Fede Álvarez: ‘Claire Foy hace un trabajo brutal en The Girl in the Spider’s Web’
El director uruguayo estrena su último film, una película centrada al cien por ciento en el personaje de Lisbeth Salander de la saga Millennium
El cineasta uruguayo Fede Álvarez lo tiene claro: las películas hay que hacerlas para la audiencia. Quizá por eso sus dos primeros largos, “Evil Dead” y “Don’t Breathe”, funcionaron tan bien entre uno de los públicos más fieles: los fanáticos del cine de terror. Ahora este uruguayo de 40 años está dando salto a otro género y al Hollywood de los grandes estudios con “The Girl in the Spider’s Web”, adaptación de la cuarta novela de la mundialmente exitosa serie “Millennium” creada por el sueco Stieg Larsson y continuada por David Lagercrantz. El film, protagonizado por Claire Foy en el papel de la hacker justiciera Lisbeth Salander, se estrena este 9 de noviembre. Hablamos en Nueva York con Álvarez sobre su película, rodada en Suecia y Alemania a menudo en condiciones climáticas extremas.
Pregunta: ¿Hasta qué punto fueron fieles al libro?
Fede Álvarez: Las películas son películas y los libros son libros. Cuando uno adapta una novela al cine tiene la responsabilidad de hacer una experiencia más cinemática. Si yo adaptara literalmente el libro, no sería lo que la gente espera. Por suerte teníamos libertad para basarnos en el libro [el cuarto de la serie] pero al mismo tiempo traer elementos del segundo y tercer libros, que no se habían llevado al cine para el mercado americano.
P.: Los libros tuvieron enorme éxito en todo el mundo. ¿Eso te supone una responsabilidad mayor?
F.A.: Sí y no. Si leí el libro, ya sé cómo termina, ya sé qué pasa, ya me la imaginé, ya la vi. Para mí la responsabilidad con la audiencia está en darles algo nuevo, algo diferente y que sea perfecto para la pantalla grande. La responsabilidad mayor está en que la audiencia que va al cine esté entretenida esas dos horas, esté enganchada en su asiento.
P.: La película tiene mucha acción, suspense, drama… incluso alguna nota de terror. ¿Cómo la definirías?
F.A.: Es difícil de definir, y eso me gusta. Es lo que he intentado hacer en todas mis películas. Aquí en cuanto a historia es un thriller, pero tiene muchos elementos de película de acción. Al mismo tiempo hay un drama muy profundo en el centro de la trama. Y tiene mucho de “pulp”, de cine de género con cosas un poco más dramáticas y operáticas. Todo con un poder visual que solamente las películas de este tamaño pueden tener. Para mí es una combinación de elementos que se tienen que sentir familiares, pero que combinados de una manera tienen que sentirse algo nuevo o extraño. Es como cuando uno cocina: puede utilizar ingredientes que ha probado antes, pero combinados de cierta manera y con diferente calor aplicado genera un gusto diferente.
P.: Claire Foy es la nueva Lisbeth Salander…
F.A.: Es un privilegio tener la oportunidad de trabajar con actores de este calibre. Desde el comienzo sabíamos que necesitábamos algo nuevo del personaje de Salander. Ésta es la primera vez que la historia va a ser su historia. Las otras películas que se han hecho nunca eran su historia cien por ciento. Era la historia del periodista y la seguíamos a ella de forma secundaria. Ésta es una película de Lisbeth Salander. Eso sabíamos que haría el approach al personaje diferente. A diferencia de las anteriores interpretaciones, que son bastante minimalistas, en este caso necesitábamos saber en cada momento exactamente cómo se siente el personaje. Y muy pocos actores hoy en día tienen esa capacidad Es una de las cosas más fascinantes del cine para mí: ver cómo con el lente y el plano adecuados la audiencia logra saber todo lo que siente el personaje. Eso me parece que es único de esta interpretación de Lisbeth. Claire hizo un trabajo brutal.
P.: En la película hay muchos exteriores y siempre con nieve. ¿Fue un rodaje complicado?
