Crece popularidad de “El Chapo”, rezan por él en Sinaloa donde venden souvenirs
Souvenirs y juegos tradicionales mexicanos con el rostro de Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera se venden en la tierra del narco mexicano
MÉXICO . Figuras de acción elaboradas con hueso molido de animales, souvenirs y juegos tradicionales mexicanos con el rostro de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera se venden en el estado mexicano de Sinaloa luego de que el narcotraficante fuera declarado culpable en una corte de Estados Unidos.
El juicio de tres meses de Guzmán en Nueva York, que culminó el 12 de febrero, revivió en Sinaloa (noroeste) el furor por el capo, la “narcocultura” y la gratitud que le tienen pobladores de comunidades de la Sierra de Badiraguato y Culiacán.
En los últimos días han aumentado las visitas de personas que van a pedir por “el Chapo” o a agradecerle favores en la capilla de Jesús Malverde (1870-1909), un bandido conocido como el “Santo de los Narcos” y protector de los pobres, en Culiacán, capital del estado.
“Ahorita, por lo que está pasando él, mucha gente viene a pedirle (a Malverde) que le dé tranquilidad (al Chapo), que le dé fuerza para que aguante todo lo que está pasando. Mucha pero mucha gente ha venido, se han encontrado muchas veladoras con su nombre en papelitos. Viene la gente y le agradece los favores y también pide por el Chapo”, dijo Jesús González, encargado de la capilla.
En los últimos meses, con el juicio de Guzmán, a las tiendas de escapularios y veladoras del lugar llegó un nuevo producto: una figura o estatuilla de “El Chapo”, un personaje que fue de los delincuentes más buscados en México y el mundo por el tráfico de drogas.
Según los vendedores, la figura está elaborada de huesos molidos mezclados con resina. El “Chapo” está parado sobre una base donde se lee #701, tiene pantalón tipo mezclilla azul, camisa rosa, gorra, chaleco antibalas con cuatro granadas, radio a la cintura y una arma larga en las manos.
El valor es de 800 pesos ($41.5 dólares) y mide alrededor de 30 centímetros de alto.
También venden la “narcolotería“. Las cartas de este juego tradicional mexicano traen los rostros personajes del narcotráfico como “La Barbie”, “El Mencho“, “El Vicentillo“, “El Serafín”, “El Azul” y “El Chapo” Guzmán y sus hijos. En el centro, San Judas Tadeo y Malverde. Esta tiene un costo de 750 pesos (40 dólares).
Los escapularios de piel con la fotografía de Guzmán los venden en 50 pesos (2,6 dólares), las playeras en 300 pesos (15,6 dólares) y las cachuchas negras con las iniciales JGL o del Cártel de Sinaloa en letras doradas en 100 pesos (5,2 dólares).
En el municipio de Badiraguato, donde se encuentra La Tuna, pueblo natal del Chapo, hay quienes lo veneran incluso más que a Malverde o a cualquier santo por la construcción de escuelas y ayuda a sus pueblos en momentos difíciles.
El pasado 12 de febrero, el jurado del proceso contra Guzmán Loera le declaró culpable de 10 cargos que pesaban en su contra como responsable del cártel de Sinaloa, por lo que podría ser condenado a cadena perpetua.
El jurado escuchó antes de su veredicto 56 testimonios, de los cuales 14 fueron cooperantes del Gobierno estadounidense.
El juez de la corte federal de Brooklyn (Nueva York), Brian Cogan, tiene ahora la misión de establecer la condena del que ha sido el caso más mediático e importante de narcotráfico en Estados Unidos, para lo que ha convocado al tribunal para el próximo 25 de junio.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, visitó el pasado 15 de febrero el municipio de Badiraguato y declaró que “a los pueblos no se les puede estigmatizar”.
Consciente de que la popularidad del capo en su tierra y en velada alusión e su veredicto en Nueva York, añadió que “no se puede hacer leña del árbol caído”, sin precisar el destinatario del comentario.