40 claves de la democracia en Estados Unidos
Las '40 claves de la democracia en Estados Unidos', de Jesús Del Toro, son una serie dedicada a informar, educar y empoderar a las comunidades latinas
Las ’40 claves de la democracia en Estados Unidos’, de Jesús Del Toro, son una serie editorial especial creada para informar y educar a las comunidades latinas sobre el sistema democrático estadounidense y para guiarlas y empoderarlas en el ejercicio de sus derechos políticos
1. LA DEMOCRACIA
La democracia es un sistema político en el que la soberanía reside en el pueblo y este ejerce el poder, define las leyes, establece estructuras de gobierno y elige a sus gobernantes mediante el voto popular y con los valores de la libertad, la igualdad ante la ley y la participación ciudadana como pilares de la sociedad y sus instituciones. En la democracia el poder emana del ejercicio del voto popular y a la par que establece que son las mayorías quienes toman las decisiones sobre el gobierno y las cuestiones nacionales también cuenta con protecciones para los derechos de las minorías.
En una democracia directa, los ciudadanos votan para decidir sobre las leyes, las políticas públicas y las decisiones que los afectan. Fue el modelo utilizado en Atenas, Grecia, en la antigüedad y actualmente, por ejemplo, en algunas jurisdicciones de Suiza y cuando se realizan referendos y consultas populares.
En la democracia representativa, modelo que se aplica ampliamente en Estados Unidos y muchos otros países, los ciudadanos participan en elecciones y eligen a representantes que integran el gobierno, definen leyes y toman decisiones siguiendo el mandato popular. Por ejemplo, en las elecciones federales en Estados Unidos los ciudadanos eligen al presidente y vicepresidente y a los integrantes del Congreso.
El voto es el acto democrático por excelencia y con él los ciudadanos le otorgan a sus representantes la legitimidad para gobernar. La voluntad popular expresada en las elecciones obliga a los políticos a asumir sus cargos si ganan los comicios y a apartarse de ellos si los pierden para permitir la transición pacífica en el gobierno.
La democracia y la transición pacífica de gobiernos libremente electos son los pilares que han permitido la estabilidad política, la libertad y la vigencia de los derechos fundamentales en Estados Unidos.
2. LA CONSTITUCIÓN Y LA CARTA DE DERECHOS
En Estados Unidos, como en otros países, la Constitución es la ley máxima del país y sus preceptos constituyen la base sobre la que se han establecido el sistema político y las instituciones democráticas de la nación. La Constitución estadounidense establece un gobierno federal con división de poderes en tres ramas: ejecutiva, legislativa y judicial. Las primeras 10 enmiendas de la Constitución conforman la llamada Carta de Derechos (Bill of Rights) y expresan y garantizan derechos fundamentales, entre ellos las libertades de expresión, de prensa, de religión y el derecho al debido proceso legal, entre otros.
La Constitución de Estados Unidos fue redactada en 1787, ratificada en 1788, entró en vigor el 4 de marzo de 1789 y ha sido enmendada en 27 ocasiones. La Carta de Derechos fue añadida unos años después, en 1791. Sus enmiendas son clave para garantizar derechos y delimitar las responsabilidades y facultades del gobierno. La Primera Enmienda, por ejemplo, garantiza la libertad de expresión, la libertad de reunión pacífica, la libertad de prensa, el derecho de petición y la libertad religiosa, señalando que el gobierno no puede instituir o prohibir ninguna religión.
Todas las enmiendas son parte integral de la Constitución, aunque la Enmienda 18, que prohibió la producción y venta de bebidas alcohólicas, fue derogada con la Enmienda 21.
La Constitución de Estados Unidos es la más antigua que permanece en vigor en el mundo, ha sido referente para la formulación de otras constituciones a escala internacional y, vía sus enmiendas, ha incluido y reconocido derechos y protecciones que no estaban presentes en el documento original.
3. LOS ESTADOS Y LA FEDERACIÓN
Estados Unidos está constituido por 50 estados (además del Distrito Columbia), cada uno de ellos con autonomía en asuntos locales y capacidad para legislar en múltiples aspectos. Con todo, deben acatar la Constitución federal, que reserva varias áreas clave a la jurisdicción de los poderes federales. Cuestiones como la defensa nacional, las relaciones exteriores y la inmigración, entre otras, son competencias exclusivas del gobierno federal. En cambio, los estados tienen jurisdicción para decidir en áreas como la seguridad pública, la educación y la salud, por mencionar algunas.
Los gobiernos estatales están liderados por un gobernador y cada estado cuenta con legislaturas y tribunales locales con facultades para legislar y juzgar en materias no reservadas al ámbito federal. Por ejemplo, los estados tienen facultad para decidir en cuestiones de salud, y algunos determinaron ampliar en su territorio la cobertura del programa Medicaid, mientras que otros decidieron no hacerlo. Y una consecuencia de la decisión de la Corte Suprema con relación al aborto (caso Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization) es que determinaciones sobre la legalidad y límites del aborto son competencia de los estados.
Además de los estados y del Distrito Columbia, existen otras jurisdicciones.
Los territorios son administrados por el gobierno federal y tienen autonomía en asuntos internos y representantes sin derecho a voto en el Congreso. Sus ciudadanos son ciudadanos estadounidenses pero los residentes en los territorios no tienen derecho al voto en elecciones federales. Hay cinco territorios principales: Puerto Rico, Islas Vírgenes estadounidenses, Guam, Samoa Americana e Islas Marianas del Norte.
Las reservas indígenas son también tierras con gobiernos autónomos supervisados por el gobierno federal.
4. LA ESTRUCTURA DE GOBIERNO: FEDERAL, ESTATAL, LOCAL
Los tres niveles de gobierno –federal, estatal y local– son la estructura base del sistema político estadounidense y cada uno de ellos cuenta con competencia y jurisdicción sobre asuntos y territorios específicos. En cuestiones de índole nacional e internacional, es el gobierno federal el que tiene competencia, y la tiene también, por ejemplo, para regular asuntos como el comercio interestatal y disputas entre estados. Por su parte, los gobiernos estatales y locales pueden decidir en temas de índole regional y en la escala de condados y ciudades, por ejemplo cuestiones de gestión urbana y reglamentos de tráfico. Esta división permite que el gobierno, en sus diferentes niveles, preserve autonomía y balance para servir a sus ciudadanos tanto a escala local como nacional, sin que el poder se concentre en un solo de ellos.
Los gobiernos en los tres niveles son electos por el voto popular, en específico el ejecutivo (presidente, gobernadores, alcaldes, entre otros) y el legislativo en sus cámaras federales y estatales. El Poder Judicial también tiene cortes (con jueces electos en varios estados) que atienden cuestiones legales de ámbito federal o local.
Los territorios estadounidenses y las 326 reservas indígenas en Estados Unidos tienen gobiernos electos con autonomía local bajo la regulación del gobierno federal y sus autoridades tienen jurisdicción sobre asuntos locales.
