El suegro incómodo de la familia real volvió a “meter la pata”
Dice que Meghan Markle vive aterrorizada
En un primer momento, tras conocerse la relación que el príncipe Enrique mantenía con su ahora esposa, al padre de Meghan Markle se le presentó como un hombre muy discreto y sin interés alguno en seguir el ejemplo de sus otros hijos, que no tardaron en conceder jugosas exclusivas acerca de la relación inexistente que mantenían con la actriz. Sin embargo, esa imagen pública no tardó en cambiar drásticamente.
A solo seis días del enlace real salió a la luz que el antiguo director de iluminación había pactado con los paparazzi las imágenes de su día a día en México que habían llegado hasta Reino Unido y en las que se le veía observando fotos de su hija en la prensa o probándose un traje para la boda. En vista de la polémica que generó esa revelación, Thomas Markle no estuvo presente en el gran día de la pareja tras argumentar que la reciente operación de corazón a la que se había sometido le impedía realizar grandes desplazamientos.
Desde entonces, Thomas se ha convertido en un quebradero de cabeza constante para Meghan y, en menor medida, para la siempre tradicional monarquía británica. En su primera entrevista televisiva a un programa británico, ‘Good Morning Britain’, este cometió el imperdonable error de hablar de la opinión que el polémico presidente de los Estados Unidos Donald Trump le merecía a su yerno, el príncipe Enrique, quien como miembro de la casa real debe permanecer neutral en temas de política.
Ahora el padre de la duquesa ha vuelto a la carga con una serie de explosivas declaraciones concedidas al tabloide The Sun, en las que se queja de no haber sido invitado a conocer en persona a la reina Isabel II -“Si se reúne con Trump, ¿por qué no conmigo también?”, se pregunta- y afirma que no habla con Meghan desde hace meses.
“El número de teléfono al que la llamaba antes ya no está activo y no tengo su información de contacto. Podría enviarle algo a palacio, pero no hay ninguna garantía de que le fuera a llegar. Le he enviado algún mensaje a mi contacto en el palacio diciendo que me gustaría hablar con ella, pero no obtengo respuesta”, confiesa en la mencionada entrevista, en la que asegura que su última conversación telefónica con Enrique y Meghan tuvo lugar poco después de su paso por el altar.
Pese a su decepción ante el “abandono” al que estaría siendo sometido, Thomas asegura estar dispuesto a viajar hasta Inglaterra para reencontrarse con Meghan porque teme que esté siendo sometida a una “presión extrema” y ahogándose ante sus nuevas obligaciones.
“Creo que ahora mismo mi hija está aterrorizada. Lo veo en sus ojos y en su cara; se nota incluso en la forma en que sonríe. Llevo años contemplando esa sonrisa y la conozco; no me gusta lo que estoy viendo ahora. Ni siquiera se trata de la típica sonrisa forzada, se trata de una sonrisa de dolor. Y me preocupa porque me parece que está sometida a demasiada presión. Hay un precio muy alto a pagar para entrar a formar parte de la familia real”, afirma Thomas, quien no ha dudado en criticar las estrictas normas de protocolo que debe acatar su hija, en especial en referencia al vestuario y que considera más propias de los años 30 que de una mujer moderna.
Por si no fuera suficiente con cuestionar la felicidad de Meghan ante su nuevo papel en el seno de la corona, su padre ha sacado a relucir un aspecto de su pasado que ella había tratado de enterrar: su matrimonio de dos años con el director Trevor Engelson. No contento con mencionar un tema tan delicado en público, Thomas ha dado a entender que la gran pasión de su hija siempre había sido y será la interpretación, una afirmación que contradice la explicación que ella misma ofrecía acerca de la decisión de renunciar a su carrera alegando que tras rodar más cien episodios de la serie ‘Suits’ se sentía preparada para pasar página y afrontar nuevos desafíos.
“Trevor me llamó unas cuantas veces. Yo le expliqué que el gran amor de Meghan era ser actriz, probablemente por encima de cualquier otra cosa. Te casas con esa profesión, eso es lo que digo siempre. Es lo que yo mismo hice y Meghan también. Es una profesión que puede arruinar el resto de tus relaciones personales”.