100 días de Trump: mujeres y familias inmigrantes son especialmente vulnerables
Diferentes políticas : migratorias, laborales, sociales del nuevo gobierno tienen un efecto más grave en un segmento vulnerable de la comunidad inmigrante: las mujeres y familias.
El sonido de patrullas, los pasos en la escalera y los fuertes golpes contra la puerta de un vecino en el piso de arriba, pusieron a Gilda Blanco en estado de pánico hace poco más de un mes, aun cuando ella recientemente recibió su residencia legal tras vivir 17 años en Estados Unidos.
“Yo estaba en una conferencia de trabajo en casa, cuando escuché el escándalo, patrullas que rodearon el edificio, gente corriendo por los pasillos”, cuenta la mujer guatemalteca, residente en Seattle, Washington. “Empecé a llorar y luego me dio una ira muy tremenda, cuando escuché que tumbaron la puerta y se llevaron a una mujer”.
Eran agentes de Inmigración y Aduanas (ICE) los que irrumpieron en la calma de la mañana en un vecindario de inmigrantes en la ciudad de Seattle, una ciudad santuario, pero que aun siéndolo no puede impedir la acción de agentes migratorios.
El miedo que sintió, explica Blanco, es apenas una fracción de lo que ve cada día en la comunidad inmigrante, especialmente entre las mujeres inmigrantes que trabajan principalmente en industrias como empleo doméstico, servicios y también las recién llegadas de Centroamérica, que buscan asilo.
Blanco no es recién llegada y su labor como activista de la Alianza Nacional de Trabajadores del Hogar, aparte de su residencia legal, la colocan en una situación quizá menos vulnerable que otras mujeres. Pero el pánico es el mismo, explica.
“Trabajo con muchas de las mujeres inmigrantes de Centroamérica que están en el empleo doméstico, otras que acaban de llegar por la frontera. Hay una mujer que me llama constantemente para que acompañe a su hija de 12 años a la escuela porque ella tiene miedo de que la arresten”, explica. “La niña, todos esos niños en esas familias no hacen más que vivir esta preocupación”.
En su trabajo con la Alianza, estas conversaciones son el pan de cada día, y se han intensificado desde que inició el gobierno de Donald Trump. Mujeres en el trabajo doméstico son especialmente vulnerables a abusos de salario y de otro tipo, precisamente por su estatus legal.
“El aislamiento de estas trabajadoras es sinónimo de abuso”, explica.
Las mujeres inmigrantes de piel morena o negra, como Blanco, son especialmente vulnerables y en lugares como Seattle resaltan como una minoría llamativa. Blanco encabeza un grupo “We Dream in Black”, para elevar las voces de inmigrantes afrodescendientes y el efecto que las políticas migratorias y sociales tienen sobre ellas.
Las mujeres inmigrantes en el gobierno de Trump
Amanda Barán, asesora de la campaña We Belong Together, que aboga por los derechos de las mujeres inmigrantes, señala que las más de 5 millones de mujeres indocumentadas que viven en Estados Unidos están en una situación particularmente vulnerable ante diversas políticas de Trump.
Simbólicamente, de los miles de deportados en estos primeros 100 días del nuevo gobierno, una de las primeras deportadas bajo las nuevas prioridades fue una mujer de Arizona, Guadalupe García de Rayos. Poco después, una mujer transgénero fue detenida en El Paso en las inmediaciones de la corte local, cuando iba a denunciar a su pareja abusadora. El propio abusador lanzó el pitazo contra ICE.
La difusión de estos casos ha congelado de miedo a las mujeres inmigrantes y esto se ha traducido ya en cifras concretas en reducción denuncias sobre casos de violencia doméstica y violación, según lo reportan jefes policiales: 42.8% menos en Houston y 25% menos en Los Ángeles, por poner dos ejemplos.
Un estudio de la National Domestic Violence Hotline reveló que el 45% de las mujeres extranjeras tienen miedo de buscar ayuda, reportar delitos a la policía o acudir a una corte.
“Hay fiscales y abogados que denuncian que las víctimas inmigrantes están rehusándose a cooperar acusando a sus atacantes por temor a las consecuencias”, dijo Barán. “Esto tiene un efecto directo en la capacidad de estas mujeres en lograr visas U o visas T que existen específicamente para víctimas violencia doméstica y tráfico”.
Otros cambios instituidos por el gobierno actual afectan con más fuerza a estas mujeres vulnerables, según un informe publicado hoy por We Belong Together.
Las dos terceras partes de los refugiados que vienen a Estados Unidos son mujeres, y a pesar de que un tribunal detuvo la aplicación de la Orden Ejecutiva contra refugiados de este gobierno, el país ya está aceptando una fracción de los refugiados que recibía antes.
Reducciones en los fondos al Departamento del trabajo para atacar violaciones de salarios y horarios laborales, tienden a tener un efecto mayor en los trabajadores de industrias más precarias y los que ya ganan menos que otros: las mujeres inmigrantes están entre los más vulnerables.
Las amenazas de retirar fondos del Departamento de Justicia a programas contra el crimen en la “ciudades santuario” tendrán un efecto directo en las mujeres, ya que esto incluye programas para la Oficina de Victimas del Crimen y la Oficina de la Violencia contra la Mujer.
El temor a que usar algún servicio público llame la atención de las autoridades migratorias ha hecho que muchos tengan miedo de usar hasta aquellos beneficios que les corresponden.
“Las madres inmigrantes tienen acceso a WIC y sus hijos ciudadanos tienen derecho a una variedad de servicios esenciales de alimentación y salud, así como educación, pero el miedo de muchas madres es que eso las ponga en la lista negra de ICE”, dice Barán.
“Estamos oyendo esto todos los días en comunidades, que hay miedo a ir al hospital, por ejemplo, aún cuando esa ley no se firmó, ya está ocurriendo”, dijo Andrea Mercado , directora de la campaña We Belong Together.
Hace unas semanas se filtró a los medios un memo, que nunca fue firmado, delineando castigos para inmigrantes que usen una variedad de servicios públicos. En los aeropuertos, visitantes con visas vigentes están siendo interrogados por su uso de servicios públicos en visitas anteriores y algunos están siendo deportados.
Finalmente, un eventual cambio en el sistema migratorio, de uno centrado en la reunificación familiar a uno ligado a los méritos y la profesión del inmigrante, limitaría la migración legal de mujeres.
Según estudios, el 70% de las mujeres inmigrantes obtienen papeles por medio del sistema de reunificación familiar y no por medio de una visa de trabajo. “Un sistema de mérito reduciría la capacidad de migración de las mujeres de muchas partes del mundo, que no tienen acceso a las mismas oportunidades que los hombres”, explicó el estudio.