“Vientos del Diablo”, los culpables del “infierno” que se vive por los incendios en Napa y Sonoma

Unas corrientes de aire típicas, con ráfagas de más de 110 kilómetros por hora, esparcieron las llamas por la región como quien deja caer una chispa en un polvorín

Cuando los “vientos del Diablo” comienzan a soplar en el otoño del norte de California, casi todo el mundo sabe lo que eso significa: fuego.

Pero el pasado domingo, justo a la media noche, la brusca llegada de las ráfagas de aire seco y cálido a la región del vino, en los condados de Napa y Sonoma, tomó a muchos por sorpresa, a otros dormidos.

Nadie se explica aún cómo se originó el fuego.

Solo se sabe que primero llegaron “los vientos del Diablo” y luego la noche ardió.

A la mañana siguiente, ya había bosques quemados, comunidades en peligro, huidas masivas.

Los vientos, con ráfagas de más de 110 kilómetros por hora, esparcieron las llamas por la región como quien deja caer una chispa en un polvorín.

Los incendios se extendieron, dejaron comunidades enteras reducidas a cenizas y han llegado a ser prácticamente incontrolables.

Al menos 31 personas perdieron la vida, muchas completamente calcinadas, más de 600 están desparecidas y más 3,500 propiedades han sido destruidas, según recuentos preliminares de las autoridades.

Más de 30,000 residentes fueron evacuados, más de 91,000 casas y negocios quedaron sin electricidad y unas 30,000 hectáreas de terreno fueron arrasadas por las llamas.

Es el incendio más mortífero en la historia de California desde que se lleva registro.

Ya superó, incluso, la “Tormenta de fuego de Oakland”, en 1991, que dejó 25 fallecidos.

Y las tareas de rescate se vuelven cada vez más complicada porque siguen soplando los poderosos vientos del Diablo, que esparcen y avivan el fuego de forma desproporcionada.

Pero ¿qué son estos vientos que han generado este “infierno”?, ¿qué se oculta detrás de su nombre de tan oscuras reminiscencias?

Vientos del nordeste

Se trata de vientos muy comunes en esta época del año en el área de la bahía de San Francisco, en el norte de California, según explica a BBC Mundo Jan Null, profesor de meteorología de la Universidad Estatal de San José y especialista por más de 40 años del National Weather Service.

“Lo que los hace peculiares es que es una masa de aire muy seca y muy caliente, que desciende desde los macizos montañosos hasta la zona costera. Como son vientos cálidos y que originan ráfagas muy fuertes son proclives a esparcir los incendios”, comenta.

Null dice que estas corrientes, al oscilar desde la tierra hacia la costa, suelen ser una especie de reversión de los vientos frescos y húmedos que generalmente soplan el resto del año desde el mar hacia el interior de la zona continental.

Toman su nombre, explica, de dos hechos fundamentales.

Por una parte, como se originan en la Gran Cuenca, al llegar a la zona de la bahía parece que soplan desde el Monte Diablo, una montaña llena de leyendas y misterios desde los tiempos de la Conquista española.

Por otra parte, son vientos que generalmente se asocian a los incendios que suelen afectar durante los otoños a California.

“Es un nombre que se hizo muy popular a partir de los incendios de Oakland en 1991. Muchas personas asociaron aquellas escenas del fuego con los relatos que conocemos sobre el infierno. Algo similar a lo que estamos viendo ahora. Y desde entonces, estos vientos cálidos y secos del nordeste que parecen venir del Monte Diablo han pasado a llamarse popularmente así”, comenta.

La Santa vs. el Diablo

Daniel Swain, especialista en clima en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), explica a BBC Mundo que, aunque generalmente los vientos del Diablo suelen confundirse con los más populares de Santa Ana , se trata de fenómenos similares, pero diferentes.

“Santa Ana es el nombre que se le da a este tipo de vientos en el sur de California y aunque estos también propagan incendios, se trata de corrientes que se originan en condiciones geográficas distintas”, comenta.

En términos prácticos, dice, se originan en situaciones similares: son fuertes corrientes de aire, con ráfagas, secas y cálidas, que se generan especialmente en lo alto de las laderas y los cañones, aunque los de Santa Ana surgen muchas veces desde los desiertos interiores, que están a una altura relativa mayor que la costa.

No obstante, señala que “los del Diablo”  llegan en ocasiones a ser más secos y cálidos , de ahí que muchos de los mayores incendios registrados en California han estado asociados a esa corriente.

Pero si son vientos que soplan todos los años en otoño, ¿qué sucedió esta vez para que se generara un incendio de estas proporciones?

Condiciones inusuales

Swain opina que el incendio de este año es consecuencia de una sucesión de condiciones atmosféricas que han coincidido de forma negativa.

California tuvo desde finales de 2016 uno de los inviernos más húmedos de los últimos años.

“Esto a su vez actuó de forma negativa, porque después de una época de gran sequía, vino este invierno con mucha lluvia. Esto hizo que creciera la vegetación. Luego vino un verano muy cálido, con temperaturas muy altas, lo que hizo que las condiciones para un gran incendio fueran muy favorables”, sostiene.

Esto, asegura, conllevó a que la llegada repentina de los vientos del Diablo propiciara un fuego de esta magnitud.

De acuerdo con Null, lo peor de lo que está sucediendo ahora en la región del vino de California no son los incendios en sí, sino que por primera vez han llegado a zonas altamente habitadas.

Las previsiones, según Swain, no son nada halagüeñas.

Los vientos del Diablo siguen soplando con inusual intensidad y se espera que continúen así durante el fin de semana.

Pero el peligro de estos vientos no está solo en su potencial para expandir los incendios.

Su fuerza no solo arrastra las llamas, sino también que esparce el humo a cientos de kilómetros y contamina el aire en lugares que se encuentran a gran distancia de las zonas directamente afectadas.

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Las autoridades decretaron alertas por la calidad del aire en la áreas de la bahía, mientras en ciudades más distantes, como San Francisco, ya comenzaron a llegar las corrientes de humo.

Localidades enteras, como Calitoga, fueron evacuadas.

“Desafortunadamente, están dadas las condiciones para que esto se convierta en un fenómeno sin precedentes”, asegura Swain.

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