Editorial: El saldo de la elección en Chicago
La inconclusa elección de alcalde de Chicago del 24 de febrero dejó un saldo doble, en ambos casos de significado singular.
Por un lado, mostró que aunque con poderosos apoyos y una mayoría del voto, el titular Rahm Emanuel no tiene el control unívoco de la política de la ciudad y, por otro, que Jesús ‘Chuy’ García —quien no fue el más votado y quedó en segundo lugar (11.6 puntos detrás de Emanuel)— se alzó como el líder alternativo de la política de Chicago, pues hasta antes de su postulación tenía un papel discreto como comisionado del Condado de Cook.
Nadie puede negarle a Emanuel sus logros y su empuje, y su 45.39% de votos lo refrendan. Pero también es cierto que, considerando los recursos que gastó en su campaña y los fuertes apoyos con los que contó, entre ellos el propio presidente Barack Obama, todo eso no le resultó suficiente y el ‘costo por voto’ que tuvo que pagar, en fondos de campaña y en esfuerzo electoral y propagandístico, fue considerable.
En cambio García fue en ello más eficiente y, en comparación, cada uno de sus votos le resultó sustancialmente más ‘económico’ considerando que no tuvo el mismo rango de gasto y presencia mediática que Emanuel.
García concitó apoyos de amplios sectores sociales y políticos que resultaron agraviados por medidas de Emanuel, como el cierre de escuelas públicas y otros factores, pero también es claro que García necesitará más que eso para desbancar al actual alcalde, quien tiene todavía considerable empuje intelectual, económico y político.
Y ambos tendrán que remar contra la corriente de una baja participación electoral. Elevar ese índice les es clave, pues aún no es claro qué tan elástico será el voto y qué tanto más tiene cada uno para añadir a su cuenta.
Pero es indudable que mientras el primer lugar de Emanuel, insuficiente para evitar la segunda vuelta, se percibió como un freno, así sea temporal, en su carrera, el segundo puesto de García lo proyectó a una estatura de liderazgo que antes no tenía y que ahora lo coloca en una posición de primer nivel a escala general, con resonancias que van más allá de Chicago. Y, además, su tercio del total de votos más los apoyos adicionales que pueda recaudar hacen su candidatura competitiva en la segunda vuelta del 7 de abril, donde podría ganar.
Pero incluso si Emanuel acelera y vence, lo que es posible, García, nacido en México y de espíritu progresista, es ya un nuevo líder de referencia, de los que hay pocos, en el futuro de Illinois.