A Patsi Arias le decían que las niñas pobres no podían llegar a la televisión
Es la imagen para los hispanos que amanecen con Spectrum Noticias NY1
“Debería tener los ojos cerrados ya a las 8 de la noche”, cuenta Patsi Arias (República Dominicana, 1977) al describir su horario muy peculiar: está activa desde las 3:30 a.m.
No se queja, pues así puede cumplir con su familia en su hogar en Nueva Jersey y el canal Spectrum Noticias NY1 en Manhattan, donde desde hace seis meses está al aire de 7 a 9 a.m. y luego de nuevo al mediodía.
Lo más difícil, sin duda, es desconectarse del teléfono para poder dormir a tiempo, sin perder el hilo con las noticias, que son justamente el centro de su labor. “No me puedo agobiar, hay que hacer tareas, jugar con los niños. Es complejo, no queremos que nuestros hijos estén siempre con el teléfono. Hay que explicarles que nosotros lo hacemos porque es parte del trabajo”.
Renunciar a la vida nocturna de fiestas y eventos, un gran sacrificio para muchos neoyorquinos, no lo es para ella. “Ya estoy en otra etapa de mi vida, ya no salgo de noche. Antes sólo veía a mis hijos temprano en la mañana. Ahora puedo buscarlos en la escuela” y eso la compensa. “Levantarse temprano cuesta, es normal, no lo voy a negar. Pero una vez que estás en movimiento, se pasa”.
Su equipo llega al canal a las 4 a.m. y ella una hora más tarde. “Le meto mano a la producción, no me gusta que me hagan todo y yo sólo sentarme a leer”, afirma.
Estar “en planta”, en el estudio, como ancla o anfitriona en un canal de noticias “es un matrimonio con la labor reporteril. Ambos roles se complementan, es prácticamente un trabajo social lo que hacemos. Somos la voz del pueblo, estamos allí cuando más nos necesitan. Respeto mucho a los reporteros, porque tienen que lidiar con muchos factores. Lo bueno es que la calle te da un respiro, es como un aire de vitaminas, y un aprendizaje. Y aquí en el canal, también la dinámica es muy chévere, por la inmediatez. Todo fluye cuando estás al aire, la mañana se va muy rápido. Eso me encanta”.
Su carrera en los micrófonos comenzó en su país, en Cadena de Noticias (CDN), en 2001. Desde que llegó a EEUU para trabajar en Telemundo (2004) ha vivido en Nueva Jersey. “Pero estoy en todas partes: tengo familia en El Bronx y trabajo en Manhattan. A mí no me gusta la rutina”.
Arias sumó 4 Emmys en Telemundo y lleva 6 años en NY1. Ha sido más presentadora que reportera, pero también sale a la calle. No con mucha frecuencia, sino “por algún reportaje específico que me asignan o que yo proponga. Me gustan sobre todo los temas de salud y belleza”.
No son tópicos extraños para quien fue modelo y 2da finalista en el Miss República Dominicana 1999, donde representó a su región, Baní. Pero sus intereses no se quedan allí.
“Mi relación con el periodismo comenzó desde muy jovencita. Mi padre estaba muy pendiente de la política, siempre con un periódico en la mano. Y yo veía a las presentadoras en televisión y me gustaba ese trabajo, aunque me decía a mí misma que podía hacerlo distinto”.
Pero la realidad económica y la idiosincrasia caribeña estuvieron a punto de naufragar ese sueño: “El dominicano pobre sabe y dice que sin relaciones no se llega a la televisión. Para una niña pobre es muy difícil, entonces como tenía que asegurarme un futuro estudié Mercadeo. También un vecino me convenció para ser modelo, porque era alta y flaca. Decía que parecía una gacela. Y eso lo vi como una oportunidad para llegar a las cámaras”.
-¿Ha cambiado República Dominicana desde entonces? ¿Cómo ve su país a la distancia, siendo año electoral?
-Es una situación crítica, para mí es una bomba de tiempo. Se tapan y se destapan las cosas. Hay un movimiento social que quiere como explotar. Me preocupa que no hay líderes jóvenes que se postulen a la presidencia. No me cabe en la cabeza que sigamos viendo a los mismos de hace veinte años. También el `amiguismo′ debe terminar… todo depende de los contactos que se tengan. Además, los apagones mantienen a mucha gente enajenada. Dicen que hay acceso a la educación, pero es sólo para un grupo.
-¿Y los hispanos en EEUU? Aquí también es año de elecciones…
-Tenemos limitaciones porque somos minoría. Pero creo que la familia es lo más importante, con comunicación y valores. Algunos se crían en el limbo, no saben ni qué idioma hablar. Creo que hay que trabajar la autoestima desde temprano. Hay que hablar, no aguantar callado. Se lo digo a mis hijos.
Como prueba, cita el caso de su última entrevistada, Lourdes Ventura, nueva jueza suprema en Nueva York, hija de dominicanos. “Ella y todos sus hermanos salieron adelante, su mamá les dio un gran ejemplo”.
-¿Le gustaría entrar a la política?
-No, la política es sucia, es un chisme constante. Ser político es como comer pescado: hay que saber hacerlo o te puedes clavar una espina. Y yo siempre creo que las cosas hay que hacerlas bien.
A Patsi –su nombre oficial, que no es apodo ni diminutivo- también le gusta fabular, crear cuentos para sus dos hijos, que se van a la cama tan temprano como sus padres. “Algunas historias las hablo, otras las he escrito. Quizá un día de estos sorprendo”, dice sonriente, sobre la posibilidad de publicarlas.