Un cerdo se hizo el muerto para salvar a su dueña
Los animales pueden llegar a altos niveles de empatía y comprensión con sus dueños
Queremos rescatar una de esas historias que seguro sería mucho más popular si hubiera sucedido en la actualidad.
Si esto hubiera sucedido en la era actual de Internet, Lulú, la cerdita barrigona, sería una sensación en Internet que saldría en los titulares de todo el mundo. Pero fue en 1998 cuando Lulu se hizo la muerta para salvar a su moribundo dueño.
En 1997, Jo Ann y Jack Altsman, de Beaver Falls, Pensilvania, acordaron cuidar al cerdo de su hija, Lulu. El cuidado temporal se convirtió en permanente ya que el vínculo entre el cerdo y sus nuevos padres se hizo fuerte. Tan fuerte, de hecho, que cuando Jo Ann tuvo un ataque al corazón, Lulu estaba allí para salvarla.
El ataque al corazón de Jo Ann se produjo el 4 de agosto de 1998, cuando su esposo estaba fuera de la ciudad en un viaje de pesca. Ella cayó al suelo y gritó pidiendo ayuda. Incluso logró lanzar un despertador por la ventana en un intento por llamar la atención de cualquier persona que pudiera estar cerca. Nadie estaba cerca.
Su único perro, un esquimal estadounidense llamado Bear, ladró y ladró. Lulu se dio cuenta de que no era suficiente y decidió actuar. Salió del patio de una manera que le dejó la piel desgarrada y sangrando.
Se dirigió al camino y se dejó caer como si estuviera muerta. Cuando un conductor se detuvo, preocupado por las heridas del cerdo, Lulu lo condujo de vuelta al remolque.
El hombre llegó al remolque, vio a Jo Ann en apuros y marcó el 911. Jo Ann fue llevada al Centro Médico, Beaver, para una cirugía a corazón abierto.
Si hubieran pasado 15 minutos más, según los médicos, ella habría muerto.
En el Hotel Mayflower en Nueva York, LuLu recibió la medalla de oro Tiffany, de la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad contra los Animales. Ella hizo apariciones en Oprah Winfrey Show y The Late Show con David Letterman.
Los cerdos son quizás los animales domésticos más inteligentes que se conocen, más que los gatos y los perros, según algunos expertos.
El acto heroico de Lulu es un excelente ejemplo.