La dieta recomendada para personas con padecimientos cardíacos
Los accidentes cardiovasculares son una de las primeras causas de muerte en el mundo. Realizar ajustes en el estilo de vida y hábitos alimenticios es clave para evitar complicaciones
La alimentación es uno de los aspectos más importantes para gozar de buena salud, asegurar un correcto consumo de nutrientes es clave para tener energía y prevenir enfermedades. Cuando se padece alguna condición o enfermedad en particular seguir una dieta adecuada se vuelve un aspecto fundamental.
Entre los padecimientos de salud que más preocupan a especialistas en medicina a nivel mundial, se encuentra todo lo referente al sistema cardiovascular. La insuficiencia cardíaca es una de las condiciones más recurrentes en la población y se trata de una afección en la cual el corazón ya no puede bombear sangre rica en oxígeno al resto del cuerpo de forma eficiente.
Normalmente se presenta de forma crónica y se relaciona con aspectos de salud como la enfermedad de arteria coronaria, presión arterial alta fuera de control y algunos problemas del corazón, como pueden ser la cardiopatía congénita, ataque cardíaco, válvulas cardíacas estrechas, arritmias e infecciones. También existen otras condiciones de salud que pueden contribuir o causar la insuficiencia cardíaca, entre las que se destacan: amiloidosis, enfisema, hipertiroidismo, sarcoidosis, anemia grave, demasiado hierro en el cuerpo e hipotiroidismo.
La buena noticia es que existe una dieta recomendada para los pacientes que sufren de insuficiencia cardíaca. Establecer hábitos alimenticios saludables y evitar el consumo de ciertos alimentos ayuda a prevenir la progresión de la enfermedad y sus posibles complicaciones.
Teniendo en cuenta que los accidentes cardiovasculares y enfermedades derivadas representan una de las primeras causas de muerte en el mundo, sobre todo en los países desarrollados. Resulta fácil entender porqué se ha vuelto uno de los temas más relevantes de salud, es por ello que diversas organizaciones de salud a nivel mundial y especialistas en medicina han recalcado la importancia de realizar cambios en el estilo de vida para reducir los riesgos.
Si bien comer determinados alimentos puede aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca, existen buenos aliados para potenciar el funcionamiento cardíaco y prevenir condiciones degenerativas. A continuación te presentamos algunos consejos y recomendaciones avaladas por Clínica Mayo para seguir una dieta saludable para una buena salud cardiovascular.
Normas de una dieta saludable para el corazón:
1. Restricción calórica
Teniendo en cuenta que uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares es el sobrepeso, se vuelve un aspecto clave reducir el aporte calórico con respecto al gasto. De hecho se cuenta con referencias como es el caso se la investigación publicada en la revista Future Cardiolgy, en la cual se señalan los beneficios de seguir una dieta con restricción calórica para disminuir la incidencia de accidentes cardiovasculares. Dentro de este contenido se recomienda como una posible alternativa a evaluar los protocolos de ayuno intermitente como un buen soporte.
2. La importancia en el control de las porciones
Así de sencillo cuánto comes es igual de importante que la calidad de lo que comes. Cuando no vigilamos las porciones y sobre cargamos el plato, comemos muy de prisa y sin pausa, es muy probable que estemos consumiendo muchas más calorías. Una buena recomendación es utilizar un plato o un tazón pequeño que nos ayude a controlar las porciones. Otro buen tip es para los días con mucho apetito procura dejar las grandes porciones para los alimentos bajos en calorías y ricos en nutrientes como es el caso de las frutas y vegetales, limita a las porciones más pequeñas aquellos alimentos que tengan un alto contenido en calorías y sodio. Es una buena estrategia para cuidar el corazón y disminuir medidas de cintura.
3. Limitar el consumo de sal
El excesivo consumo de sodio se relaciona directamente con la hipertensión y también es un hábito que agrava esta condición. Esto se debe a que la sal es capaz de generar una reducción en la elasticidad de los vasos sanguíneos y esto se deriva en un aumento en la presión arterial. Para todos los pacientes con insuficiencia cardíaca es de vital importancia vigilar el consumo de sal común y sodio, que normalmente se encuentran en altas cantidades en los alimentos procesados y comidas rápidas. A la vez resulta conveniente aumentar el aporte de potasio en la dieta, ya que es un buen aliado para contrarrestar los efectos hipotensores del sodio.
4. Come más frutas y verduras
Ya lo sabemos en toda alimentación saludable y equilibrada debe de predominar un buen consumo de frutas y verduras, son la mejor fuente de vitaminas y minerales. También resultan un buen aliado gracias a su bajo aporte calórico y alto contenido en fibra alimentaria. Los alimentos de origen vegetal poseen sustancias y compuestos esenciales que ayudan a prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares.
5. Evita el consumo de grasas trans
Uno de los principales enemigos de las personas con afecciones cardíacas es un alto consumo en grasas del tipo trans, estos lípidos se relacionan con inflamación y un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas, como es el caso de patologías metabólicas y cardiovasculares. Es importante evitar el consumo de alimentos procesados, comidas rápidas, fritas y capeadas. Estos alimentos también se relacionan con un aumento en los niveles de colesterol, lo que puede derivarse en una acumulación de plaquetas en las arterias denominada aterosclerosis.
6. Elige cereales integrales
Un buen consumo de fibra como el que aportan los cereales integrales es indispensable para la regulación de la presión arterial y la salud del corazón. Evitar el consumo de cereales refinados y suplirlos por cereales integrales es clave en una dieta saludable para el corazón. Opta por el consumo de alimentos como la avena, quinoa, arroz, pasta y pan integral, cebada y evita todo aquello derivado de harinas blancas refinadas como es el caso de pan blanco, donas, galletas, pastel, tartas, fideos con huevo y magdalenas.