombres“, recordó.

Después ya se trata que cada quién vaya sumando y restando de acuerdo a su dieta y estilo de vida.


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