Hondureño deportado retorna a EEUU gracias a fallo judicial
Henry Bonilla cuenta que no acudió a la corte en 2015 porque nunca recibió la citación en su vivienda
Cuando Henry Bonilla, de 18 años de edad, fue deportado por las autoridades migratorias en agosto pasado a su natal Honduras, sintió que el mundo se le venía encima.
Temeroso por su vida, Bonilla permanecía “preso” en su hogar para mantenerse alejado de la violencia que azota al país centroamericano.
Pero su calvario terminó la noche del jueves 1 de diciembre cuando las autoridades lo regresaron a Estados Unidos y fue liberado tras pagar una fianza de 1,500 dólares. Bonilla es uno de pocos inmigrantes que han sido deportados a sus países de origen y enviados de vuelta a los Estados Unidos tras un fallo de una corte a su favor.
“Me da gusto estar de regreso con mi familia y más gusto saber que estoy seguro”, comentó Bonilla a La Opinión. “Esta Navidad casi será perfecta… Aunque aún nos faltan cuatro familiares por ser liberados”.
Bonilla se refería a los familiares que, junto a él, fueron detenidos por autoridades migratorias en agosto pasado cuando éstas realizaban un cateo a varios departamentos de vivienda en las ciudades de Pomona y Montclair. En total fueron detenidas 19 personas, de las cuales solo cuatro permanecen en diferentes centros de detención migratorios, añadió el joven hondureño.
“El caso de Bonilla es una rareza”, comentó Lori Haley, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos a La Opinión.
Haley dijo que Bonilla fue deportado luego de que se le encontrara un caso pendiente de deportación emitida por un juez en enero de 2015.
“Después de que un juez de inmigración aceptó reabrir el caso de inmigración del señor Bonilla y rescindir [o anular] su orden de retiro original, ICE [la Oficina de Inmigración y Aduanas] coordinó el proceso para facilitar su regreso al país a finales del mes pasado”, señaló Haley.
Para la Coalición de Justicia de los Inmigrantes de Inland Empire, agrupación que aboga por los derechos de los inmigrantes, el caso de Bonilla es un ejemplo claro de que las autoridades migratorias violan los reglamentos y abusan de su poder con personas que no cuentan con un abogado.
“Si esto ocurre aún cuando una persona tiene representación legal, imagínate que ocurrirá con los que no tienen. Esto demuestra que el sistema se equivocó poniendo en riesgo la vida de un joven. Al señor Bonilla se le deportó de manera ilegal ya que había un caso pendiente”, comentó Emilio Amaya, consultor de inmigración y director ejecutivo del Centro de Servicios Comunitarios de San Bernardino. “Esto significa borrón y cuenta nueva”.
Amaya añadió que Bonilla se encuentra libre y en espera de una nueva audiencia para presentar su caso de asilo ante una corte de inmigración.
Huellas del pasado
Bonilla intentó ingresar al país de manera ilegal en 2014, cuando era menor de edad, pero fue descubierto.
Según Amaya, en ese entonces Bonilla no fue deportado sino que fue enviado a la oficina de Reasentamiento de Refugiados y entregado a sus familiares con la promesa de comparecer en corte.
“Como pasa en muchos de estos casos, el citatorio de la corte de inmigración fue enviado al lugar equivocado y el menor no se enteró de que tenía que acudir. [Por ello] La corte de inmigración giro una orden de deportación en ausencia e; 30 de enero de 2015 pero el menor no recibió notificación de que tal orden existía”, dijo Amaya.
“Esta medida [de regresarlo a EEUU] tomada por la oficina de ICE representa para el señor Bonilla la reparación del hecho ilegal y un triunfo para las organizaciones proinmigrantes de Inland Empire”.
Peligro constante
Amaya y otros activistas locales alegan que la estancia de Bonilla en Honduras representaba un peligro latente a su integridad física debido a la ola de violencia que afecta a dicho país.
En efecto, según el Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, de enero a junio del presente año se registraron 4,161 muertes por causa externa siendo los asesinatos la causa principal.
Según la institución, la tasa parcial de homicidios en el periodo señalado fue de 29.4 por cada 100,000 habitantes, registrando la mayor cantidad de homicidios en los departamentos de Cortes, Francisco Morazán y Yoro. Los homicidios se producen con mayor frecuencia en la noche y fines de semana, señala la institución.
El reporte añade que el 81% de las víctimas se sitúan entre las edades de 15 y 44 años de edad siendo los hombres quienes más pierden la vida de manera violenta. En efecto, de los casos registrados, el 91% se dieron de manera violenta, indica el estudio, siendo armas de fuego las más usadas. Las mujeres también son blanco de ataque de los criminales, sobre todo de los agresores sexuales, indicó el reporte. Las más afectadas son mujeres de entre 15 y 39 años de edad.
“Sí es muy peligroso, allá te hacen daño por nada”, comentó Bonilla, cuyo abuelo fue asesinado hace varios años mientras se dirigía al campo de cultivo.
El joven comienza así una nueva vida, tiene deseos, metas e ilusiones y promete luchar hasta conseguir sus aspiraciones.
“Me gustaría ser locutor,. Quiero ser un hombre de bien, quiero aportar a esta sociedad, demostrarle al gobierno que no soy criminal, que vengo dispuesto a ser un ciudadano ejemplar”.l