5. LOS TRES PODERES, CONTROLES Y CONTRAPESOS
La Constitución de Estados Unidos establece que el gobierno se divide en tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, cada uno con responsabilidades y competencias específicas y facultades que les permiten acotar a los demás para propiciar un equilibrio de poder, en lo que se denomina el modelo de controles y contrapesos (checks and balances).
El ejecutivo recae en el presidente de Estados Unidos, el legislativo en la Cámara de Representantes y el Senado y el judicial en cortes y tribunales de diferentes instancias presididas por la Corte Suprema.
Por ejemplo, el ejecutivo tiene la facultad de vetar leyes aprobadas por el legislativo, pero el Congreso tiene la capacidad, si reúne una mayoría de dos tercios de los legisladores, de anular ese veto. Los tribunales federales tienen la facultad de ejercer revisión judicial sobre leyes aprobadas por el legislativo y sobre acciones del ejecutivo, y pueden anular aquellas que sean encontradas inconstitucionales. La Corte Suprema tiene la última palabra en esos litigios.
Y dado que los jueces federales y los de la Corte Suprema son propuestos por el presidente y aprobados por el Senado, existe también en este sentido una forma de contrapeso.
El proceso de juicio político y destitución (impeachment) permite que en casos de crímenes de extraordinaria gravedad el Congreso pueda remover de su cargo a funcionarios del poder ejecutivo o del judicial. Las cámaras legislativas tienen la facultad de expulsar, con el voto de mayorías amplias, por lo general de dos tercios, a legisladores que hayan cometido actos o conductas incompatibles con sus cargos.
Al igual que a nivel federal, a nivel estatal existen los poderes ejecutivo, legislativo y judicial con facultades y limitaciones para mantener el equilibrio entre ellos.
6. EJECUTIVO – PRESIDENCIA
Al Poder Ejecutivo le corresponde la conducción de la administración pública federal, y es encabezado por el presidente de Estados Unidos. Corresponde al ejecutivo hacer cumplir las leyes, ejecutar las políticas públicas de ámbito federal y conducir la política exterior del país, entre otras facultades. El presidente es además el comandante en jefe de las fuerzas armadas de Estados Unidos y posee poder de veto sobre leyes aprobadas por el Poder Legislativo federal.
El presidente es electo para un periodo de cuatro años con posibilidad de reelegirse por un periodo de cuatro años más. Es facultad del presidente designar a los miembros de su gabinete, a los representantes diplomáticos y otros cargos federales, que han de ser ratificados por el Senado. El presidente también nomina a los jueces federales y de la Corte Suprema, también bajo ratificación mayoritaria de los senadores.
A escala estatal, el ejecutivo reside en el gobernador y a escala local en los alcaldes de ciudades y en los presidentes, jueces o alcaldes en el ámbito de los condados. Cada cargo tiene periodos de gobierno y opciones de reelección establecidas en las leyes correspondientes.
En el modelo presidencial de Estados Unidos, a diferencia, por ejemplo, de las democracias parlamentarias, el presidente goza de amplia autoridad y poder en el ejercicio directo del gobierno federal. Su figura es, además, el principal referente político y las decisiones y acciones de su administración modelan de modo sustantivo el rumbo del país e influyen considerablemente en las relaciones internacionales.
7. EJECUTIVO – VICEPRESIDENCIA
Debajo del cargo de presidente, la vicepresidencia es la segunda posición en el Poder Ejecutivo, electa en los mismos comicios en que se elige quién ocupará la presidencia de Estados Unidos. El cargo de vicepresidente tiene como atributos singulares que su titular ocupa la primera posición en la sucesión presidencial y ejerce también la presidencia del Senado con la capacidad de emitir un voto de calidad para decidir en caso de empate en el voto de los senadores.
El puesto de vicepresidente se elige en una fórmula electoral conjunta con el puesto de presidente, y usualmente la persona nominada con la candidatura presidencial elige quién le acompañará en la candidatura vicepresidencial.
En caso de muerte, renuncia o destitución del presidente, el vicepresidente asume la presidencia para concluir el periodo de gobierno vacante. Por ejemplo, los vicepresidentes Harry Truman y Lyndon B. Johnson asumieron la presidencia luego de que los presidentes Franklin D. Roosevelt y John F. Kennedy murieron (el primero en 1945 por enfermedad, el segundo asesinado en 1963) durante sus mandatos. Y el vicepresidente Gerald Ford asumió la presidencia tras la renuncia de Richard Nixon en 1974.
En 46 de los 50 estados existe el cargo de vicegobernador, que en unos estados es electo en conjunto con el gobernador y en otros es elegido por los votantes de modo separado.
8. LEGISLATIVO – CÁMARA DE REPRESENTANTES Y SENADO
El Poder Legislativo tiene como facultades la formulación y aprobación de las leyes y la supervisión de las acciones y decisiones del Ejecutivo. También le corresponde la declaración de guerra y puede promover juicios de destitución de funcionarios y jueces federales, incluido el presidente.
El Congreso, compuesto de la Cámara de Representantes y el Senado, ejerce el Poder Legislativo y está integrado por 435 representantes, electos cada dos años, y 100 senadores, dos por cada uno de los 50 estados, electos por períodos de seis años. Los legisladores federales pueden reelegirse sin un límite de periodos.
Las leyes deben ser aprobadas por ambas cámaras del Congreso antes de ser enviadas al Ejecutivo para su firma y promulgación. Para ello se requiere una mayoría simple en la Cámara de Representantes y el voto de tres quintas partes del Senado, equivalente a 60 de 100 senadores.
Usualmente, las cámaras del Congreso tienen una bancada de legisladores del Partido Demócrata y otra del Partido Republicano. En ocasiones, hay legisladores independientes que pueden o no vincularse a alguna de las bancadas. En la Cámara de Representantes los legisladores eligen al Speaker (portavoz), quien tiene importante control sobre el proceso legislativo. En el Senado, esa posición la asume el líder de la bancada mayoritaria.
El Distrito Columbia y los cinco principales territorios de Estados Unidos cuentan con delegados sin posibilidad de voto, pero sí derecho a presentar mociones, en la Cámara de Representantes.
Y cada estado cuenta con sus propias cámaras legislativas, encargadas de legislar en asuntos de jurisdicción estatal.
9. JUDICIAL – CORTE SUPREMA Y TRIBUNALES
El tercero de los poderes en el sistema republicano estadounidense, y en el de otros países, es el Poder Judicial, constituido por juzgados y tribunales de ámbito local y federal.
La Corte Suprema es la máxima instancia del Poder Judicial y tiene la autoridad final en materia de casos en cortes federales, en cuestiones constitucionales y en litigios originados en cortes estatales relacionadas con la ley federal. Las cortes y tribunales inferiores abordan los casos, dependiendo de su jurisdicción federal o local, en materia civil o penal.
La Corte Suprema se integra por nueve jueces que son propuestos por el presidente y ratificados por el Senado. Permanecen en el puesto de modo vitalicio, hasta que fallecen o renuncian. Los jueces federales también son designados por un proceso similar de nominación y aprobación.
