Crecen las cooperativas de vivienda en comunidades latinas de Chicago
En barrios como Pilsen, Logan Square y La Villita cobran importancia proyectos cooperativos de vivienda en los que organizaciones y familias se unen para adquirir edificios, mitigar el desplazamiento, crear oportunidades accesibles para ser propietario y mantener la cultura y la identidad de los vecindarios
El vecindario de Pilsen, conocido por sus raíces culturales profundamente arraigadas y su identidad hispana única, sigue experimentando cambios significativos. Lo que una vez fue refugio para artistas, familias trabajadoras y migrantes, ahora enfrenta la realidad preocupante del aumento de los precios de la vivienda además de la creciente amenaza de desplazamiento para muchos de sus residentes de toda la vida. Es aquí donde nace la idea de una cooperativa de vivienda como una solución para que las familias puedan permanecer en Pilsen.
Pilsen Housing Cooperative (PIHCO)
“La cooperativa Pilsen, cariñosamente llamada PIHCO (Pilsen Housing Cooperative) surge debido a la necesidad del desplazamiento de las familias de este vecindario. Familias de bajos recursos, trabajadoras, artistas, gente con negocios, estaban siendo desplazados por condominios, estos ‘developers’ estaban comprando casas y construyendo nuevas propiedades para rentarlas más caras”, explicó Karen León, copresidenta de PIHCO.
Esas situaciones empujaron a sus cofundadores y colaboradores iniciales el muralista Héctor Duarte, la periodista Linda Lutton, el artista Gabriel Villa, la diseñadora Carlyn So, la investigadora Laura Nussbaum-Barberena y la trabajadora cultural Amanda Cortés a proponer soluciones sobre salvar su residencia en Pilsen, para frenar el desalojo y ayudarse como comunidad, ya que las familias estaban siendo desplazadas y ellas son el corazón de la cultura de Pilsen, indicó León.
Aunque la idea de formar la cooperativa arrancó desde 2017, la adquisición del primer edificio de esta cooperativa no se cristalizó hasta el año 2020. Tal edificio se localiza en 1910 S Wolcott en Pilsen y cuenta con seis departamentos que habitan seis familias. Dos años más tarde, en Febrero de 2022, adquieren el segundo edificio ubicado en la calle Morgan, con seis unidades también, y la compra del tercer edificio ubicado en la avenida Oakley, que igualmente alberga a seis familias, fue realizada en noviembre de 2022.
PIHCO es una cooperativa de capital limitado y quienes forman parte de ella acumulan algo de patrimonio individual durante su estancia en la misma, pero no a la tasa del mercado.
Los edificios de PIHCO son propiedad de la cooperativa. Los accionistas de la cooperativa, también denominados miembros, tienen derecho de ocupar un apartamento. Todos los 19 propietarios de PIHCO toman decisiones colectivas sobre las necesidades de su edificio, proyectos y usos del dinero de la reserva entre otros, apuntó León.
La historia de Karen León
En 2019, Karen León estaba a punto de perder su departamento donde rentaba con su familia. Ella recuerda que “me estaban corriendo del lugar donde vivía, con mi esposo y mis hijos, nos dieron 30 días para desalojar”. Para la familia León, compuesta por Karen, su esposo y tres hijos y sus mascotas, resultaba complicado arrancar nuevamente con las solicitudes de alquiler, las cuales oscilan entre $50 y $100 por persona y calificar en ellas es muy difícil, especialmente para familias como las de León con varios integrantes y que no cuentan con ingreso fijo. La urgencia de ella por hallar un lugar donde vivir la llevó a encontrar a PIHCO. La cooperativa fue un salvavidas, aseveró León.
Linda Lutton es una de las fundadoras de la cooperativa PIHCO. León la contactó y así descubrió más sobre el modelo de vivienda. Las ‘infosessions’, así se refirió León a las sesiones informativas que explican a detalle sobre la cooperativa, se impartían en un café de Pilsen que, por cierto, ya desapareció. Ahí se reunían para hablar sobre lo que es vivir en comunidad, sobre el pago del enganche del edificio y el proceso de convertirse en dueño de un hogar a través de la cooperativa.
