Denver, la ciudad de creciente orgullo latino
Un paseo por los rincones hispanos de la capital de Colorado, un estado que ha multiplicado su población latina en los últimos años
Denver amanece despejado el sábado. Aunque es día 4 de mayo, la ciudad más grande de las Montañas Rocosas ya está de fiesta. Es la única localidad del país que celebra oficialmente el Cinco de Mayo durante un fin de semana completo.
La mexicanidad se reserva el centro de la capital de Colorado para la festividad de raíces latinas que más gente convoca en Estados Unidos. Pero toda la ciudad respira el aire alegre de una fecha que, en realidad, conmemora la victoria de México sobre las tropas francesas en una batalla que se libró en Puebla en 1862.
Dos enormes mariposas de flores dan la bienvenida estos días a los visitantes que llegan a Denver por Union Station, una estación de trenes del siglo XIX que ha vuelto a tomar vida tras su remodelación en 2014.
Las mariposas, colocadas por el gobierno de la ciudad a la entrada de la primavera, son también la metáfora perfecta para festejar el orgullo latino. La migración hacia el norte de las mariposas monarcas en esta época del año es el símbolo de quienes -como ellas- vienen a Estados Unidos en busca de una vida mejor.
Celebrando la cultura mexicana
Desde las 11 de la mañana, el desfile del Cinco de Mayo recorre las calles del centro de la ciudad como cada primer fin de semana de mayo desde hace ya 32 años. Durante el trayecto; el tráfico diario cede el espacio a caballos, bailes tradicionales y a una amplia exhibición de vestimentas típicas de diversas regiones del país vecino.
El desfile llega al Civic Center Park a mediodía, cuando el calor ya se ha hecho con la ciudad. Presidida a cada lado por el capitolio del estado y por el edificio del ayuntamiento, la céntrica plaza “a una milla de altura” da cobijo -según la organización- a los 400,000 asistentes al festival.
El recinto ferial en el que se ha convertido el lugar ofrece todas las comidas posibles. Aunque claro, la gastronomía mexicana es la reina del fin de semana. Mientras las planchas funcionan a todo gas, la gente espera pacientemente formada.
En las filas hay de todo: desde familias latinas multigeneracionales a estadounidenses “gringos” que se acercan a conocer y compartir las costumbres de sus vecinos hispanos.
“Ese es una de las características más atractivas del festival” – dice a La Opinión Andrea Barela, organizadora del evento. “Los asistentes” – continúa Barela – “son de todas las edades y de distinta trayectoria étnica o racial. Nos juntamos aquí desde el respeto. Nosotros con ganas de enseñarles nuestra herencia cultural y ellos con ganas de aprender”.
Sentada en el carrito eléctrico con el que la organización recorre el lugar, Barela recuerda en voz alta los inicios del festival. Ella prácticamente se crió entre los mariachis, la música de banda y los puestos de tacos del Cinco de Mayo. Su madre, Verónica Barela, fue la encargada de empezar la tradición en Denver y ha destacado la fecha en el calendario de fiestas de la ciudad.
Barela hija habla de los inicios sin nostalgia. Cuenta que la fiesta ha ido creciendo a pasos agigantados y solo basta con echar un vistazo alrededor para ver a gentes de todos los contextos culturales, étnicos e históricos disfrutando con familias y amigos.
Un barrio de las artes con aroma latino
Como no podía ser de otra forma, la fiesta nació en el barrio de origen latino de Denver. A unos cinco minutos en auto del Civic Center Park, la calle Santa Fe es ahora el distrito de arte de la ciudad en el que las raíces latinas se pasean entre una treintena de galerías, estudios creativos y teatros.
Pero el arte allí no se queda en estos establecimientos sino que sale a buscarte a la calle. Los murales embellecen las fachadas de los bajos edificios de la zona. La temática de las expresiones artísticas callejeras es variada pero conviven en armonía unas con otras.
Un edificio rosa mexicano resalta en medio de una de las cuadras. Es el Museo de las Américas, más que un museo, un lugar de encuentro e impulso del arte latino. “No hay tantos, somos uno de los 14 (museos latinos) de todo el país y el único en el área de las Montañas Rocosas” – dice a La Opinión Claudia Morán, directora ejecutiva del centro.
El museo surgió en 1991 de la necesidad de crear un espacio para dar a conocer, en un principio, el arte latinoamericano. Ahora, las exhibiciones son normalmente de artistas y comisarios de arte latinos nacidos en Estados Unidos, aunque siguen fomentando los trabajos artísticos latinoamericanos en otras actividades puntuales.
