Este joven afroamericano robó una cerveza de $2; pagó con su vida

“Le dije, ‘¡no lo mate, no lo mate, es solo una cerveza!’”.

Pero el cuerpo de Dorian Harris, de solo 17 años, fue hallado baleado dos días después. No estaba armado. Había robado una cerveza valorada en $2 dólares.

“Agarró dos bebidas, dejó una y yo le vi”, explica Beverly Loverson, que estaba esa noche del 29 de marzo en la tienda de Memphis (Tennessee).

La mujer, cuya entrada al comercio fue registrada por las cámaras de seguridad, testificó esta semana en el juicio por el asesinato.

Según contó, el joven, vestido con pantalones púrpura y capucha, intentó salir de la tienda sin pagar la bebida. Ni tan siquiera disimuló: entró, agarró la cerveza, y se fue. Sólo estuvo siete segundos en la tienda.

Tras él, salió el dependiente del comercio, Anwar Ghazali, que había sacado una pistola y le había apuntado desde el mostrador. Fue entonces cuando Loverson le suplicó que no le matara.

Pero Ghazali salió de todas formas a buscarlo, y lo encontró en un aparcamiento cercano, doblando una esquina. Disparó una vez, dos, tres veces.

Luego regresó a la tienda y dijo: “Creo que le he baleado”.

No llamó a la Policía. De hecho, nadie lo hizo, pese a que en la tienda había varias personas: “Ojalá lo hubiera hecho, podría haber salvado su vida”, se lamentó Loverson.

Dos días después, fue hallado el cadáver tendido en un patio vecino.

El pasado jueves, Ghazali fue condenado por asesinato en segundo grado. Ahora podría ser sentenciado a entre 15 y 60 años de prisión, según informa el diario The Washington Post.

La tienda terminó cerrando por las protestas vecinales y de activistas: “Ninguna vida vale el precio de un cerveza”, dijo el abuelo de la víctima, Oscar Fitch.