¿Qué beneficios deja el madrugar?
No solo le rinde más el día, sino que puede ser más productivo
Hay varias teorías que coinciden en que lo que uno realice durante las primeras horas de la mañana, determinará si el resto del día será productivo o no. Y es que, según estudios científicos, en esas horas de la alborada es cuando el cerebro se encuentra más descansado y receptivo, y posee más capacidad de análisis y aprendizaje.
Por ello, no debe sorprender cuando algunos ejecutivos exitosos revelan que ellos inician su mañana muy temprano, luego de haber descansado toda la noche. Dicen que, de esta manera, tienen tiempo para ejercitarse, planificar su día, trabajar a solas unas horas y enterarse de las noticias, antes de comenzar las reuniones y la rutina del trabajo diario.
Por ejemplo, Jack Dorsey, cofundador de Twitter y director de Square, se levanta a las 5:30 a.m. para trotar unas seis millas. La presidenta de Xerox, Ursula Burns, realiza una sesión diaria de entrenamiento a las 6:00 a.m. El CEO de Christies, Steve Murphy, usa las mañanas para practicar yoga. El CEO de GE, Jeff Immetl, inicia sus días con un ejercicio cardiovascular, después lee el periódico y ve las noticias. El CEO de la aerolínea Virgin America, David Cush, usa sus mañanas para escuchar la radio y leer el periódico mientras se ejercita en la bicicleta estacionaria y Katherine Power, la presidenta de Clique Media Group, va al gimnasio temprano.
Dan Ariely, especialista en psicología del comportamiento y catedrático de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, indica que “las dos horas siguientes luego de despertarnos por completo son las mejores. Y hacer ejercicio físico por la mañana es el mejor secreto para activarse”.
Igualmente, asegura Ariely que, para ser productivo en el trabajo y en la vida en general, hay que aprender a administrar el tiempo.
Las claves
Lee Biggins, fundador y director de CV-Library, una de las principales compañías británicas de asesoría y ayuda en línea para la búsqueda de empleo, está de acuerdo en que lo que hagamos las primeras horas del día, determinarán si este será o no, productivo.
Según Biggins, la gente más exitosa en los negocios efectúa cada mañana cinco tareas clave que les aseguran un día fructífero. Él las llamó “Los cinco consejos de oro de Biggins” para aplicar cada mañana.
Estas son:
-Un poco de ejercicio antes de trabajar: Salir a correr, trotar o ir al gimnasio antes del trabajo es esencial, ya que despeja y aclara la mente y levanta el ánimo para afrontar el día que comienza y cualquier desafío que tenga.
-Toma un desayuno saludable: Para ser productivo hay que proporcionarle al cuerpo el “combustible” adecuado: una buena alimentación.
-Limpia la bandeja de entrada de tu e-mail: Lo primero que hay que hacer al llegar a la oficina es comenzar el día despejando la bandeja de entrada de mensajes y respondiendo las consultas urgentes.
-Determina tus metas para el día: Debes asegurarte de tener claros los objetivos para el día. Para mantener el rumbo y ser productivo, será de gran ayuda conocer con exactitud aquello que uno quiere conseguir al cabo de cada jornada.
-Marca una lista de prioridades: Después de haber establecido las metas para el día, elabora una lista con las tareas clave que se quieren o necesitan completar, ordenándolas por prioridad e importancia.
La regla 90/90/1
Otra regla para la productividad es la regla 90/90/1, una idea original de Robin Sharma, asesor en liderazgo y líder de la consultora global Sharma Liderazgo Internacional.
Esta regla dice que dediques 90 minutos, por 90 días para un solo proyecto. Su teoría plantea que por 90 días se dediquen los primeros 90 minutos de trabajo a una sola tarea, la más importante. Lo ideal es que separes ese tiempo en tu agenda y, si no puede realizarse en la mañana, puedes hacerlo en otro momento durante el día laboral.
Según Sharma, a la concentración máxima se le debe dedicar a una sola tarea, la primera hora y media del tiempo, y el resto de la jornada, trabajarla de forma normal, para hacer las demás tareas. Esto es muy efectivo y los resultados se pueden ver en el avance de un proyecto concreto.
Recuerda: No se trata de dedicar los 90 minutos a varias tareas a la vez sino a una en concreto y sin interrupciones. Nada de ver e-mails, ni contestar llamadas, ni juegos, ni una reunión. Interrumpir una tarea a cada momento baja el rendimiento, ya que uno no puede dar el máximo si se desconcentra a cada rato.
Realizar esto por 90 días es tiempo suficiente para que esta actitud se convierta en hábito.