Para muchas familias, como para la de León, resulta difícil la idea de mudarse del vecindario donde ha transcurrido la mayor parte de su vida. Ella comparte, que sus hijos fueron a la escuela en San Pío, acudían a la alberca del parque Harrison, era difícil llevárselos lejos de donde crecieron, donde tienen sus amistades, donde tienen su trabajo. Durante todo el tiempo viviendo en Pilsen siempre rentaron y la oportunidad de convertirse en dueños de su hogar fue mediante la cooperativa, así que en familia decidieron ser parte de PIHCO. Fue esta la única posibilidad para lograr ser dueños de propiedad y ser parte de una comunidad en la que están apoyados por más familias del edificio donde viven.
El proceso de ser dueños de una unidad en la cooperativa PIHCO le tomó a la familia León aproximadamente ocho meses. Cuando ella acudió a las sesiones informativas y participó activamente como voluntaria, PIHCO ya estaba en el proceso de adquirir su primer edificio.
Algo que hace única a la cooperativa de PIHCO es que mantienen su espíritu local, porque es para las familias que han vivido por muchos años en Pilsen. León es feliz viviendo en su edificio ahora como propietaria. “Por 24 años he vivido en Chicago, no tengo familia de sangre cercana aquí, pero mi cooperativa es mi familia. Estoy orgullosa de las elecciones de mi junta directiva y de que me hayan dado la confianza para elegirme copresidenta”, apuntó.
¿Quiénes pueden ser parte de PIHCO?
El objetivo de PIHCO es alojar a personas con ingresos bajos y moderados, familias desplazadas y artistas, porque se trata de personas para las que es difícil permanecer en la comunidad dado el aumento de los alquileres debido a la gentrificación.
De esta manera intentan salvar la identidad y la cultura de Pilsen y parte de ella son precisamente los artistas de esta comunidad. Así, PIHCO resiste y lucha contra los inversionistas que llegan con cambios urbanísticos y desplazando la cultura del barrio.
Una de las condiciones básicas para ser parte de PIHCO es vivir en Pilsen o tener fuertes lazos con la comunidad a través del trabajo, la escuela, grupos de fe o activismo comunitario, que las raíces de la persona estén en ese barrio, agregó León: “hay un residente que vivía aquí, pero sus padres se fueron y ahora está de regreso porque le gusta Pilsen, PIHCO ve a las personas, a las familias”.
Asimismo, como requisito consideran que la persona sea capaz de hacer pagos mensuales, y que el tamaño de la familia se ajuste al apartamento disponible. Quieren personas que puedan colaborar bien juntas. Y el talento de las personas, pensando en que podrán ofrecer a la cooperativa, su tiempo y disponibilidad para ser voluntarios. Eso cuenta mucho, porque de esa manera los participantes aprenden a ser conscientes con sus vecinos, es la inversión que ofrecen en su comunidad.
La cooperativa PIHCO, como dice León, es una paleta de colores, tiene residentes que son músicos mariachis, danzantes de ceremonias, mecánicos, artistas, artesanas, profesores de universidad y de high school, activistas y hasta una reportera. Entre ellos se practican diferentes religiones, hay diferencia de posiciones políticas y todos son una inversión para la comunidad de Pilsen. Su diversidad los hace fuertes. Y es que, aseveró León, “se invierte en las familias no en dinero”.
Un aspecto vital es que las personas comulguen con la misión de la cooperativa, es decir que estén de acuerdo en trabajar en comunidad, vivir con más familias, demostrar ganas de seguir luchando para que más familias tengan oportunidad de acceder a vivienda asequible. El objetivo de la cooperativa es que más familias permanezcan en Pilsen y el slogan de PIHCO es, precisamente, “Quédate en Pilsen”.
Otra de las metas de PIHCO que se divulga en cada sesión informativa es lograr tener varios edificios para que la gente se quede en Pilsen, esa es la visión. León recordó que cuando solo tenían un edificio solía compartir con la gente: “vamos a tener muchos edificios, ayudar a personas de bajos ingresos que puedan pagar”. Y es que, ella recalcó, aun en situaciones difíciles hay que responder y ser puntuales con los pagos. La familia de León, por ejemplo, compró durante la pandemia y tuvieron que enfrentar la emergencia de salud y la falta de empleo ya que su marido es mariachi y no tenía muchas tocadas musicales. Pero aun así nunca dejaron de estar al corriente en sus pagos. Y es que, según palabras de León, “cuando ya tienes un hogar seguro haces cualquier cosa para pagarlo, te da estabilidad social y de familia para seguir trabajando”.