Este máximo tribunal escucha y resuelve casos, por lo general originados en cortes inferiores y en procesos de apelación, y tiene decisión clave en materia constitucional. Por ejemplo, la Corte Suprema determinó en 1954, en el caso Brown v. Board of Education, que la segregación racial en las escuelas públicas violaba la Constitución.
A nivel de los estados, existen también tribunales locales y una Corte Suprema estatal, que asumen casos e impugnaciones en cuestiones de fuero estatal. Dependiendo del estado, los jueces a este nivel son electos por el voto popular o designados por un proceso de nominación y aprobación.
El proceso de revisión judicial, en el cual las cortes pueden anular actos del ejecutivo y del legislativo, si se establece que estos exceden su autoridad o vulneran la Constitución y la ley, es un elemento clave en el sistema político de Estados Unidos.
10. EL VOTO
La democracia tiene en el voto su pilar fundamental, al ser el mecanismo por el que los ciudadanos toman libremente decisiones, eligen representantes para constituir gobiernos y ejercen el poder y la soberanía. El derecho al voto está garantizado por la Constitución y, a lo largo de los años, ha sido ratificado y ampliado por varias enmiendas constitucionales y leyes específicas.
En 1870, la Enmienda 15 otorgó el derecho al voto a los varones afroamericanos. En 1920, la Enmienda 19 reconoció el derecho de las mujeres al sufragio. En 1964, la Enmienda 24 eliminó los impuestos y otras restricciones al voto. En 1965, la Ley de Derechos Electorales terminó con barreras raciales que limitaban el voto. Y en 1971, la Enmienda 26 redujo en 1971 la edad mínima para votar a 18 años.
Usualmente el voto, que ha de ser libre y secreto, se ejerce para elegir a la persona que asumirá un cargo específico en alguno de los tres poderes, pero también se ejerce para aprobar referendos y proposiciones sobre leyes, impuestos y programas públicos.
11. LAS AUTORIDADES ELECTORALES LOCALES, ESTATALES, FEDERALES
Las elecciones, a nivel local y federal, son supervisadas por autoridades y funcionarios que tienen bajo su responsabilidad la operación de los precintos y casillas de votación y el conteo de las boletas. Cada estado tiene normas y regulaciones particulares, por lo que no hay un sistema común de gestión electoral.
Las autoridades estatales supervisan el registro de votantes y las elecciones dentro de sus jurisdicciones, mientras que las autoridades federales participan en el proceso para velar por el cumplimiento de los derechos electorales, apoyar la gestión de las autoridades locales y fiscalizar el ingreso y el gasto en las campañas federales.
En cada estado, por lo general la autoridad encargada de las elecciones es la Secretaría de Estado, con la participación también de instancias a niveles local. A nivel federal, por ejemplo, la financiación de las campañas es regulada y vigilada por la Comisión Federal de Elecciones (FEC). En Estados Unidos no existe una autoridad federal única a cargo de la organización de elecciones o del conteo de votos, pues esas funciones son ejercidas a nivel local en cada estado.
12. LOS DERECHOS DEL VOTANTE
En Estados Unidos, todo ciudadano de 18 años o más tiene derecho al voto, salvo quienes purgan condenas en prisión y en algunos estados quienes hayan sido sentenciados por delitos graves aunque ya no estén en la cárcel. Personas que han sido declaradas mentalmente incompetentes por un fallo judicial tampoco pueden por lo general emitir su voto y toda persona que no sea ciudadana no puede votar, salvo algunos pocos casos en comicios locales en los que existen normas que sí lo permiten.
Todos los ciudadanos tienen derecho a votar de modo libre y secreto y a que se les proteja contra presiones, intimidaciones y barreras que impidan o reduzcan su capacidad de votar o que alteren o vulneren el sentido de su voto.
El ejercicio pleno de los derechos electorales es indispensable para que las elecciones sean libres y justas y para que sus resultados sean legítimos. La Ley de Derechos Electorales de 1965 es clave en este sentido, pues prohíbe la discriminación en los procesos electorales y establece mecanismos para prevenir o revertir el establecimiento de medidas que eviten o reduzcan el ejercicio del voto por razones de color o raza.
13. EL COLEGIO ELECTORAL
La elección del presidente y el vicepresidente de Estados Unidos se realiza de modo indirecto mediante el sistema denominado Colegio Electoral. Cada estado cuenta con un número de electores o votos electorales equivalente al total de sus legisladores federales (representantes y senadores) y la suma de los electores de todos los estados constituye el Colegio Electoral.
Por ejemplo, actualmente Illinois cuenta con 19 votos electorales, California con 54, Nueva York con 28 y Texas con 40. Aunque no es un estado, el Distrito Columbia cuenta con tres electores. El Colegio Electoral tiene en total 538 electores.
Al votar por presidente, los ciudadanos eligen en cada estado un grupo de electores, quienes luego votan por la fórmula de presidente y vicepresidente que en su estado obtuvo más votos. Usualmente, salvo en el caso de Maine y Nebraska, en cada estado el candidato que más votos populares obtiene gana todos los electores asignados a ese estado.
Para ser electo presidente un candidato requiere haber obtenido una mayoría de al menos 270 votos del Colegio Electoral, lo que se logra ganando las elecciones en tantos estados como sea necesario para obtener esa cantidad. En las elecciones de 2020, por ejemplo, Joe Biden ganó la presidencia al obtener 306 votos electorales contra los 232 que obtuvo Donald Trump.
Dado que la cantidad de representantes federales de cada estado se redefine cada 10 años con base en los datos del censo más reciente, la asignación de votos electorales por estado puede variar con el tiempo.
En caso de que ningún candidato presidencial obtenga al menos 270 votos electorales, el ganador será definido por la Cámara de Representantes, con un voto por cada delegación estatal, entre los tres aspirantes más votados. Se requieren al menos 26 votos de delegaciones estatales para ser electo. El Senado hace lo propio entre los dos candidatos a vicepresidente más votados, con 51 votos necesarios para ser electo. Si nadie puede ser electo presidente para el día de la inauguración presidencial, el vicepresidente electo asume temporalmente el cargo en tanto la Cámara llega a una decisión.
14. VOTO POPULAR, VOTOS ELECTORALES POR ESTADO Y MECANISMO PARA GANAR LA PRESIDENCIA
El voto popular es el total de sufragios que los ciudadanos emiten en una elección. En cambio, los votos electorales son los emitidos por los integrantes del Colegio Electoral, que suman en total 538 y son asignados a cada estado y al Distrito Columbia en proporción a la cantidad de sus legisladores federales.
La elección presidencial se gana de modo indirecto: para ser electo presidente se requiere ganar una mayoría en el Colegio Electoral, que en la actualidad se logra con al menos 270 de los 538 votos electorales.
En cada elección presidencial, casi todos los estados recurren al esquema de “el ganador se lleva todo”, que concede la totalidad de los votos electorales de un estado a la candidatura que, en ese estado, recibe más votos populares.
En este sentido, las elecciones presidenciales en Estados Unidos son un conjunto de 51 elecciones a escala estatal, no un solo proceso en el que todos los votos se suman a escala nacional.