F.A.: La nieve lo complica todo. Haces una primera toma y ya está, la nieve queda toda marcada y hay que preparar todo otra vez. Pero sobre todo fue el frío que tuvimos, de hasta 15 grados bajo cero. Cuando los actores no tienen camperas gigantescas sino el vestuario de la película, lo hace particularmente miserable para ellos esos días. Pero para mí es lo mínimo que un equipo de rodaje puede hacer por la audiencia: sufrir un poco las condiciones de ese tipo de lugares para llevarlos a la audiencia.
P.: La tonalidad de la película, con ese contraste entre el negro de Lisbeth y el rojo de su hermana, es muy peculiar…
F.A.: Con todas las herramientas que un director tiene a su disposición, la fotografía, el diseño de arte, el vestuario… uno trata de dramatizar aún más las ideas que están en el guion. A mí me gusta contar historias que, si no entendieras el idioma o las vieras en silencio sin sonido, entendieras perfectamente lo que está sucediendo. Eso significa prestar especial atención a las imágenes y lo que están diciéndole a la audiencia. El contraste de colores entre el protagonista y el antagonista, y elementos como ésos que son muy fuertes en la película dicen muchísimo más que mis palabras.
P.: ¿Hay proyecto de seguir con la saga?
F.A.: Yo estoy seguro que el estudio, si la audiencia va al cine a ver esta película, va a querer hacer más. Me parece que es un personaje fascinante con historias muy relevantes que necesita mantenerse vivo en la ficción. Las historias hay que seguir contándolas porque si no los personajes, a medida que pasan los años, caducan y mueren en la memoria con una generación. Siempre hay que volver a traerlos y mantenerlos presentes en la cultura popular.
P.: ¿Y te gustaría estar ahí?
F.A.: La gente que sigue lo que hago sabe que no soy fan de hacer secuelas de mis películas. He tenido la oportunidad de hacerlas, por suerte, porque siempre han funcionado en la taquilla, pero prefiero explorar mundos nuevos. Pero quién te dice que en algún momento no vuelva a visitar este personaje.
P.: ¿Y qué otra cosa te gustaría hacer?
F.A.: Honestamente, todavía no lo sé. Hasta que no termino con una película, no me pongo a pensar en otra. Ése es mi tiempo en que me pongo a pensar cuál es la mejor experiencia que le puedo dar a la audiencia. Soy un director que piensa constantemente en la audiencia. Hay un dicho en Hollywood que dice que los directores hacemos una “película para mí y una para ellos”, como diciendo “una personal y otra para el estudio”. Yo no la hago ni para mí, ni para ellos. Yo la hago para ustedes y para ustedes y para ustedes. Yo busco una película con la que la audiencia pueda conectar. Y lleva tiempo saber qué es eso.
P.: ¿Es complicado dirigir un proyecto de estudio de Hollywood siendo un director latinoamericano?
F.A.: No lo hace más complicado. De hecho, en algunos aspectos es más fácil. Si uno logra abrirse las puertas para que alguien le confíe un trabajo como éstos, una vez que uno está ahí, esa cultura y sensibilidad diferentes es la herramienta más fuerte que tenemos. A la hora de filmar una escena o contar la historia de un personaje, siempre nuestra subjetividad cultural entre en juego y es la que define todo. Y siento que eso es lo que hace que nuestras ideas sean más frescas y un poco más originales que el resto de Hollywood. Los estudios siempre están buscando eso, siempre buscan lo nuevo y lo fresco. Y la audiencia. Así que cuando ponen al mando de una historia como ésta, no sólo el guion sino la dirección también, a alguien de una cultura que no es la que hace cine constantemente en nivel de estudio en Estados Unidos, ellos saben que el resultado va a ser diferente, que el resultado va a ser algo nuevo y fresco. Entonces creo que justamente esas diferencias culturales y a veces casi de valores hacen que las películas sean frescas. Hollywood está cada vez más abierto a eso, a tener directores de diferentes culturas.