La cooperativa PIHCO ha funcionado exitosamente y hasta el momento cuenta con tres edificios en Pilsen y está a la espera de que su proyecto sea aprobado por el municipio de Chicago para edificar otra propiedad en la Calle 18 y Peoria. De ser aceptado, consideran, ese proyecto dará vivienda a entre 35 y 60 familias. Será posible gracias a subvenciones que recibieron del Municipio de Chicago y también con el apoyo del congresista Jesús ‘Chuy’ García. La propuesta es que el nuevo edificio sea el lugar donde familias crezcan, artistas compartan sus talentos en sus propios estudios de arte y donde la comunidad tenga acceso a bajo costo a esas disciplinas. Desean que en este edificio los niños jueguen y disfruten sus espacios.
¿Cómo es el proceso para ser parte de la cooperativa?
Quienes deseen ser parte de la cooperativa deben acudir a las sesiones informativas donde se explica lo que es vivir en comunidad, qué es una hipoteca, el pago inicial y cómo funciona el modelo de vivienda en cooperativa, entre mucha otra información. Después se les invita a visitar alguno de los edificios que cuentan con departamentos disponibles y si les interesa alguna unidad llenan un cuestionario mediante el cual PIHCO conocerá sobre sus necesidades de familia, cuántas personas integran su familia, si tienen mascotas, si sufren de alguna condición médica y se les pregunta cuánto pueden pagar mensualmente en una hipoteca y su disponibilidad para moverse a su nuevo hogar.
León dijo que “no ven el signo de pesos, es más comunidad, más humano”.
Para la cooperativa, el número de la Seguridad Social, el crédito o los antecedentes no tienen la misma importancia que en un banco tradicional. PIHCO utiliza herramientas como los vínculos sociales en la comunidad de Pilsen -y la historia de cada familia- para evaluar a los solicitantes.
Verónica Alba, residente del edificio en Oakley, lleva seis meses viviendo como dueña de su unidad. Desde hace 29 años Alba y su familia viven en el vecindario de Pilsen y solo mediante la cooperativa PIHCO pudo lograr ser propietaria. Ella indicó que “siendo familia trabajadora, de bajos recursos, no cuentas con los documentos para adquirir una propiedad, no había manera, los bancos dan préstamos a altos intereses, eso hace imposible ser dueña de propiedad”.
Los individuos de PIHCO obtienen su préstamo a través de la cooperativa, y la hipoteca está a nombre de PIHCO. La cooperativa cuenta con la ayuda jurídica gratuita de la Clínica Mandel de Asistencia Legal de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chicago, que cuenta con un equipo que presta asistencia gratuita en asuntos jurídicos y en el cierre de la compra de los edificios y la venta de acciones.
La historia de Alba es muy similar a la de León y otras tantas familias que constantemente se ven impactadas por los aumentos de la renta. Ella no quería marcharse de Pilsen porque toda su vida se ha desarrollado en ese vecindario al que está muy arraigada. No obstante, el edificio donde ella vivía estaba por ser remodelado y elevarían la renta, su búsqueda de vivienda la condujo a León, quien le presentó a PIHCO. Así fue como comenzó a asistir a las sesiones informativas y ocasionalmente hizo trabajo voluntario para la cooperativa.
En ese entonces había unidades disponibles en el edificio ubicado en la calle Morgan, pero no se acomodaban a sus necesidades, así que decidió esperar. Cuando se obtuvo el tercer edificio, le tocó ser entrevistada para ver si era elegida parte de la cooperativa. Alba confesó que iba muy nerviosa a su entrevista, de hecho la familia completa acudió para ser entrevistada. A través de este proceso, la cooperativa conoce mejor a los solicitantes y decide qué familias encajan mejor en sus edificios.
Otra de las nuevas propietarias de un apartamento en el edificio de la avenida Oakley es Eugenia Silverio, que había vivido 28 años a unas cuatro cuadras de la propiedad de PIHCO en Oakley. Su hijo menor asistió a la escuela secundaria en Pilsen y Silverio estaba activa en muchos grupos de Pilsen, incluyendo Mujeres Latinas en Acción y Casa Michoacán. Su objetivo como madre era ofrecer a sus tres hijos una educación y, por lo tanto, pensar en comprar una propiedad era difícil. Ella indicó que “no le eché muchas ganas a buscar un préstamo de banco por los requisitos, el interés, yo sola me autodescalificaba”.
