La Víbora: Recuento venenoso del Oscar
La serpiente de la farándula opina sobre los vestidos que lucieron algunas famosas y comparte uno que otro chismecito extra
Primero que nada, quiero felicitar a Salma Hayek porque nos hizo caso y asistió muy tapadita a la ceremonia del Oscar. Digo, ¿qué le cuesta? ¿Cuál es la necedad –y necesidad– de enseñar todo el tremendo chicharrón que tiene? Está bella, tiene una cara y un cuerpo perfectos, así que no tiene por qué andar con esos escotes que le funcionaron por mucho tiempo, pero que ahora, en plena época #metoo ya están fuera de lugar.
Su vestido color perla, aunque un poco exagerado con ese velo que le daba vueltas por todo el hombro, estaba bastante decente y la hizo lucir como princesa de cuento de hadas, en lugar de como mesera de antro hollywoodense, como parecía con el escote de hace unas semanas.
Otra que lució como dios manda fue Penélope Cruz. El vestido negro que portó le quedó maravilloso. Solo espero que para este evento la actriz española se haya bañado de todo a todo, porque fíjense que una vez escuché una entrevista en la radio en la que, según dijo un estilista que ha trabajado con ella, a la artista le apesta bien feo la cabeza, obviamente porque se baña cada –literalmente– entrega del Oscar.
En serio, por mi abuela que ya está seis pies bajo tierra que les digo la verdad. Este chico, del que no me acuerdo el nombre, dijo que era un suplicio estar junto a Pene, como le dicen los cuates a la española, que porque su olor a cuerpo sin bañar era insoportable. Ya se imaginarán cuando tuvo que peinarla. Describió que un chango hubiera olido más bonito, sobre todo cuando tuvo que usar la secadora para moldearle el cabello. ¡Pobre hombre!, la verdad es que lo compadecí.
Me encantó el vestido de Scarlett Johansson, con todo y lo mal que me cae ella. Aunque leí por ahí que parecía que la habían atacado unos cuatro gatos por eso de que la parte alta del vestido tenía una apariencia como desgarrada. Pero no, yo no coincido, se veía muy bien, aunque eso no le quita lo insoportable y pedante que es. Solo por lo payasa que es yo ni siquiera la hubiera nominado al Oscar.
Oigan, y este año no vimos a Eiza González en la ceremonia, ¿verdad? Ay, qué pena, extrañé su vestido color plátano. Lo bueno es que aunque no haya estado en el evento ella se encarga de hacerse notar. Ya ven que le encanta subir fotos a las redes sociales en las que según ella está rodeada de grandes celebridades de Hollywood. Pobrecita, ni sabe todo el camino que le falta por recorrer para que la conozcan por estos lares. Mientras, sigamos haciéndole creer que le creemos que es íntima de la plana mayor de la meca del cine.