Vincench: caligrafía del silencio
Detrás de cada abstracción, como un bloque enigmático y mudo, existe un palimpsesto de peligrosos mensajes políticos
El oro de los tiempos crea sinuosos trazos, abstracciones de ese ojo incompleto que se enfoca en la sinédoque minimal insistiendo en que el mensaje de un detalle puede encapsular el ADN de toda una compleja ideología. Abstracción de la letra fragmentada, paisaje de la violencia, arquitectura de la represión, José Ángel Vincench (Cuba, 1973) ha mimetizado como nadie el debate entre imagen y poder en un estado totalitario.
The weight of words (El peso de las palabras), que se exhibe en la Galería Thomas Jaeckel, de Chelsea, es una fascinante puerta a esa mezquita del silencio, alucinante madraza que el artista ha levantado pieza a pieza, en la que toda la simbología del poder queda cosificada, despojada de su agresividad visual y convertida en materia concreta, elegante geometría de oros y blancos.
Para entender como Vincench ha llegado a dominar esa alquimia que le permite transformar el plomo político en pan de oro, hay que viajar dos décadas atrás, a las obras de la serie La huella simbólica, en las que el artista ya desmontaba con sarcasmo y lucidez la retórica política.
Desde entonces advertía un circunstancia a la que me he referido en otros ensayos: “que el cubano no sólo está preso en una cárcel natural, física; es además reo de conciencia de una estructura ideológica, de un mundo de construcciones semánticas. Eso implica que no exista liberación real sin el desenmascaramiento de la esencia reaccionaria de esos discursos ideológicos de sometimiento”.
A ese (des)enmascaramiento ha dedicado el artista una de las obras esenciales del arte cubano contemporáneo. Ese arte textual, por momentos obviamente político, ha pasado a un plano abstracto, en el que la violencia simbólica es embellecida con la meticulosidad de un ‘jattât’ (calígrafo) persa.
La nueva serie de pinturas de acción y abstraccionismo geométrico parte de dos arquitecturas diferentes en busca de mismo mensaje conceptual. En una, la acumulación de las palabras, superpuestas en torre plana, abatidas de toda su tridimensionalidad, insinuará la nueva geometría. La palabra recogida en sí misma, como recurso gráfico de la (auto)cesura, provocará nuevas formas, quedando latente la pulsación de un plano virtual que intenta abrirse camino dentro de otro.
Las imágenes de actos de repudio, en los que las casas de familias disidentes son vandalizadas, sirven de sketches para lo que Vincench ha llamado “pintura de acción”, pero que sería más apropiado considerar intervenciones, puesto que el artista se transforma en testigo o forense, recoge muestras, las adultera, aunque el resultado sea el típico action painting que busca resaltar la condición física, “espontánea”, del “acto creativo”, como parodia de la espontaneidad del acto represivo.
En ellas este ultraje, uno más dentro del arsenal de la violencia, a medio camino entre el bullying civil y la humillación pública, se convierte en materia de abstracción gestual. Vincench vuelve a remedar con una ironía contenida en su inmaculada composición al poder tiránico que altera, embellece, encubre, y en última instancia legitima estas agresiones, transformando, al menos desde la perspectiva política, el atentado en un baño de oro, y la infamia en orografía de la resistencia, paisajes asépticos de una realidad desfigurada.
En ese nuevo contexto creado por el artista, entra además toda una retórica de la represión, en la que se destacan frases usadas como descalificativos o marcas, como gusano (contrarrevolucionario), ganso (homosexual), negro, escoria, que se convertirán por la magia de Midas en lingotes de oro.
Al visitar la obra de Vincench, es prudente recordar una frase del artista que titula una de sus series anteriores: Abstracto parece pero no es. De esa manera, el visitante disfrutará mejor de ese brillante juego entre la denuncia y la (auto)censura, el arte que se desliza sin suicidarse sobre el filo de la navaja política, la abstracción como una bomba de tiempo semántica.
The weight of words se exhibe en 532 Gallery Thomas Jaeckel hasta el 26 de marzo. 532 West 25th Street NY 10001 | Tel. 917.701.3338 | 532gallery.com