Silverio es sobreviviente de cáncer y durante su tratamiento lidiando con la enfermedad tuvo que enfrentar otra angustia: buscar un lugar donde vivir, ya que donde estaban rentando en un lapso de un año su tarifa se incrementó en $300. Aun en su estado convaleciente, no se conmovieron y la única alternativa fue pagar los exorbitantes precios de vivienda o desalojar. En 2022, ya más recuperada de salud y mientras acudía al grupo de apoyo ELLAS de sobrevivientes de cáncer, conoció a una de las personas que es parte de la cooperativa, quien la invitó a descubrir lo que ofrece PIHCO. Así fue como Silverio participó de todas las sesiones informativas para comprender el concepto y también se convirtió en voluntaria. Como parte de ese compromiso, apoyaba en limpieza o cualquier otra necesidad que se pudiera presentar.
A este punto ella todavía no sabía si lograría ser dueña de un departamento, pero siguió demostrando interés en ser parte de una comunidad de apoyo como la cooperativa. De hecho, el proceso de elección puede ser muy reñido ya que hay más personas esperando ser parte de la cooperativa. Silverio contó que entonces, aguardando ser aceptada como parte de la cooperativa, pensó: “independientemente de si me toca o no me toca, me siento agradecida porque llevo mucho aprendizaje, puedo esperar, me enamoré del concepto, jamás en mi vida pensé que alguien se preocupara por los más vulnerables como nosotros”.
En junio de 2023, Silverio recibió la buena noticia de que fue elegida y podría comprar uno de los departamentos del edificio de la avenida Oakley. El valor de su propiedad, que cuenta con dos recamaras, dos baños y hasta tiene jacuzzi, fue de menos de $140,000 y ofreció $10,000 de abono inicial. Sus mensualidades son de $1,350 y ese pago cubre impuestos, seguro, agua, internet y lavandería. Silverio compartió que en su edificio son familia: “primero Dios aquí nos vamos a hacer viejitos”. Le agrada saber que entre ellos pueden expresar lo que quieren o planean para su edificio, desde un jardín, sembrar vegetales, espacios recreativos. Ella soñaba con una fogata y ya la tienen.
Varias familias buscan ser parte de PIHCO
León, quien es copresidenta de la cooperativa PIHCO, comentó que para un edificio de seis unidades más o menos entrevistaron a 16 familias. El proceso para conseguir vivienda en alguna de las propiedades de PIHCO puede llevar tiempo.
¿Y cuál es la diferencia entre ser dueños de casa o formar parte de la cooperativa PIHCO? “Es mucha, si algo hace falta en el edificio se compra de las reservas colectivas del edificio, no con dinero de subvenciones. Si quieres remodelar tu departamento tú puedes hacer lo que quieras, mientras sigas los lineamientos de la cooperativa, pero la inversión que tú hagas no le va a dar más valor a tu departamento. Si vendes solo vas a recibir lo que diste de pago inicial y lo que ha ganado”, explicó León.
“PIHCO es una cooperativa de equidad limitada, lo que cuesta el departamento no va a aumentar al valor del mercado, se va a vender exactamente como lo compraste”, añadió León.
“Comprar en la cooperativa no es para hacer dinero, esto es un hogar, es su vivienda donde van a estar seguros, te da estabilidad, creas familias felices y comunidades seguras”, dijo León.
Sobre las responsabilidades de ser parte de PIHCO, cada edificio tiene su propio representante en la junta directiva de PIHCO y todos los integrantes del respectivo edificio tienen un voto y toman decisiones que les competen como limpieza de nieve, asegurarse de que alarmas de humo y extinguidores están al día, a qué reparaciones dar prioridad. Todas esas obligaciones se comparten entre los dueños del edificio, todo se da de manera orgánica, se requiere estructura y en sus reuniones se establecen esos compromisos.
