Las automotrices rechazan los aranceles de Trump

Se podrían perder unos 715,000 empleos en el sector de EEUU

En su cruzada para reorganizar el comercio internacional el Gobierno de Donald Trump está encontrando una fuerte resistencia entre muchos negocios e industrias a sus ideas y amenazas. La de imponer aranceles del 20% o 25% a las importaciones de carros y componentes tiene un frente cerrado en contra por parte de la industria que quedó bien claro en la comparecencia de ejecutivos del sector en una audiencia celebrada el jueves ante el Departamento de Comercio.

Marcas como BMW (el mayor exportador de carros desde EEUU) General Motors y Volkswagen se repensarán inversiones o recortarán sus operaciones y empleo para evitar el golpe que recibirán con el aumento de unos precios que se sumarían a los que ya tienen por los recientes aranceles al aluminio y el acero.

Es difícil entender a quién beneficiarían estos aranceles porque según el Center for Automotive Research (CAR) los consumidores verán cómo el precio de los nuevos carros puede subir entre $455 a $6,875 dependiendo de las tarifas, dónde se ensamble el carro y si hay o no excepciones para los socios del TCLAN (México y Canadá). Hasta los carros de segunda mano subirán de precios.

Los fabricantes en territorio nacional no tendrán una mejor posición con respecto a marcas extranjeras porque algunas ya producen en el país y todos los carros que se ensamblan en las automotrices de EE UU dependen de las importaciones de componentes.

CAR estima que la demanda de carros caerá un mínimo de medio millón de unidades y un máximo de dos. Además se podrían perder unos 715,000 empleos y la constribución positiva de miles de millones de dólares al PIB.

Jennifer Thomas, vicepresidenta de la Alliance of Automobile Manufacturers, que representa a 12 fabricantes que venden casi el 70% de los carros del país, explicó que las tarifas son un “impuesto masivo sobre los consumidores” que puede ser de unos $83,000 millones y tendrá ramificaciones en el empleo no solo de los fabricantes sino también de la inversión en tecnología.

Las automotrices contradicen a Trump y explican que “no hay evidencias” de que las importaciones supongan un riesgo a la seguridad nacional. El presidente está especialmente enfocado a penalizar a la UE que tiene aranceles del 10% a la importaciones de carros mientras que EE UU solo carga un 2.5%. Eso a los sedanes, las camionetas tienen un arancel del 25%.

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