Por ello, ganar una mayoría del voto popular a escala nacional no concede el triunfo si no se obtienen al menos 270 votos del Colegio Electoral. En las elecciones de 2016, por ejemplo, Hillary Clinton obtuvo a nivel nacional casi 3 millones de votos populares más que Donald Trump, pero el triunfo fue para Trump, quien obtuvo 304 votos electorales. Una situación similar se dio en 2000, cuando George W. Bush obtuvo una mayoría de votos electorales y ganó la presidencia, aunque Al Gore obtuvo nacionalmente más votos populares.
15. LOS PARTIDOS POLÍTICOS
En el sistema estadounidense, como en el de muchos otros países, los partidos son organizaciones políticas, integradas por ciudadanos que se afilian a ellos, que participan en las elecciones para llevar al gobierno, mediante la elección de sus candidatos, su visión del país, sus posiciones sociales, económicas e ideológicas y sus propuestas de acción.
Los partidos Demócrata y Republicano son los principales en Estados Unidos, aunque existen otros con menor presencia en cuanto a puestos públicos ganados en elecciones, entre ellos el Partido Verde, el Partido Libertario y el Partido de la Constitución.
Los partidos desempeñan un papel crucial en la organización de campañas electorales, la movilización de votantes y la formulación de plataformas políticas.
Para postular a sus candidatos y acordar sus plataformas y propuestas de gobierno, los partidos realizan elecciones primarias y convenciones durante el año de la elección.
En 2020, el Partido Demócrata nominó a Joe Biden y el Partido Republicano a Donald Trump. En 2024, la sede de la convención republicana le fue asignada a Milwaukee, Wisconsin, donde Trump fue nuevamente nominado, y la de la convención demócrata a Chicago, Illinois, donde Kamala Harris fue nominada.
16. LOS CANDIDATOS
A fin de ocupar puestos públicos en las diferentes instancias del gobierno, ciudadanos se postulan y presentan sus candidaturas, por lo general primero en los procesos internos de los partidos a los que pertenecen y después en las elecciones generales.
Los candidatos son, en este sentido, representantes de la visión y las posiciones de los partidos que los postulan pero también proyectan su personalidad, su trayectoria y sus ideas para convencer y atraer el voto de los ciudadanos.
En una elección presidencial, los candidatos principales son aquellos nominados por los partidos mayores (el Demócrata y el Republicano), pero también puede haber candidatos de partidos menores, como el Partido Libertario o el Partido Verde, e incluso candidatos independientes.
Usualmente los candidatos son militantes del partido que los postula, aunque en ocasiones, sobre todo a escala local o del legislativo, personas sin una afiliación o que deciden cambiar de partido también pueden participar en las elecciones.
17. LOS CANDIDATOS INDEPENDIENTES
Ser postulado por un partido no es la única forma de competir en elecciones. Los ciudadanos pueden también participar en elecciones de cargos públicos de modo independiente, al margen de los partidos, y para ello por lo general es necesario que recaben una cierta cantidad de firmas, definida por las leyes electorales competentes, para que su nombre aparezca en las boletas de votación.
Al no contar con respaldo partidario, los candidatos independientes pueden enfrentar limitaciones en cuestiones de organización, promoción y financiamiento de sus campañas, pero en ocasiones logran atraer atención al presentarse como una alternativa a los partidos tradicionales, sobre todo si realizan propuestas diferentes, compiten contra candidatos partidistas desacreditados o ofrecen atender los problemas de los ciudadanos de un modo distinto o novedoso.
A escala presidencial, fue notable el caso de Ross Perot, quien en 1992 se postuló como candidato independiente y logró el 18.9% de los sufragios, si bien no obtuvo ningún voto electoral.
18. EL FINANCIAMIENTO DE LAS ELECCIONES PRIVADO Y PÚBLICO
Para llevar su mensaje a los ciudadanos y convencerlos de que voten por ellos, los candidatos y sus campañas requieren de recursos económicos, que en las elecciones presidenciales llegan a ser del orden de millones de dólares, para financiar sus actividades. Estos recursos pueden provenir de individuos, de empresas y organizaciones, y de fuentes públicas.
Con frecuencia la potencia de una candidatura se mide no solo, por ejemplo, por lo que indican las encuestas de intención de voto, la movilización ciudadana o el reconocimiento público de un candidato sino por la cantidad de dinero que ha recaudado para sus gastos de campaña.
El financiamiento de campaña está sujeto a regulaciones legales y la transparencia en la recaudación y gasto son claves para garantizar elecciones realmente libres y democráticas.
En la actualidad, los candidatos presidenciales recaudan fondos tanto de donaciones individuales como de contribuciones de empresas y comités de acción política (PAC). Por lo general, hay restricciones en la cantidad de dinero que una persona o entidad puede donar a un partido o campaña política. La opacidad en el origen o el mal manejo de fondos de campaña son prácticas contrarias a la democracia y pueden ser constitutivas de delitos electorales.
Desde la campaña electoral de Barack Obama en 2008, y con especial fuerza en las campañas primarias y generales de los ciclos 2015-2016, 2019-2020 y la actual de 2023-2024, las pequeñas donaciones individuales, que pueden ser de solo decenas de dólares pero realizadas vía internet por millones de personas, han cobrado un peso sustantivo en las finanzas de los candidatos, en especial de los presidenciales.
19. LOS PAC Y SUPER PAC
Los Comités de Acción Política (PAC por sus siglas en inglés) son agrupaciones dedicadas a recaudar fondos para apoyar a un candidato o impulsar agendas y en ocasiones también para frenar a candidatos que les resultan antagónicos. Con frecuencia, los PAC son establecidos y dirigidos por líderes cívicos o políticos e interactúan con partidos, candidatos y campañas. Los PAC pueden solicitar y recibir contribuciones de personas y organismos con restricciones legales.
Los Super PAC son un tipo de PAC que puede recaudar y gastar de modo ilimitado en actividades de tipo político –por ejemplo en propaganda a favor o en contra de candidaturas, proyectos o ideas– pero no pueden coordinarse con candidatos o partidos ni transferirles recursos a ellos.
En el actual modelo de financiamiento de las campañas electorales, los PAC y Super PAC tienen un rol significativo, pues en sus actividades obtienen cantidades sustantivas de dinero, del orden de decenas e incluso cientos de millones de dólares que, en diferentes formas, influyen en la opinión pública y en las elecciones.
Este tipo de financiamiento ha sido criticado al considerarse que el gran flujo de dinero durante las campañas puede nublar y distorsionar las perspectivas de los votantes, pero cobró auge luego del fallo en el caso Citizens United v. FEC, en el que la Corte Suprema determinó que el derecho a la libre expresión garantizado por la Primera Enmienda Constitucional impide que se restrinja el gasto en campañas políticas que, de modo independiente, realicen corporaciones, sindicatos, organizaciones no lucrativas y otras asociaciones.
