El regalo con más interés para su hijo
Conozca las cuentas 529, las más indicadas para ayudar a los hijos con los estudios
Las cuentas 529 están pensadas para ayudar a ahorrar para pagar estudios./Shutterstock Crédito: Shutterstock
Con el tiempo, apenas semanas, los niños suelen perder el interés en los juguetes que les regalan en sus cumpleaños aunque siempre puede haber algún objeto excepcional que acapare su interés. Sin embargo, con el tiempo y una buena estrategia, lo que gana interés es el dinero.
“Puede resultar un poco incómodo decir que se prefiere dinero para un regalo pero es práctico”, concede Mark Kantrowitz, editor y vicepresidente de análisis de SavingForCollege.com. Y nunca es demasiado pronto para empezar a ahorrar ese dinero en una cuenta con la que pagar los estudios superiores de los hijos en cualquier tipo de cuentas de ahorros o de inversión.
Si eso es lo que quiere, ayudar a su hijo/a, a pagar por un grado que le abra puertas en un competitivo mercado laboral, y evitar en la medida de lo posible las grandes deudas que esto acarrea, Kantrowitz recuerda que se puede ahorrar el dinero en un Certificado de Depósito (CD), una cuenta de inversión o la simple cuenta de ahorros pero la mejor opción es la cuenta 529.
“Por dos motivos”, resume, “por su tratamiento fiscal y porque es la que menos afecta la posibilidad de recibir ayuda financiera a través de FAFSA (Free Application for Federal Student Aid )”.
La ventaja fiscal de las cuentas 529 es que la rentabilidad que se tenga sobre la inversión (en acciones, bonos y una mezcla de ambos dependiendo de la estrategia que se utilice) una vez que se desembolsa para pagar por los gastos de estudios no es tributable. Ahora bien, si el dinero de esta cuenta se termina utilizando para comprar un carro o una televisión o lo que sea, no solo hay que pagar impuestos sobre esos ingresos sino que también se hace frente a una penalización.
Además, en 35 estados (entre ellos Nueva York) y el Distrito de Columbia hay deducciones o créditos fiscales para las contribuciones anuales que se hagan a esas cuentas. En California no hay trato fiscal estatal favorable en este aspecto preciso.
El beneficiario es el futuro estudiante pero los activos y estas deducciones o créditos fiscales, son de los padres o de los abuelos que abran la cuenta, o los tíos… Quienes abren la cuenta a favor del estudiante son los dueños de esos activos y, de hecho, ellos pueden cambiar quién es el beneficiario de ese dinero. Es algo práctico si el hijo decide no seguir estudiando o no se usa este dinero en educación privada primaria o secundaria como permite desde este año la reforma tributaria aprobada por Donald Trump.
El beneficiario se puede cambiar y se puede destinar a otro estudiante.
Aunque estas cuentas las puede abrir quien quiera a favor de un sobrino, un nieto, un primo y si se está en uno de esos 35 estados o DC puede ser beneficiosa fiscalmente, Kantrowitz advierte de la otra cuestión que hay que tener en cuenta: la solicitud de ayuda de estudios o FAFSA.
Cuantos más ingresos y activos tenga el estudiante para menos ayuda externa calificará. Cuando se solicita el FAFSA se tienen en cuenta los ingresos y activos de los estudiantes y los de sus padres. El impacto negativo de los activos de los padres en esa petición es mucho menor que los ingresos que tenga el estudiante y por tanto la cuenta 529 no descontará tantos puntos como pueda hacerlo cualquier otra o un CD que esté a nombre del joven.
Si unos abuelos han abierto una cuenta 529 y dan el dinero al estudiante se considerará como ingreso del estudiante (los activos de los abuelos no contabilizan para el FAFSA) por lo que recibirá menos ayuda pública o privada.
“El impacto de los ingresos es mucho mayor que el de los activos a la hora de conseguir un paquete de ayuda más o menos generoso”, explica Kantrowitz que concede que es mejor que se hagan aportaciones por parte de familiares y amigos a las cuentas abiertas por los padres en este sentido aunque quienes dan este dinero no se beneficien de la tributación favorable, si la hay, en el estado.
“Otra consideración importante a tener en cuenta”, apunta este especialista, “son las comisiones”. Las que cobran quienes gestionan estas cuentas. “Lo ideal sería pagar menos del 1% en comisiones”, aconseja. Hay dos maneras de abrir estas cuentas una es directa con un plan ofrecido por el estado y otra es a través de agentes financieros (por ejemplo bancos) que suelen tener comisiones más elevadas. Si es su caso, piense que dos veces al año puede cambiar la cuenta al igual que puede cambiar la estrategia de inversión.
