Conoce y prueba los insectos comestibles de México
La FAO considera a los insectos una excelente fuente proteínas y vitaminas
Los insectos son parte del atractivo de la gastronomía mexicana, consumidos desde la época prehispánica y su apreciación continúa, con mayor presencia en las regiones sur, sureste y centro de México. Los ofrecen vendedores de botanas en la calle, en bares, mercados y también se han convertido en una tendencia para los chefs de alta cocina, que los consideran ingredientes gourmet.
Con los insectos puedes darle variedad a los platillos, se pueden consumir como botana, preparar salsas o platillos principales, dan un sabor y textura únicos.
El consumo de insectos y arácnidos por parte de humanos se llama entomofagia. Los insectos son una gran opción alimenticia, la FAO (Food and Agriculture Organization) considera que son una excelente fuente de proteínas, hidratos de carbono y vitaminas. La composición en aminoácidos de la mayoría de los alimentos con estos ingredientes resulta ser mayor que la referencia estándar recomendada.
En México aproximadamente 549 de las 2000 especies de insectos son nativas y algunas de estas pueden llegar a tener un uso medicinal. Te presentamos algunos de los insectos que son de consumo popular.
Escamoles
A los escamoles también se les conoce como el caviar mexicano. Su sabor es fino y ligeramente dulce, son utilizados tanto como guarnición y como plato fuerte. Son tradicionales en los estados de Guanajuato, Hidalgo, Puebla y Tlaxcala.
El platillo de insectos consta de los huevillos de la hormiga güijera, también conocida como “hormiga escamolera”. La gente que recolecta los huevillos de estos insectos buscan bajo las nopaleras, árboles de pirul o mezquites, y cavan fosas de dos o tres metros de profundidad.
Chapulines
Se comen como botana, acompañados de chile piquín o también pueden ser preparados en platillos gourmet. Mayormente consumidos en zonas como: Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Morelos, Puebla, Guerrero, Michoacán y Ciudad de México.
Chinicuiles
Los chinicuiles crecen en las raíces de las plantas de agave. Es común verlos dentro de una botella de mezcal y también se muelen con sal para darle sabor a las naranjas que lo maridan.
Estos gusanos son colores rosa y rojo. Su tamaño no supera los tres centímetros de largo y son delgados. Tienen un sabor terroso, incluso puedes distinguir algunas notas herbales del maguey y hay mucho umami.
Gusanos de maguey
Estos gusanos blancos no son tan fáciles de conseguir, viven dentro de las pencas del agave salmiana – variedad que sirve para producir pulque- y en temporada se encuentran de tres a cuatro por planta. La manera más común de comer estos insectos es en tacos.
Miden de 5 a 8 centímetros en crudo. El precio oscila entre los 1,000 y 1,500 pesos mexicanos el kilo.
Son oriundos principalmente de Tlaxcala e Hidalgo, en donde se dice que ‘todo lo que corre, camina o vuela, va a la cazuela’.
Hormigas Chicatanas
Estas hormigas grandes son de color rojizo y cuerpo alargado que aparecen en tiempos de lluvia, características del sur de México, principalmente del estado de Oaxaca.
Se tuestan y se molcajetean con ajo, sal y chile para obtener una salsa, también se pueden utilizar para moles, tamales, salsas y como botana.
Además de los nutrientes, se les considera auxiliares en el tratamiento de la artritis reumatoide.
Jumiles
Conocida también como chinche de campo. En Taxco (estado de Guerrero) lugar del que este insecto es típico, cada noviembre se celebra el Día del Jumil y existe el “Templo del Jumil”, un cerro que funge como santuario desde hace miles de años.
La recolección consiste en atrapar a los insectos prácticamente de rodillas. Se pueden comer vivos, molcajeteados junto con chile, cebolla e ingredientes diversos para hacerlos salsa, o en tacos.
Alacrán
Comer alacranes es popular en Durango y Sonora, los preparan capeados, fritos, en distintos platillos y hasta en pizza.
A diferencia de los platillos anteriores del listado, comer alacrán no es una tradición milenaria, sino que apenas se popularizó hace unos pocos años: el taco duranguense de alacrán.
Su sabor es como de papa frita con un toque de tequila. El veneno les es retirado previo a su preparación.