El grafiti es una preocupación en Pilsen
Hay una noción errónea entre la comunidad artística de que el grafiti es arte; pero si le preguntan a los comerciantes de Pilsen, cuyos negocios son pintarrajeados con pintura “spray”, ellos les dirán que no.
Durante la primavera y el verano ha habido una ola de ataques de grafiti a varios negocios de la arteria comercial de Pilsen, la Calle 18.
Negocios, tiendas, restaurantes y hasta la emblemática Biblioteca Lozano, el refugio de los amantes de la lectura, han sido marcados por los “taggers”, los vándalos que cometen este delito.
La noción de que el grafiti es arte es promovido por algunos artistas, museos y galerías, que piensan que cualquier rayón es arte.
Inclusive el Museo Nacional de Arte Mexicano ha llevado a cabo cuando menos dos exhibiciones sobre el grafiti. Más nunca se ha visto que un gran muralista o artista local de renombre ande pintarrajeando las fachadas de los comercios.
No. Un artista, el que es verdadero y no falso, plasma su arte en lienzos o en espacios permitidos para ese propósito.
Rigoberto González, presidente de los Comerciantes Unidos de Pilsen, declaró que últimamente el grafiti en la Calle 18 es un problema, especialmente entre la Calle Wood y la Blue Island.
La teoría de los comerciantes de esta área es que el grafiti que se ha visto últimamente es procedente de personas de afuera que visitan Pilsen para las numerosas fiestas y festivales.
“Quitar el grafiti implica tiempo y dinero,” dijo González, conocido como Mr. G.
Mr. G dijo que los comerciantes coordinarán esfuerzos para enfrentar este problema con la ciudad y consultarán con el Concejal del área, Danny Solís.
Inclusive unos comercios piensan poner cámaras para vigilar sus negocios.
Esta columna ruega al Concejal Solís no dejar decaer esta comunidad que ha aportado tanta historia y orgullo al resto de la ciudad.
Antonio Zavala es periodista y trabaja como corresponsal de la Agencia EFE en Chicago. Comentarios o sugerencias a ixtlah@gmail.com