20. LA PROPAGANDA ELECTORAL Y LA DESINFORMACIÓN
Informar y persuadir a los ciudadanos para que voten por un candidato o partido es el objetivo de la propaganda electoral, lo que incluye difundir la imagen, trayectoria, propuestas y críticas de un candidato, y en su versión negativa señalar características o fallas de un candidato rival.
La propaganda electoral se realiza por muy diversos medios: desde anuncios físicos en las calles e impresos enviados por correo a las casas de los ciudadanos hasta anuncios en radio, televisión, sitios de internet, correo electrónico y redes sociales y también llamadas y mensajes por vía telefónica y otras plataformas. La propaganda electoral moldea la opinión pública y apoya o golpea la imagen de un candidato y, aunque puede ser punzante, para ser legítima ha de basarse en afirmaciones, hechos y datos reales.
En contraste, la desinformación es la difusión deliberada de noticias falsas y de afirmaciones engañosas o difamatorias con la finalidad de distorsionar la opinión pública, crear confrontación y tratar de manipular maliciosamente las preferencias electorales.
Actividades de desinformación cunden en internet y las redes sociales y, por su considerable alcance, son motivo de preocupación y fuente de tensiones. El problema de la desinformación es creciente en todas las elecciones.
21. LAS ELECCIONES PRIMARIAS
Los partidos políticos recurren a primarias internas para seleccionar a sus candidatos para las elecciones generales con base en las preferencias de los votantes que les son afines. Los comicios primarios pueden ser cerrados, con participación exclusiva de votantes afiliados al partido correspondiente, o abiertos, en los que cualquier ciudadano puede participar.
En algunos estados, las elecciones internas de los partidos se realizan en la modalidad de caucus, que son reuniones de ciudadanos en las que se discute y decide a qué candidato los participantes desean apoyar.
Usualmente, las elecciones presidenciales primarias comienzan a principios del año electoral (tradicionalmente en los estados de Iowa y New Hampshire) y continúan en todos los estados y territorios hasta el verano. Cada partido tiene sus reglas y, por lo general, en las elecciones primarias se asignan delegados que, en su momento, votarán por el candidato al que representan durante la convención partidista, en la que el aspirante con una mayoría suficiente de delegados es nominado oficialmente candidato presidencial para contender en las elecciones generales de noviembre.
A escala estatal también se realizan elecciones primarias, en las que cada partido designa a sus candidatos a nivel local, estatal y del Congreso federal. En ocasiones, en distritos o estados donde un partido es ampliamente mayoritario, las elecciones primarias pueden ser, más que las generales, las que definan quién ocupará el puesto en cuestión.
En las primarias de 2024, el demócrata Joe Biden y el republicano Donald Trump obtuvieron en las elecciones primarias las mayorías necesarias para ser nominados por sus respectivos partidos. Trump fue nominado y Biden optó por no buscar la reelección, abriendo el proceso de nominación en favor de Kamala Harris en la Convención Nacional Demócrata en Chicago.
22. LAS CONVENCIONES
Concluidas las elecciones primarias, los partidos políticos en Estados Unidos organizan grandes convenciones en las que sus delegados se reúnen para nominar oficialmente a sus candidatos a la presidencia y la vicepresidencia. En esos eventos, que reciben amplia cobertura mediática, se presenta y aprueba la plataforma partidista y líderes del partido y personalidades notables se expresan en apoyo a sus candidatos.
En las convenciones presidenciales, los delegados votan para decidir quién será su candidato, por lo general siguiendo el resultado de las elecciones primarias. Solo cuando ningún aspirante haya obtenido la mayoría de los delegados durante las primarias, o si ese aspirante declina la nominación, se da el caso de que los delegados voten de modo independiente, y vía negociaciones, por quien será su nominado.
En 2024, Chicago, Illinois, fue designada sede de la Convención Demócrata y Milwaukee, Wisconsin, de la Convención Republicana.
23. ¿QUÉ SE ELIGE EN 2024?
Los ciudadanos elegirán este 5 de noviembre de 2024 a quienes ocuparán la presidencia y la vicepresidencia de Estados Unidos, todos los escaños de la Cámara de Representantes (un total de 435 legisladores) y un tercio de los senadores (34). También serán electos a escala estatal y local numerosos puestos que van desde la renovación de legislaturas locales hasta gobernadores (en 11 estados) y otras autoridades.
Las elecciones de 2024 y sus resultados tendrán enorme relevancia para definir el destino del país en los próximos años.
24. ESTADOS AZULES, ROJOS Y MORADOS O SWING
En el contexto de las preferencias políticas nacionales, los estados ‘azules’ son los que históricamente y por un periodo relevante han votado en las elecciones presidenciales mayoritariamente por el Partido Demócrata (por ejemplo, California, Illinois y Nueva York) y los estados ‘rojos’ los que lo hacen por el Partido Republicano (por ejemplo, en décadas recientes, Alabama, Kentucky o Texas).
Los estados ‘morados’ o swing son aquellos en los que hay mayor competitividad y sus resultados electorales pueden cambiar de una elección a la otra y favorecer a cualquiera de los dos partidos.
Los estados swing son especialmente importantes porque pueden determinar el resultado de una elección presidencial. En tiempos recientes, estados como Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pennsylvania y Wisconsin han sido considerados morados y serán clave en la elección de 2024. Florida, Carolina del Norte y Ohio han sido en elecciones anteriores también estados swing.
Por ser competitivos, los estados swing son también denominados ‘estados campos de batalla’ (battleground states) porque en ellos se concentra gran parte de la actividad de los candidatos y de los gastos de su campaña en propaganda y organización de votantes.
25. LOS DEBATES PRESIDENCIALES, QUIÉN LOS ORGANIZA Y DIFUNDE
Los debates presidenciales son encuentros en los que los candidatos a la presidencia se reúnen en persona, exponen sus propuestas y visiones y se atacan y recriminan entre sí. Por lo general, en los debates presidenciales participan los candidatos de los partidos Demócrata y Republicano, aunque en 1992 participó un tercer candidato, Ross Perot.
En décadas recientes, estos eventos habían sido organizados por la entidad independiente y no partidista Comisión de Debates Presidenciales y transmitidos por las televisoras.
En los comicios de 2020, esa entidad organizó los debates entre Donald Trump y Joe Biden, que fueron televisados en vivo por las cadenas ABC, CBS, CNN, Fox News y NBC.
La relevancia de los debates presidenciales reside en que permiten a los ciudadanos ver y escuchar juntos a los candidatos, para contrastar su presencia, sus ideas, sus planteamientos y sus reacciones durante el encuentro. Por ello, los debates pueden tener efectos en el sentido del voto y en las posibilidades de triunfo de los candidatos. Encuestas miden la percepción de la audiencia de los debates para establecer quién los ganó, y lo dicho y sucedido en esos encuentros entre candidatos puede tener una influencia relevante.
En el proceso electoral de 2024 se han dado situaciones singulares en lo concerniente a debates. Uno entre Joe Biden y Donald Trump y otro entre Kamala Harris y Trump fueron organizados por televisoras, CNN y ABC, respectivamente, al margen de la Comisión de Debates Presidenciales. El primero, además, se dio en junio, fecha temprana pues usualmente los debates se realizan en septiembre y octubre del año electoral.
