Vejiga sana: 4 formas de aliviar la incontinencia

Un problema incómodo y vergonzoso, pero fácil de tratar

La incontinencia urinaria tiene solución.

La incontinencia urinaria tiene solución. Crédito: Shutterstock

La incontinencia es un problema común, más común de lo que imaginamos, pero también es una afección incómoda, vergonzosa y difícil de charlar con el médico o la familia. Puede ocurrir en cualquier momento de la vida y sus causas son variadas. La buena noticia es que el tratamiento para lograr una vejiga sana puede ser sencillo y, en muchos casos, puede conseguirse antes de llegar a una intervención quirúrgica o a la administración de medicamentos.

Principalmente hay tres tipos de incontinencia:

a) La de esfuerzo, que ocurre cuando hay presión o estrés en la vejiga, es decir, al toser o al reír con fuerza y le pasa principalmente a las mujeres después del parto o a los hombres cuya próstata ha sido removida.

b) La incontinencia de urgencia o vejiga hiperactiva, cuando la persona no puede llegar al baño a tiempo porque la vejiga sufre contracciones que impiden detener el flujo de orina. Puede ocurrir por próstatas agrandadas en los hombres, por cambios en el músculo de la vejiga en mujeres posmenopáusicas o por algún problema neurológico crónico.

c) La incontinencia por rebosamiento, cuando la vejiga no logra vaciarse por completo porque está bloqueada o porque no funciona correctamente. Puede ser causada por un trastorno neurológico, algún medicamento o por una próstata grande.

Cualquiera que sea el caso, tiene solución. El doctor Anurag Das, director del Centro de Neurourología y Continencia del Centro Médico Beth Israel Deaconess, afiliado a la Universidad de Harvard, señaló 4 medidas que pueden tomarse para combatir la incontinencia y mejorar la condición de la vejiga.

Fortalecer el piso pélvico

Los músculos del piso pélvico ayudan a controlar la vejiga y contienen los intestinos. Son fundamentales para las personas que sufren incontinencia de esfuerzo y la de urgencia. Los famosos ejercicios de Kegel son muy útiles para mejorar la condición de la vejiga en esos casos y fortalecer el piso pélvico. Apretar y liberar los músculos que retienen la orina es una medida eficaz para evitar los incómodos escapes. Lo mejor es acudir con un fisioterapeuta que recomiende los ejercicios necesarios para rehabilitar la zona. El doctor Das asegura que, gracias a estos sencillos ejercicios, muchas personas mejoran en 75 por ciento el problema, y muchas otras logran un avance al 100 por ciento.

Cambios en la vida diaria

El doctor Das recomienda orinar en un horario establecido, limitar el consumo de líquidos por las noches, dejar de fumar para evitar la tos y la presión sobre la vejiga y eliminar de la dieta los alimentos irritantes de la vejiga como el alcohol, la cafeína y las sodas carbonatadas. Especialmente en caso de sufrir vejiga hiperactiva, es necesario identificar desencadenantes en el ambiente que provocan la necesidad de ir al baño, como escuchar el correr del agua o ver cómo se sirve. En este caso es importante practicar el apretar los músculos del ano y los genitales para impedir la salida de la orina y, al mismo tiempo, enviar un mensaje al cerebro de que no es momento de ir al baño.

Medicamentos

Cuando los cambios en el estilo de vida y los ejercicios de suelo pélvico no funcionan, algunos medicamentos pueden ayudar.  Los más comunes son los anticolinérgicos, pero tienen efectos secundarios que incluyen resequedad de boca y ojos, estreñimiento, dolores de cabeza y confusión. Lo mejor es acudir al médico para obtener una recomendación profesional y probar diferentes sustancias para encontrar la que provoque menos efectos secundarios.

Inyecciones y cirugía

La toxina botulínica o botox no se usa únicamente para rellenos estéticos; también es útil para tratar la incontinencia de urgencia, pero implica un riesgo de infecciones en la vejiga. Existe un dispositivo que se implanta en la espalda baja para estimular el nervio sacro y mejorar la condición de la vejiga.

La cirugía es otra de las alternativas y generalmente se usa en casos de incontinencia de esfuerzo. Consiste en envolver la uretra del paciente con el propio tejido muscular o con una malla artificial, lo que proporciona fuerza y sostén a la zona.

En todo caso, lo mejor es consultar con un especialista para el diagnóstico y el tratamiento adecuados.

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