‘Mosting’, la “pesadilla” que viven los solteros de hoy

Hoy en día, el amor se vive a la velocidad de un match en Tinder

Todo va bien hasta que la pareja desaparece después de un gran gesto romántico.

Todo va bien hasta que la pareja desaparece después de un gran gesto romántico. Crédito: Shutterstock

Se conocen en alguna red social, chatean, salen una vez, siguen chateando, salen tres veces más y el otro o la otra desaparece. Deja de contestarte los mensajes y te borra de todos lados. A esa táctica tan poco amable ya la conocemos hace rato como ghosting (fantasmear, en en español). Pero ahora hay nombre para una que es todavía más cruel e incluye grandes gestos amorosos antes de esfumarse: el mosting.

La que le puso nombre fue la periodista Tracy Moore en la Mel Magazine en este artículo y varios medios del mundo salieron a contar de qué se trata. Muchos solteros y solteras se sintieron identificados al instante.

“Cuando estaba con él, éramos como novios. Dormíamos de cucharita, de la mano, todo el show, me hacía el desayuno y después desaparecía por completo. Había mucho cariño pero después…nada, yo no entendía”, cuenta Lucía sobre una experiencia que tuvo a los 25 años, lo que define claramente el mosting.

En algunos casos, puede incluir planes a futuro, declaración de intenciones más serias y grandes palabras de amor. Matías de 23 años, cuenta que lo hizo más de una vez y que se arrepiente.

“Nunca fue con intenciones de engañar y en su momento no supe comprender lo que hacía, solo con el paso del tiempo pude adquirir la perspectiva necesaria para entenderlo”, dice. “Salí durante un tiempo con una chica a la que le di a entender que iba muy en serio con ella, porque cuando estábamos juntos realmente lo pensaba, hasta imaginaba un futuro a su lado. Pero cuando no estaba con ella me olvidaba de esa sensación y al tiempo me aburrí”.

Para la Lic. Patricia Kerszenblat, esto tiene que ver con la manera en la que muchos encaran las relaciones, explica: “Predomina el individualismo, todo está marcado por lo mercantil, por la economía, y el amor cae dentro de esta generalidad”.

Para entender más sobre el tema vale citar al filósofo Zygmunt Bauman y su amor líquido, sigue la Lic. Kerszenblat: “Tiene que ver con los vínculos humanos frágiles de la posmodernidad, son más lábiles, por eso lo líquido: No son sólidos. Son cada vez más superficiales y fugaces”.

Otra teoría es que ahora todo empieza muy rápido, a la velocidad de un match de Tinder, entonces muchos entienden que pueden terminar algo con la misma velocidad. No toman la decisión de manera estratégica o para causar un mal necesariamente, pero no les causa tanto escozor hacerlo. Sofía de 26, que admite haberlo hecho, va también por este lado: “Hay mucho de no entender una forma más estable de relacionarnos en la era de la respuesta rápida. Tal vez es mucho amor para darlo con tanta rapidez, y lo único que sabemos hacer después es desaparecer con la misma velocidad”.

Después está el debate de siempre: quienes aseguran que las chispas vuelan cuando tienen que volar y quienes piensan que a veces el miedo puede apagar esas chispas antes de que el cuerpo las deje salir. “En mi caso, la demostración de amor previa fue genuina y supongo que lo típico sería pensar que después de eso viene el miedo, pero también es simplificarlo un poco”, explica Natalia de 27 años que está más del lado de las chispas libres. Quizás no haya que ponerse de una vereda si no entender que es una mezcla entre los tiempos que corren y los tapujos de siempre. Lo resume la Lic. Kerszenblat: “Hay algo que Lacan dijo como definición del amor: Es dar lo que no se tiene a quien no lo es. Es muy difícil de soportar en esta época esto de que el otro no es quien te va a completar y llenar todas tus expectativas, siempre va a haber algo que va a quedar incompleto”.

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