Jovencita guatemalteca demanda a patrulleros fronterizos tras denunciar abuso sexual durante su arresto
Dos quejas anteriores por el presunto asalto sexual de dos hermanas migrantes no resultaron en ningún tipo de cargos, por lo que una de ellas decidió emprender una querella legal
Una jovencita guatemalteca, que junto con su hermana mayor cruzó la frontera en el verano de 2016 buscando reunirse con su mamá en Fresno, presentó este jueves una demanda por asalto y agresión, entre otros cargos, contra el gobierno de Estados Unidos y varios agentes fronterizos.
La joven, sólo identificada como J.I. , alega que fue asaltada sexualmente por un agente de la Patrulla Fronteriza en las instalaciones de la agencia en Presidio, Texas, luego que los agentes las detuvieran tras cruzar la frontera. En ese momento, J.I. tenía 17 años de edad.
Otros agentes involucrados en el arresto de J.I. y su hermana mayor, Clarita, también fueron incluidos en la demanda federal, que exige el pago de daños y perjuicios a la muchacha por asalto, falsa detención, negligencia y provocación intencional de angustia.
En marzo del 2017, abogados de la Unión de Libertades Civiles (ACLU) del Norte de California presentaron sendas quejas administrativas ante el gobierno federal en nombre de las dos hermanas, un paso requerido antes de llevar a cabo una demanda legal.
Las quejas fueron rechazadas por el gobierno federal, y CBP declinó acusar a los agentes involucrados, dijeron portavoces de la organización. ACLU del norte de California y el bufete Coblentz, Patch, Duffy & Bass unieron fuerzas para presentar la querella.
“Estamos decididos a responsabilizar a CBP por el abuso sexual que llevó a cabo su agente. CBP se ha negado a enjuiciar penalmente al agente involucrado. Este abuso de poder es desmesurado “, dijo Angélica Salceda, abogada de la Fundación ACLU del Norte de California
La hermana mayor no está incluida en la demanda porque aunque también sufrió el mismo tipo de abuso, decidió mantener “la mayor privacidad posible”, dijo una portavoz de ACLU.
Las dos muchachas habían cruzado la frontera Texas, Chihuahua, provenientes de Guatemala, y ya estaban dentro de Estados Unidos cuando pararon una patrulla pidiendo ayuda. Resultó ser una patrulla de CBP y dos agentes se detuvieron, las interrogaron brevemente y las llevaron a la oficina en Presidio, donde las pusieron en una celda.
El presunto abusador fue otro agente que estaba en la oficina y que llevó a las muchachas una a una a una especie de cuarto sin ventanas que contenía comida “un pantry”, donde les pidió que se quitaran toda la ropa y, según los testimonios, las tocó en sus senos y partes íntimas, supuestamente haciéndoles una revisión de “seguridad”
Cuando otros dos agentes regresaron a la oficina, Clarita aprovechó que estaban tomando la huellas a su hermanita para reportar el incidente.
“El agente al que se lo dijo se asombró, dijo ¿qué?”, contó la joven. “El otro, el que nos hizo eso, decía que llorábamos porque nos dijo que nos iba a separar”.
De ahí en adelante se inició una investigación interna ya que otros agentes tomaron nota de lo que dijeron las hermanas y llamaron a dos investigadores, que hicieron lo propio. No obstante y a pesar de la posterior queja formal, no hubo un resultado aparente ni acciones disciplinarias contra agente alguno.
“Nos inspira el coraje de nuestra cliente en presentar esta demanda. Esperamos ayudarla a lograr algo de justicia que se merece en base a esta conducta escandalosa ” dijo Jeffrey Knowles, socio de Coblentz, Patch, Duffy & Bass LLP
Las jovencitas están viviendo con su mamá en Fresno, y según indicaron las abogadas y la propia Clarita, siguen sufriendo las secuelas del abuso sexual. Ambas tienen abogados de inmigración y están solicitando una visa U que les permitiría quedarse legalmente como víctimas de un delito.