Cada uno de los tres edificios es diferente y tiene distintos presupuestos. Un contador les asiste con los libros y el presupuesto. Otro detalle relevante es que las cooperativas tienen una factura de impuestos única sin importar cuántas unidades tenga, y todos los propietarios añaden sus excepciones a una sola factura de impuestos. Ese es otro de los beneficios de vivir en una cooperativa.
Es importante que las personas estén enteradas de que para ser dueños de departamento en alguno de los edificios de PIHCO es primordial tener la posibilidad de cubrir el enganche y hacer pagos mensuales. Todo ello es vital porque cada pago afecta a cada dueño que es parte de la cooperativa.
La próxima sesión informativa de PHICO es el 15 de julio. Ellos comprenden que habrá gran demanda a causa de la gentrificación y los altos alquileres. Y adelantan que este proyecto será para personas que han vivido por años en Pilsen y que están conectadas al vecindario. Consideran que los pagos mensuales oscilarán en menos de $1,800 pero todo dependerá de la inflación, intereses y otras variantes. Hasta ahora son solo estimaciones con nada determinado aún.
Entre sus proyectos está pronto recibir una subvención y ese dinero planean invertirlo en los residentes de la cooperativa, con talleres, eventos con sus propios artistas, para crecer como cooperativa y que sus residentes también compartan sus talentos.
Los retos de la cooperativa PIHCO
El reto es decirles que no a los inversionistas, acercarse a personas que poseen propiedad y sugerirles que cuando decidan vender PIHCO pueda tener la opción de compra. No obstante, ese tipo de situaciones han sido orgánicas, personas que saben de la existencia de la cooperativa sugieren a quienes están por vender sus propiedades que las ofrezcan a PIHCO. Pero la cooperativa aclara que no ofrece más de lo que puede pagar.
Un reto más es conseguir recursos y el apoyo de las personas que quieran continuar con la misión. En ese aspecto están limitados a que sean familias de Pilsen quienes pueden ser parte de la cooperativa.
Las sombras de la gentrificación se extienden sobre Pilsen y es que, en palabras de León, “en Pilsen recientemente se están teniendo vistas de cuadrados, edificios grises, oscuros, no hay luz, no se ven como casa o como un hogar, se está perdiendo el ver casas alrededor… La identidad de Pilsen es lo que lo hace único, Pilsen son sus restaurantes, la cultura, la gente y si la gente se va ya no va a haber cultura. ¿Qué les va a quedar?”.
PIHCO trabaja para que los vecinos de Pilsen puedan quedarse allí.
La cooperativa de Logan Square
Según datos de la Iniciativa de Creación de Riqueza Comunitaria de Chicago (Chicago Community Wealth Building Initiative), actualmente existen en Chicago 56 cooperativas de capital limitado con cerca de 7,000 unidades asequibles de vivienda localizadas en 26 áreas comunitarias.
El vecindario de Logan Square tiene una cooperativa que data de 2002. Según cuenta Mark Smithivas, quien es uno de los cofundadores de la Cooperativa Logan Square, el propósito de la creación de la cooperativa se enfocaba en ser dueños de propiedad a un precio accesible y ser parte de una comunidad. Smithivas añadió que “los beneficios de vivir en cooperativa es que sus integrantes cuidan entre sí, desde alguien que se encargue del correo, que cuide el jardín o hasta comer juntos”. Smithivas resaltó que “la cooperativa no es sobre hacer dinero, es sobre los beneficios de vivir juntos”.
Los integrantes de la Cooperativa Logan Square aportaron dinero para el pago inicial, consiguieron un préstamo para pagar el edificio y lo convirtieron en cooperativa. Smithivas calculó que el precio actual de su edificio se ha duplicado y quizás oscila en más de $1 millón. No obstante, la cooperativa limita el monto de ganancia que cada miembro puede generar viviendo ahí.
Los dueños originales de la Cooperativa Logan Square se unieron porque eran un grupo que compartía los mismos valores y ninguno es familia de sangre. Desafortunadamente, algunos de los fundadores fallecieron, otros se mudaron y hasta el momento de los ocho pioneros originales solo cuatro siguen siendo miembros de la Cooperativa de Logan Square. Aunque los socios de la cooperativa se marchen, y otros se unan a ella, lo importante es que la cooperativa permanece igual como siempre.
