Comienza el estira y afloja

Se veía venir. Ahí estaban: Willie Delgado, Iris Martínez, senadores estatales ambos, el rostro compungido, la mirada adusta. Se quejan de los recortes presupuestales propuestos por el gobernador Rauner. Se quejan de la falta de diálogo con la comunidad latina.

Esta película ya la hemos visto antes.

Pero como los legisladores latinos asumen que la comunidad tiene escasa memoria (en lo que no se equivocan), repiten la misma escena en cada nueva Legislatura. El mismo rostro compungido, la misma mirada adusta. Sólo algunos cambios en el pliego petitorio.

Esto ya ocurrió con Quinn, y antes con Blagojevich (no importaba que fueran demócratas, como los legisladores); y antes aún con Ryan y Edgar (republicanos).

Es verdad que Rauner ha propuesto fuertes recortes presupuestales. Es verdad que varios de esos recortes afectan a residentes latinos.

No son latinos los únicos que se quejan. Toda organización comunitaria, todo grupo de interés afectado por los posibles recortes, está en estos días dando su rueda de prensa porque de aquí a fin de mayo se determinará el presupuesto del próximo año fiscal. Un ejemplo: los grupos pro inmigrantes que, si no se mueven, se van a quedar con una mano delante y otra detrás.

Nadie quiere quedarse fuera, nadie quiere dejar desprotegidos a sus beneficiarios.

Pero más allá de la razón política y económica de los legisladores latinos, tengo que ejercer mi derecho al escepticismo. No les creo.

No les creo porque los he visto antes. Cuando abundaba el dinero en Illinois, su bandera era conseguir más puestos de influencia dentro de la administración pública. Como dádiva, no como conquista política ni mucho menos laboral.

Lo que piden ahora, más allá de la justificable existencia de programas sociales de apoyo a la comunidad, es que no se les cierre el grifo del dinero público. Dinero que va a ellos, y que se traduce en influencia para ellos, pero no necesariamente en beneficio para la comunidad.

Está bien que pidan: el sistema funciona en un continuo toma y daca, y el dinero público es poder e influencia tanto como es servicio.

Pero corresponde a la comunidad, y a los medios, ejercer de monitores. Dinero que se les conceda, es dinero que la comunidad y los medios deben exigir a sus representantes electos que expliquen y justifiquen con hechos. Que rindan cuentas.

Siempre he tenido la teoría de que llamados a rendir cuentas, los legisladores latinos tendrían problemas para justificar sus labores.

Ahora que la gubernatura y la legislatura son de signo distinto, es el momento ideal para exigir esa rendición de cuentas, y evaluar los resultados.

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