Abusos sexuales en el Ejército

Ojalá que el plan del Pentágono funcione para poner un freno a los casos de abuso

Jóvenes entre los 17 y 24 años son la mayoría de las víctimas.

Jóvenes entre los 17 y 24 años son la mayoría de las víctimas. Crédito: archivo

Desde hace tiempo han venido sonando las alarmas sobre los casos de abuso sexual en las filas de las Fuerzas Armadas del país, y un reciente informe del Pentágono vuelve a poner el dedo en la llaga al confirmar que se incrementaron en un 38 por ciento entre el 2016 y el 2018.

Es lamentable que jóvenes entre los 17 y 24 años –la mayoría de las víctimas oscila entre esas edades– hayan experimentado esta traumática situación en el Ejército, donde se supone que ingresan con la ilusión de emprender una carrera al servicio del país.

¿Cómo es posible que a estas alturas las Fuerzas Armadas no sean capaces de ofrecer a los enrolados un ambiente seguro para su entrenamiento y formación? ¿Cómo es posible que las manzanas podridas no sean detectadas a tiempo?

Según el informe, el 85% de las víctimas conocía a sus agresores y en el 62% de los casos se informó de que se había producido la ingesta de alcohol antes de los hechos.
Hizo muy bien la senadora Kirsten Gillibrand en sacar a relucir este tema –la semana pasada– ante el General James C. McConville, nominado para ser Jefe de Personal del Ejército, durante una audiencia en el Comité de Defensa de la Cámara Alta.

Allí la senadora demócrata demandó al general McConville tomar con seriedad y responsabilidad el dramático incremento de abusos sexuales que se están cometiendo.
“Estoy cansada de las excusas. Estoy cansada de las declaraciones de los comandantes que dicen ‘tolerancia cero’. Estoy cansada de la declaración que recibo una y otra vez de la cadena de mando”, dijo de manera tajante la legisladora.

Estamos seguros de que ella no es la única que está harta de las excusas de quienes tienen en sus manos el poder para ponerle un coto a esta problemática.
Por eso esperamos que esta vez el plan que anunció el Pentágono se cumpla y funcione. Porque los casos de abuso sexual están destruyendo vidas, familias y dejando una huella en nuestra sociedad.

Ojalá que sirva para algo la creación de un grupo de trabajo que realice recomendaciones y determine qué “cambios estructurales y de recursos” deben ser acometidos.
El Pentágono se ha comprometido a formar a los altos mandos para que informen a los nuevos suboficiales sobre cómo “prevenir y actuar” ante cualquier denuncia de agresión sexual.

También esperamos resultados del programa “Catch” (Captura), para detectar la presencia de “agresores en serie” en el Ejército.

No debe haber espacio para tocones, abusadores y violadores. No son dignos de llevar puesto el uniforme. Tienen que ser castigados. Estar en el Ejército no les da carta blanca para cometer sus fechorías.

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