Cómo organizar contra las redadas y unificar a la comunidad inmigrante
La orden del día es formar la mayor cantidad de coaliciones en todo el país para hacer frente a lo que Trump proponga en torno a los inmigrantes
La promesa hecha en campaña una y otra por el ahora electo presidente Donald J. Trump de “usar redadas masivas para deportar a 10 millones de inmigrantes” de seguro está manteniendo a las comunidades inmigrantes del país a la expectativa.
Temor, incertidumbre, ansiedad y depresión pueden ser reacciones comunes a esta promesa ya que Trump toma su juramento el 20 de enero de 2025 como el nuevo presidente del país.
Pero analicemos este asunto por un momento y veamos cuáles son las posibilidades de que Trump sí pueda poner en marcha su nefasta promesa.
Primero, a comparación del pasado cuando hubo redadas contra los inmigrantes mexicanos en la década de 1930 y luego de 1950, ahora las comunidades inmigrantes han crecido.
Las personas de origen mexicano en Estados Unidos somos cerca de 40 millones de personas en varias partes del país. Las otras comunidades de inmigrantes también son ahora mayores.
No creo que sea tan fácil que un político de extrema derecha como lo es Trump pueda intimidar a tanta gente.
En la década de 1930, la Gran Depresión económica dio auge (leamos reacción) a querer deportar y repatriar a nuestros abuelos. Luego, en la década de 1950, el Macartismo dio auge (también reacción) a querer deportar a los “que son diferentes” y a quienes en esa época acusaron de “ser comunistas”.
Ahora que la sociedad anglosajona de este país ve que no puede hacer correr la máquina de su economía sola, se ampara en los inmigrantes para que les ayuden hacer el trabajo.
Pero ahora, igual que en Europa con los países blancos, se quejan de que los nuevos inmigrantes ya en mayores números están “cambiando” a sus países. En el caso de Trump, él acusa a los inmigrantes de “envenenar la sangre” de este país.
En resumen, somos ya parte de este país ya tengamos papeles o no porque así lo prefiere la clase alta de este país porque hacemos correr eficientemente a su máquina económica.
Pero sostengo que, si los inmigrantes mexicanos, haitianos, árabes y centro y sudamericanos no queremos redadas ni deportaciones, no las habrá.
Y la forma de hacer sentir y expresar nuestro deseo contra las redadas y deportaciones es votar con nuestros pies, votar con nuestra voz y votar con nuestros bolsillos.
Esto significa aliarse a demás organizaciones, iglesias, uniones laborales y grupos de mujeres, grupos transgénero y algunas instituciones como universidades para hacer notar nuestro descontento contra las redadas y deportaciones masivas.
Diría yo que la orden del día es formar la mayor cantidad de coaliciones en todo el país para hacer frente a lo que Trump proponga en torno a los inmigrantes.
Al agruparse unas 10, 20 o más organizaciones para hacerle frente a lo que viene primero deben llegar a unos cuatro o cinco puntos de unidad.
Estos pueden ser No a las Redadas Masivas, No a las Deportaciones, No a la Separación de Familias, No a la Xenofobia, No a la Criminalización de los Inmigrantes.
Segundo, la coalición y sus organizaciones participantes deben enumerar las tareas que quieren lograr.
Estas pueden ser: ofrecer a los inmigrantes en riesgo de ser deportados ayuda legal y acceso a abogados, pedir a las ciudades santuario en el país no cooperar en lo más mínimo con las redadas, pedir a la Iglesia católica y a las otras religiones salir con declaraciones en contra de las redadas y deportaciones, pedir a instituciones como colegios y universidades no dar información para propósitos de detenciones.
También formar una red nacional de respuesta rápida para que en al momento de cualquier acción de los agentes de inmigración en algún lugar de trabajo, cientos de activistas acudan ahí para denunciar tal acción.
Los inmigrantes mexicanos y latinos en este país tienen un gran poder adquisitivo. Estoy seguro de que ellos podrían identificar instituciones o compañías que cooperen con las redadas para iniciar un boicot económico contra ellas.
Así lo hizo la comunidad afroamericana cuando en el apartheid del sur del país no dejaban a los afroamericanos sentarse al lado de los blancos en los autobuses. Rosa Parks rehusó darle su asiento en el camión a un hombre blanco en 1955. Ella fue arrestada por eso, pero la comunidad afroamericana inició un boicot contra la compañía camionera.
Tener fe en la gente es como tener fe en que sembrando semillas en corto plazo tendremos una cosecha de cereales o de verduras.
En este caso tenemos que sembrar la justicia y la libertad y el trabajo y las alianzas con otros para poder ponerle un alto a las deportaciones.