A los ojos de Morán, “el arte es un medio para expresar sentimientos apagados o reprimidos”. Por ello, aunque el arte es una expresión cultural personal e individual, la directora considera que la identidad y el acervo cultural juegan un papel crucial en los procesos de creación.
En este sentido, Claudia Morán resalta que cuatro de los siete artistas de la actual exhibición del museo no se consideraban latinos, a pesar de su ascendencia hispana. Sin embargo, al poner en común sus historias con las de otros artistas latinos encontraron que sí hay un hilo conductor en el trasfondo de sus obras. Morán puntualiza que, aún así, no están “aislados del resto del mundo (no hispano)”.
La comunidad y la familia, esencia de la herencia latina
La convocatoria del Cinco de Mayo deja prácticamente vacías las banquetas de Santa Fe. A las dos de la tarde, en el Civic Center Park empieza uno de los momentos más esperados y concurridos del festival: la carrera de chihuahuas.
Alrededor de medio centenar de personas llevan a sus mascotas al concurso. Y cientos más se congregan alrededor de la pista para animar a estos perros originarios del norte de México.
Los concursos -hay otro de comer tacos- son dos de los eventos que más cohesionan a la comunidad alrededor de una actividad divertida y que se puede disfrutar en familia.
Y es que, según Andrea Barela, gracias a la herencia latina en Colorado también se ha puesto en valor la importancia de disfrutar en familia. En una ciudad en la que -según la oficina del censo- alrededor del 30 % de la población se identifica como latina, “no es casual que el Cinco de Mayo sea el mayor evento del estado” -añade Barela.
Al lado de uno de los tres escenarios del festival está la familia Trujillo. Joseph, el hijo mayor de la familia es uno de los cantantes del mismo grupo en el que su hermana Peyton baila desde hace seis años.
A pesar de que Joseph y Peyton son mexico-estadounidenses de cuarta generación, tanto para ellos como para su madre Josephine es “súper importante conocer y conservar la herencia cultural de nuestros ancestros”. Josephine cuenta que su bisabuela cruzó la frontera embarazada de su abuelo. La familia, originaria de Albuquerque (Nuevo México), ha mantenido desde entonces la cultura y las tradiciones mexicanas.
Más al sur de México
Desde los micrófonos de La Rumba, el cantante del grupo de salsa Sabor de la Calle felicita a “nuestros hermanos mexicanos” por el Cinco de Mayo. Es la noche del sábado 4 y muchos latinos se han dado cita ahí para bailar.
Las estimaciones más recientes del censo revelan que un cuarto de la población total de Denver es de origen mexicano. El porcentaje del resto de hispanos es, por tanto, bastante pequeño.
No obstante, la cultura latina en Denver se extiende poco a poco hacia el Caribe. Aunque todavía no está tan interiorizada como la gastronomía mexicana; la colombiana, argentina o puertorriqueña se va abriendo hueco en el paladar de los locales.
Jorge Aguirre y Alex Rivera- propietarios de establecimientos boricua y colombiano, respectivamente- dicen que su objetivo principal es hacer sentir a su gente como en casa. Sin embargo, ambos coinciden en que sus negocios son ventanas para dar a conocer la cultura de sus lugares de origen.
La restauración no es -o no ha sido- la principal actividad de ninguno de los dos emprendedores. Sus historias también tienen en común que empezaron sirviendo comidas de sus países en food trucks. De hecho, todavía hoy Aguirre lleva su camión a algunos eventos para promocionar su local.
Por su parte, Rivera y su mujer estacionaban el camión en una de las calles de Denver y al tiempo se mudaron a un local que rápido se les quedó pequeño. Ahora su establecimiento traslada a los clientes a las calles de San Juan y en él los fines de semana incluso se puede escuchar en directo salsa, bachata y merengue. “Vienen muchos latinos, pero cada vez más ‘gringos’ locales nos conocen” – dice Rivera en el exterior del Puerto Rico 5280.
El Denver latino
Justo el viernes anterior al Cinco de Mayo, el estado de Colorado aprobó la ley que limita la colaboración de las fuerzas de seguridad locales con las autoridades federales de migración. Este estado de las Montañas Rocosas se ha convertido así en uno de los más progresistas en política migratoria.
Denver no figura en los listados de ciudades con más latinos pero el estado de Colorado sí que se posiciona en algunos rankings nacionales en este aspecto. En total, en todo el estado viven 1.2 millones de latinos, una cifra que ha aumentado en un 58.2 % desde 2000 – según el centro de estudios Pew.
Andrea Barela recuerda que “esto fue México en algún momento y los descendientes de la familias de entonces aún viven aquí”. Ahora Denver, con una creciente interculturalidad, empieza a despuntar como ciudad de gran influencia latina.