Es común que durante las campañas se dé un debate entre candidatos a la vicepresidencia. Y en las elecciones primarias de los partidos también se realizan debates entre los aspirantes a la candidatura presidencial.
26. LAS ENCUESTAS ELECTORALES
Medir la percepción de la opinión pública y las preferencias políticas es una actividad que aporta información útil para comprender el sentir de la sociedad y para enfocar las actividades de candidatos. Los datos de las encuestas, provenientes de preguntas hechas a muestras de ciudadanos, son estimaciones de los posibles resultados de una elección y tienen peso en términos organizativos, mediáticos y políticos.
Las encuestas serias y sólidas deben tener una metodología, muestra y sustento estadístico y científico válidos, y por ello las encuestas con credibilidad son las que son realizadas, por lo general, por universidades, medios de comunicación de prestigio y consultoras especializadas.
Hay encuestas que preguntan a los ciudadanos en general y otras a los que ya están registrados para votar. Se realizan algunas con preguntas cara a cara con los votantes, por vía telefónica e incluso vía internet. Encuestas realizadas por entidades partidistas o vinculadas a un cierto candidato o ideología o aquellas hechas con metodologías endebles o preguntas sesgadas resultan menos confiables e incluso, en algunos casos, pueden contribuir a la desinformación.
Las encuestas se realizan a escala nacional y estatal. Dado que, con frecuencia, una elección presidencial se decide con el resultado de unos pocos estados indecisos, las encuestas entre votantes de esos estados tienen importancia particular.
También existen organizaciones que realizan promedios o ponderaciones de múltiples encuestas y durante diferentes periodos de tiempo, lo que permite trazar panoramas más precisos al balancear la diversidad de encuestas disponibles. Los datos generados por las encuestas pueden indicar preferencias y tendencias pero solo reflejan la percepción de los votantes en un cierto momento y pueden tener variaciones en el futuro o tener discrepancias en comparación al resultado real a causa de su margen de error o metodología.
27. LAS ELECCIONES GENERALES DE NOVIEMBRE
El primer martes, después del primer lunes de noviembre, se celebran las elecciones generales en Estados Unidos.
La elección de presidente se realiza cada cuatro años y la de integrantes del Congreso cada dos. A nivel estatal las elecciones tienen también plazos específicos, dependiendo de la duración y los tiempos de cada cargo público.
Los votantes eligen entre los candidatos registrados, los nominados por los partidos o los independientes, para definir a quienes serán titulares de cargos públicos que van desde la presidencia y la vicepresidencia hasta los escaños en el Congreso. Muchos estados permiten a los ciudadanos escribir en la boleta el nombre de un candidato no previamente incluido en ella.
A nivel estatal, el día de las elecciones también se vota, en su caso, por gobernadores, legisladores, funcionarios locales, jueces, proposiciones de ley, referendos, imposición de impuestos y otras consultas. En ciertas elecciones locales los comicios son no partidistas y los candidatos contienden sin arroparse en las siglas de un partido, aunque sean miembros de alguno.
La participación electoral en 2020 fue del 66.6% y se recibieron 158,429,631 millones de sufragios en la elección presidencial. De ellos, 51.31% fue para el demócrata Joe Biden, 46.85% para el republicano Donald Trump (que buscaba la reelección) y el resto para candidatos menores. Los 81,283,501 votos que recibió Biden, que le valieron una mayoría de 306 votos en el Colegio Electoral, fueron la mayor cantidad de sufragios recibida por un candidato en la historia de Estados Unidos.
En 2024, la elección presidencial, del Congreso y de numerosos cargos estatales y locales se celebrará el martes 5 de noviembre.
28. LAS MODALIDADES DE VOTO
Los ciudadanos en Estados Unidos pueden ejercer su voto de varias maneras: en persona el día de la elección, en persona de modo temprano y por correo. Estas modalidades dan a los votantes opciones convenientes y flexibles, lo que incrementa las posibilidades de participación ciudadana.
El voto en persona se da el día de la elección en el centro de votación ubicado en el precinto electoral que le corresponde a cada votante dependiendo su lugar de residencia. El voto anticipado o temprano se realiza también en persona, pero solo en ciertos precintos especiales previamente establecidos para ello en cada localidad. Usualmente, el periodo de voto anticipado se abre varias semanas antes del día de las elecciones. El voto por correo es cuando el votante recibe una boleta en su domicilio, la llena y la envía de nuevo por correo a la autoridad electoral dentro de un plazo establecido. Dependiendo de cada estado, es necesario realizar un proceso de inscripción, con ciertos plazos clave, para poder votar por correo. En ciertas localidades se permite que el votante deposite su boleta postal en buzones especiales establecidos por la autoridad electoral local en lugar de enviarla por correo. Consulta tu autoridad electoral local para saber cómo registrarte para esta modalidad y conocer detalles sobre las otras opciones.
Existe la opción de votar por correo desde el extranjero, o voto en ausencia, para quienes se encuentran fuera del país el día de las elecciones. Los militares en el extranjero también tienen la opción de emitir su voto por la vía postal.
29. LOS CENTROS DE VOTACIÓN
Los ciudadanos acuden a votar en espacios previamente definidos donde las autoridades electorales colocan las casillas, urnas, boletas, máquinas y otros materiales para recibir a los votantes y conducir la elección. Por lo general, esto sucede en bibliotecas, centros comunitarios, escuelas y otros espacios públicos. En todos los distritos y precintos electorales se instalan estos centros de votación y las personas que en ellos laboran son capacitadas para que realicen su labor de manera efectiva y segura.
Los ciudadanos acuden el día de la elección a votar en el centro de votación del precinto que les corresponde dependiendo de su lugar de residencia. También hay centros de votación para recibir el voto anticipado que operan usualmente en horarios regulares de oficina.
Los centros de votación, el día de las elecciones generales, abren temprano y permanecen abiertos hasta tarde, en ocasiones hasta que todos los ciudadanos en fila hayan votado. Sus horarios varían dependiendo del estado y la localidad, y cada estado define la hora en la que formalmente se cierran las casillas, aunque algunas de ellas puedan continuar abiertas en tanto tengan votantes en espera.
Los ciudadanos pueden consultar los sitios de internet de las autoridades electorales de su localidad para identificar dónde se ubica el centro de votación que les corresponde.
30. LOS FUNCIONARIOS DE CASILLA
Los centros de votación son operados por funcionarios de casilla, en muchos casos ciudadanos que realizan esa tarea de modo voluntario, que asisten a los votantes y trabajan para que las elecciones en su precinto se realicen de modo ordenado y de acuerdo con el mandato de la ley.
Estos funcionarios reciben a los votantes en la casilla, confirman su identidad, los registran y les proporcionan la boleta para votar. También le indican al votante la urna donde debe depositar su boleta una vez llenada.
