Juliana López, de modelo y presentadora paisa a presa por narcotráfico en China
Así pasa los días la colombiana Juliana López en una prisión en el país asiático
La colombiana Juliana López solo se reúne con su madre Nubia Sarrazola una vez al mes por un periodo de una hora. No se pueden ni abrazar porque un grueso cristal las separa.
Desde mediados del 2015, la joven paisa permanece encarcelada en una prisión en China.
La vida de López dio un giro trágico cuando fue capturada el 18 de julio del referido año, a sus 22 años, en el aeropuerto de Guangzhou, por intentar ingresar a ese país 610 gramos de cocaína escondidos en una computadora portátil.
Antes de ese momento, su futuro parecía prometedor: era presentadora de un programa musical de un canal regional, modelo y futbolista aficionada.
Esta semana, el diario colombiano El Tiempo contactó a sus parientes para conocer el estatus de la muchacha en la cárcel.
Sarrazola decidió mudarse al país asiático para estar un poco más cerca de su hija.
“Dio con un señor muy querido que la albergó en su casa, ella se quedó ahí por un año. Ahora ella paga su vivienda aparte, trabaja y le lleva una cuota mensual a Juliana”, comentó al rotativo una familiar cercana, quien pidió no ser identificada.
En la prisión se levanta temprano para trabajar en una fábrica donde construye motores de ventiladores y secadores. Desde hace dos años recibe paga a cambio de sus labores, dinero que utiliza para comprar sus cosas.
Esto le ayudó para que el 21 de diciembre del año pasado le redujeran ocho meses de la condena, por lo que saldría libre el 17 de noviembre de 2029, a sus 36 años. Aunque su expectativa es lograr una reducción mayor. La joven tiene el derecho a aplicar a una reducción cada año y medio y la máxima puede ser de nueve meses en cada periodo.
La colombiana también ha aprovechado para perfeccionar su inglés y aprender francés y mandarín. En su día de descanso que es domingo le permiten ver televisión o leer en el patio.
Su padre Carlos Mario López no la ve desde el 18 de mayo del año pasado. “La vi después de tres largos años. ¡Uf!, me dieron ganas de romper el vidrio, sacarla de allá y abrazarla. Me decía que está muy bien, que la perdonara, aunque no hay nada que perdonarle. Mi llanto fue mucho, pero yo le decía que lloraba era de la felicidad de verla”, le contó el hombre al rotativo.
El progenitor agregó que, aunque su hija admite que su situación es peor de lo que pensó, mantiene una actitud positiva.
“Es bullosa, dicharachera, habladora, ella es un personaje allá en China”, relató su padre.
Un tío y una tía política también la han visitado.
La joven cumple una condena de 15 años de cárcel por tráfico de drogas en una prisión para mujeres en Guangzhou.