A diferencia de PIHCO, indicó Smithivas, la Cooperativa de Logan Square no se creó con la misma misión cultural y tampoco es tan diversa como desearían, si bien sus miembros son blancos caucásicos y de ascendencia asiática como Smithivas. Sin embargo, a través de talleres y entrenamientos asesoran a nuevas comunidades, especialmente minorías de color, que buscan crear su propia cooperativa. Desean continuar ayudando a otros a hacer lo que ellos llevaron a cabo hace 20 años: fundar su propia cooperativa. Por cierto, Logan Square asistió a PIHCO con la creación de los estatutos de sus edificios y todavía siguen ofreciéndoles guía despejando dudas o preguntas.
Algo que es básico para quienes deseen unirse a la Cooperativa Logan Square es que encajen con los valores de esta: justicia social, todos los que viven ahí tienen trabajos en organizaciones sin fin de lucro, quieren los miembros de su comunidad sean similares, que se apasionen por ayudar a los demás, agregó Smithivas. Y es pertinente destacar que por el momento esta cooperativa no tiene vacantes.
Durante más de dos décadas de existencia de la Cooperativa Logan Square, el reto sigue siendo mantener a sus miembros juntos, sostenerse como familia. Otra desventaja es el tamaño de las unidades que en ocasiones no se ajusta a las necesidades de los futuros miembros.
Así como hay beneficios de vivir en cooperativa también hay discrepancias: algunas personas se pueden frustrar al ser parte de una cooperativa porque todo se debe consultar y algunos miembros pueden ser exigentes, pero con una buena comunicación y facilitación de grupo se logran acuerdos. “Necesitas encontrar un grupo de gente con los que puedas trabajar bien”, aseveró Smithivas.
Además de la ventaja de vivir en comunidad, ser parte de una cooperativa les permite a sus miembros, en tanto dueños, ser gravados fiscalmente de manera diferente. En los edificios regulares esto está basado en el valor del inmueble y en el caso de la cooperativa son una entidad de capital limitado. “Las cooperativas tienen su propia tasa de impuesto, claro, debes tener un buen abogado de impuestos”, afirmó Smithivas.
La cooperativa de Logan Square conserva varias memorias. A lo largo de más de 20 años, Smithivas contó que las historias que puede rescatar de vivir en cooperativa son que sus hijos nacieron y crecieron en esa comunidad, convivieron con los niños de otros miembros, han vivido momentos agridulces como el fallecimiento de una de sus fundadoras, todos son familia.
¿Está tomando fuerza la opción de vivir en cooperativa?
Las cooperativas de vivienda se han vuelto populares porque son una forma en que las personas pueden poseer su propiedad y acceder a vivienda asequible y hoy en día la gente está más abierta a la idea de vivir en cooperativa, especialmente con el problema de la gentrificación.
La ciudad de Chicago está otorgando fondos a grupos y organizaciones como Proyecto Resurrección para entrenar y asesorar sobre vivienda cooperativa. Las nuevas cooperativas son más pequeñas y usualmente motivadas por la comunidad, tal como PIHCO que lucha para encontrar una manera de que las familias permanezcan en Pilsen.
La Villita se une al movimiento de cooperativas de vivienda en Chicago
La Villita Housing Coop surgió en enero de 2023 y también es una cooperativa de vivienda de capital limitado. Y aunque aún no tienen edificio, oficialmente ya son una cooperativa conformada por 12 personas y están en la búsqueda de una propiedad para poder arrancar su proyecto de vivienda compartida.
Para muchos residentes de vecindarios a lo largo de Chicago, la frustración e impotencia son sentimientos comunes al ver cómo inversionistas adinerados llegan y se apoderan de edificios, elevando rentas a niveles inasequibles, obligando a familias que han radicado por años en esos barrios a abandonarlos. Estos inversionistas con su poder económico perturban las comunidades transformando la identidad urbana y cultural de estas áreas.
“No es justo lo que está sucediendo con La Villita, la gente rica viene y se apropia de nuestros edificios y suben los precios y de alguna manera nos tenemos que ir de nuestro vecindario. Me molesta mucho, me indigna, me da coraje”, indicó María de la Luz Rodríguez, quien ha vivido en La Villita desde hace 17 años y es integrante activa de la cooperativa.