Usualmente, la boleta se ofrece a los votantes en papel y estos la llenan seleccionando las opciones de su preferencia con una pluma, un marcador o con una perforación y luego la depositan para su contabilización en urnas o en máquinas especiales.
También existen equipos electrónicos, supervisados por los funcionarios de casilla, para que los votantes emitan su voto de modo digital, eligiendo sus opciones en una pantalla. Por lo general estos sistemas imprimen un documento en papel que luego es también depositado en las urnas o máquinas de conteo, para que quede un registro físico de todos los votos.
31. LAS ORGANIZACIONES CÍVICAS PROMOTORAS DEL VOTO
Con el fin de promover la democracia y el ejercicio del voto, numerosas organizaciones cívicas en el país trabajan para impulsar el registro de votantes, la participación electoral y el conocimiento de los procesos y los derechos electorales.
Los grupos promotores del voto realizan, entre otras actividades, campañas de registro y movilización de votantes y tareas de información sobre temas clave para la ciudadanía. También asisten a los ciudadanos para que acudan a los centros de votación.
Ejemplos de estas organizaciones que trabajan en varios estados y han desempeñado una labor de promoción de la democracia, sobre todo entre los jóvenes y grupos minoritarios, son Hispanic Federation, Mi Familia Vota, UnidosUS, Voto Latino, la Liga de Mujeres Votantes y Rock the Vote, entre otras. En Illinois, por ejemplo, destacan también, entre otras entidades, la Coalición de Illinois pro Derechos de Inmigrantes y Refugiados, el Latino Policy Forum y la organización Mijente.
32. LOS OBSERVADORES LOCALES E INTERNACIONALES
Organizaciones nacionales e internacionales con frecuencia envían representantes para observar la realización de procesos electorales, para verificar que la votación y otros procesos se realicen conforme a los valores democráticos y la legislación vigente. Los observadores no son autoridades electorales, pero sí pueden, en su caso, contribuir a identificar y reportar situaciones irregulares o prácticas ilegales durante el proceso de votación.
Los observadores pueden ser de partidos políticos o grupos independientes, incluso representantes de organizaciones cívicas extranjeras. Por lo general deben registrarse previamente para quedar apropiadamente identificados ante las autoridades, candidatos y ciudadanos. Los observadores han de ser imparciales y no tienen facultades legales directas ni pueden implicarse en el proceso de voto, pero sus testimonios y datos pueden resultar relevantes y ser indicadores de la transparencia, equidad y legalidad de las elecciones que vigilan.
33. EL CONTEO Y QUIÉNES CUENTAN LOS VOTOS
Una vez finalizada la jornada de votación comienza el conteo de los votos para identificar a los ganadores de los comicios. En cada casilla se recopilan y cuentan las boletas depositadas en ella por los votantes. Luego, la información y boletas son enviadas a centros de votación regionales, usualmente en cada condado, y también se consolidan los datos a escala estatal. Todo bajo estricta seguridad para garantizar la integridad de ese material.
Funcionarios electorales son responsables de este proceso, que puede realizarse con máquinas de conteo y, cuando resulta necesario, de manera manual. Los votos anticipados y los recibidos por correo también son canalizados por las autoridades electorales para su conteo.
Durante la noche de la elección y en los días posteriores, las autoridades electorales locales reportan sus resultados conforme se va realizando el conteo y continúan haciéndolo hasta que todos los votos sean contados.
Con frecuencia no es posible contabilizar todos los votos la noche de la elección, por ejemplo por la necesidad de procesar una cantidad importante de votos por correo, y eso puede, de encontrarse pendiente el conteo de una proporción relevante del sufragio emitido en uno o varios estados, demorar la confirmación del ganador de la presidencia más allá de la noche de la elección.
34. LA NOCHE DE LA ELECCIÓN
Durante la noche del martes de votación y la madrugada del miércoles siguiente, momento conocido como la noche de la elección, comienza el conteo de los votos, se dan a conocer los resultados preliminares y, de estar estos disponibles en cantidad sustantiva y representativa, puede proyectarse quién resulta ganador. La cobertura de los medios de comunicación durante esa noche es intensa, tanto en información como en análisis y comentarios.
Si los datos disponibles de los conteos oficiales de votos, de las encuestas de salida (realizadas a personas después que emitieron su voto) y de otros estudios estadísticos permiten identificar que existe una tendencia irreversible a favor de un candidato, las televisoras y otras entidades periodísticas (la agencia Associated Press, por ejemplo) hacen una proyección sobre el ganador y lo anuncian públicamente.
En el caso de la elección presidencial, este proceso se hace por estado una vez cerradas en cada uno las casillas de votación y, cuando un candidato logra suficientes estados para sumar al menos 270 votos del Colegio Electoral, las televisoras proyectan a ese candidato como virtual triunfador.
Estas proyecciones, con todo, no son oficiales y hay que esperar a que se cuenten todos los votos. Así, por ejemplo, puede suceder que en la noche de la elección no se tengan datos suficientes para proyectar la victoria de un candidato, y esa declaración se pospone hasta que existan datos oficiales apropiados para ello. Incluso, aunque algo poco común, la proyección de las televisoras puede resultar inexacta si en un estado clave el conteo avalado por las autoridades resulta diferente de las proyecciones iniciales, como sucedió en la elección de 2000.
35. LA DECLARACIÓN DE GANADOR, EL ROL DE MEDIOS Y LOS RESULTADOS OFICIALES
La declaración de ganador es el anuncio oficial de los resultados de una elección. Los medios de comunicación juegan un papel importante al informar sobre los resultados preliminares la noche de la elección y los días subsiguientes, pero los resultados oficiales son certificados por las autoridades electorales una vez que se han contado y verificado todos los votos.
En las elecciones presidenciales de 2020, los medios de comunicación declararon a Joe Biden como el ganador varios días después de la noche de la elección, una vez que se contaron suficientes votos en estados clave.
Los resultados oficiales son certificados más tarde por cada estado y luego en una sesión especial del Congreso.
36. LOS DELITOS ELECTORALES
Cuando durante un proceso electoral se cometen actos ilegales que afectan la integridad de las elecciones y de sus resultados o se vulneran derechos de los votantes, la democracia se deteriora y se corre el peligro de que se lesione la institucionalidad de la república y de sus valores fundamentales.
Los delitos electorales son de diversa índole. Una modalidad es el fraude electoral mediante la destrucción o manipulación de boletas o la alteración del conteo de sus resultados. También es delito que una persona vote más de una vez y que personas sin derecho a votar lo hagan.
También son delitos electorales impedir que votantes emitan su voto, vulnerar el secreto del sufragio, imponer a los votantes requisitos más allá de lo que establece la ley o intimidar o sobornar a los ciudadanos para que voten por una cierta candidatura o para que no emitan su voto.
Irregularidades y malos manejos en el financiamiento de campañas también pueden constituir delitos electorales.
La ley impone multas y penas de prisión a quienes son hallados culpables de delitos electorales.
Si las irregularidades comprobadas son tan extensas como para afectar todo el resultado de una elección, las autoridades judiciales pueden anularla y se convoca a una nueva votación, algo que ha sucedido ocasionalmente a escala de elecciones al Congreso y a nivel estatal y local.