Ya anteriormente algunas personas se planteaban opciones para ayudar a las familias de La Villita a mantener sus hogares y que no fueran controlados por personas ajenas a esa comunidad. Al paso del tiempo conocieron la cooperativa PIHCO y pensaron que ese proyecto de vivienda podría funcionar también en La Villita.
Ireri Unzueta, otra de las integrantes de La Villita Housing Coop, dijo: “el amor a La Villita es lo más importante para poder unirse a su cooperativa, que sientan que este es su hogar, que aquí pertenecemos y que hay que luchar y permanecer con nuestros hijos aquí”.
La Villita Housing Coop ha recibido apoyo y guía de la cooperativa PIHCO así como de Chicago Community and Worker’s Rights y de Xóchitl Espinosa, quien es directora ejecutiva y fundadora de Co-op Ed Center. Además, obtuvieron asistencia monetaria por parte de la ciudad de Chicago a través del programa Community Wealth Building.
Hay escasez de edificios y propiedades en buenas condiciones
En La Villita, el precio de propiedades de cuatro departamentos oscila en más de $400,000 y la mayoría no están en buenas condiciones. La Villita Housing Coop lleva más de siete meses en búsqueda de edificio y no ha encontrado vacantes que valgan la pena. No obstante, sus integrantes ya están ahorrando para que, cuando llegue el momento, sean solventes y puedan ofrecer su respectivo pago inicial.
Unzueta ha radicado por 30 años en La Villita y agrega que la gentrificación también se está haciendo presente en ese barrio, aunque de manera más lenta. Pero el problema de acceso a vivienda digna en Chicago resulta más grande de lo que La Villita Housing Coop, como cooperativa, puede resolver. Sin embargo, continúan mejorando su proyecto para invitar a que más personas consideren la vivienda en cooperativa como una opción y no tengan que ser desplazadas. A través de sus presentaciones para explicar en qué consiste la cooperativa escuchan distintas historias de gente que tuvo que mudarse de La Villita por los altos precios de la vivienda, aun cuando añoraban permanecer en esa comunidad.
Y señalan que la cooperativa de La Villita no es para hacerse ricos sino para tener estabilidad emocional y económica, la tranquilidad de saber que no les van a aumentar la renta constantemente, que van a poder ahorrar.
El esfuerzo y participación dedicada de los integrantes de La Villita Housing Coop han logrado grandes avances y la creación de su logotipo es otra de sus satisfacciones. “¿Ya viste nuestro logo?” preguntó Rodríguez. Ella se enorgullece en explicar que “incluye ancianos en silla de ruedas, [personas] del grupo LGBTQ, aceptamos a todos, siempre y cuando haya amor a La Villita”.
Actualmente La Villita Housing Coop sigue trabajando en sus acuerdos, registro, reglamentos y en la búsqueda de edificio. Destaca como un ejemplo real de resiliencia y de la importancia de las cooperativas, además de ser un modelo y fuente de inspiración para la comunidad de La Villita en su misión de mejorar la calidad de vida en ese vecindario.
Las cooperativas de vivienda en barrios como Pilsen, Logan Square y La Villita representan un esfuerzo significativo para mantener la vivienda asequible y el sentido de comunidad en Chicago. A medida que el costo de la vivienda continúa aumentando y la gentrificación sigue transformando vecindarios latinos, estas cooperativas surgen como una esperanza y respuesta necesaria para evitar el desplazamiento de sus residentes. Es un hecho que las cooperativas promueven no solo estabilidad habitacional, sino la preservación de la identidad cultural y cohesión social de estas comunidades. En un entorno como Chicago donde los desafíos económicos y sociales son cada vez más complejos, las cooperativas de vivienda destacan como un modelo viable y esperanzador para construir un futuro más equitativo y solidario.
Contacto con las organizaciones
Pilsen Housing Cooperative (PIHCO)
www.facebook.com/pilsenhousingcoop
Cooperativa Logan Square
www.facebook.com/logansquarecoop
La Villita Housing Coop
www.instagram.com/lavillitahousingcoop
Municipio de Chicago – Iniciativa de Creación de Riqueza Comunitaria
www.chicago.gov/city/en/sites/community-wealth-building
Chicago Community and Worker’s Rights
Co-op Ed Center
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La producción y publicación de este reportaje de La Raza han sido posibles gracias al apoyo del Chicago Community Trust a través de su programa Cross Community Impact.