37. CASOS DE LITIGIO: 2000, 2020
En ocasiones, los procesos o los resultados de una elección son impugnados y se presentan demandas ante las cortes.
Por lo general, las impugnaciones o demandas son presentadas en tribunales locales por ciudadanos, campañas de candidatos u otras entidades y se resuelven, en la mayoría de los casos, a escala local y no tienen necesariamente repercusiones a escala nacional.
En ciertas ocasiones hay litigios que alteran un resultado o causan controversia y tensión a escala nacional.
En 2000, la Corte Suprema resolvió, en el caso Bush v. Gore, un diferendo sobre el recuento de votos en el estado de Florida. Inicialmente, las proyecciones preliminares de las televisoras la noche de la elección asignaron el triunfo al demócrata Al Gore al atribuirle el estado de Florida, lo que le aseguraba una mayoría de votos en el Colegio Electoral. Pero, poco después, los medios tuvieron que revertir su proyección ante la incertidumbre de ese resultado, que mostró tendencias a favor del republicano George W. Bush. Una serie de recuentos, impugnaciones y fallos judiciales tuvieron lugar en Florida hasta que la Corte Suprema determinó que se diera fin a ese proceso, lo que hizo que fuera Bush quien resultara ganador en Florida y lograra la mayoría necesaria en el Colegio Electoral para ganar la presidencia. Aunque en todo ello hubo fuerte controversia e incertidumbre, al final Gore aceptó el resultado.
En 2020 se interpusieron en varios estados demandas que alegaban irregularidades en la elección presidencial. Las más notorias fueron las impulsadas por la alegación de la campaña de Donald Trump, que se comprobó falsa, sobre irregularidades o fraudes en varios estados que le “robaron” la elección. Tribunales en varios estados escucharon los casos y determinaron que las demandas no tenían mérito, justificación o pruebas que mostraran que se cometió un fraude que alteró el resultado de la elección presidencial.
38. LA CERTIFICACIÓN DE LA ELECCIÓN A NIVEL ESTATAL Y FEDERAL
Los resultados de una elección deben ser certificados por las instancias competentes a fin de ser considerados legales y finales. Ello implica la afirmación de que el proceso de votación y el conteo de sufragios se realizaron con apego a la ley y que los resultados reflejan la voluntad popular, en un proceso con etapas a escala estatal y federal.
Las autoridades electorales certifican los resultados de una elección tras verificar que todos los votos han sido correctamente contados. Cada estado certifica sus resultados electorales y tiene diferentes regulaciones y tiempos para ello.
En el caso de las elecciones presidenciales, cada estado, tras certificar los resultados de sus elecciones, asigna formalmente al ganador los electores del Colegio Electoral que le corresponden y envía las actas de sus votos al Congreso y otras instancias. Luego el Congreso, en una reunión conjunta de ambas cámaras, recibe y valida los votos electorales de cada uno de los estados, escucha y resuelve impugnaciones presentadas por legisladores y certifica los resultados de cada estado, declarando presidente electo a quien haya oficialmente obtenido al menos 270 votos electorales. Durante el proceso de certificación de las elecciones de 2020 en el Congreso de Estados Unidos, en sesión del 6 de enero de 2021, seguidores de Donald Trump irrumpieron en el Capitolio de Washington DC para tratar de evitar que los legisladores certificaran la victoria de Joe Biden. Se ha acusado que Trump incluso pidió al vicepresidente Mike Pence, quien en su carácter de presidente del Senado encabezaba ceremonialmente la sesión conjunta de certificación, que rechazara votos electorales y frenara su certificación, a lo que Pence se negó al no tener facultad legal para hacerlo. Tras horas de violencia y consternación, los disturbios amainaron y el Congreso certificó la victoria de Biden.
39. LA INAUGURACIÓN PRESIDENCIAL
El presidente asume oficialmente su cargo en una ceremonia conocida como inauguración, que incluye su juramentación, discursos y otras actividades y marca el inicio de su periodo de gobierno.
La inauguración del mandato presidencial tiene lugar en el Capitolio de Washington DC (con frecuencia en uno de sus pórticos exteriores y con asistencia de público) el día 20 de enero del año siguiente al día de la elección presidencial.
En algunos casos extraordinarios la juramentación presidencial ha tenido lugar fuera del Capitolio en una ceremonia de menor escala. Por ejemplo, en 1963 el entonces vicepresidente Lyndon B. Johnson fue juramentado a bordo del avión en el que viajaba de vuelta a Washington DC tras el asesinato del presidente John F. Kennedy.
Es tradición que el presidente saliente asista a la inauguración de su sucesor.
El 20 de enero de 2021 Joe Biden fue juramentado por el juez en jefe de la Corte Suprema como el presidente número 46 de Estados Unidos. Donald Trump, presidente saliente que no logró ser reelegido en los comicios de noviembre de 2020, no asistió a la ceremonia de inauguración de Biden.
Antes de ello, la última vez que un presidente saliente no acudió a la juramentación de su sucesor fue en 1974 cuando Richard Nixon, quien renunció a la presidencia, no participó en la inauguración de Gerald Ford.
La próxima inauguración presidencial está prevista para el 20 de enero de 2025.
40. EL JURAMENTO EN LA INAUGURACIÓN PRESIDENCIAL
La ceremonia de inauguración tiene su momento más simbólico con el juramento presidencial, con lo que oficialmente comienza el mandato del presidente de Estados Unidos. Al pronunciar el juramento, los presidentes usualmente colocan una mano sobre un ejemplar de la Biblia con significado histórico o personal, aunque utilizar ese libro no es requerido por la ley y ha habido algunas inauguraciones en las que la Biblia no se ha utilizado o se han utilizado dos ejemplares distintos de ese libro.
Por ejemplo, Dwight Eisenhower tomó en 1953 el juramento usando la misma Biblia usada en la juramentación de George Washington y también una Biblia personal y Barack Obama usó en 2013 una Biblia que fue propiedad de Abraham Lincoln y otra que perteneció a Martin Luther King Jr.
El 20 de enero de 2021, el juez jefe de la Corte Suprema, John Roberts, administró el juramento presidencial a Joe Biden, quien usó un ejemplar personal de la Biblia que ha sido propiedad de su familia desde 1893.
El juramento presidencial usado en la actualidad reza en inglés: “I do solemnly swear [or affirm] that I will faithfully execute the Office of President of the United States, and will to the best of my ability, preserve, protect and defend the Constitution of the United States” (“Yo juro [o afirmo] solemnemente que ejerceré fielmente el cargo de Presidente de Estados Unidos y que, al máximo de mi capacidad, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de Estados Unidos”).
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El proyecto ‘40 claves de la democracia en Estados Unidos’ fue publicado en parte gracias al apoyo a La Raza de la Fundación Field de Illinois a través de su programa Journalism and Storytelling.
En la preparación de este contenido se utilizaron, en parte, herramientas de inteligencia artificial.