¿Colapsa la segunda división de fútbol en Estados Unidos y Canadá?
La NASL, donde juega el New York Cosmos, sufre la deserción de varias franquicias y su futuro es incierto
La North American Soccer League (Segunda División) puede estar viviendo sus últimas horas en el mapa futbolístico de Estados Unidos y Canadá después que perdiera a dos franquicias el martes.
Tampa Bay Rowdies y Ottawa Fury anunciaron que a partir de 2017 competirán en la United Soccer League (USL), liga que es considerada como Tercera División por la Federación de Fútbol de EEUU.
A new journey begins…
— Tampa Bay Rowdies (@TampaBayRowdies) October 25, 2016
The Rowdies are joining the @USL ahead of the 2017 season.#TampaBayIsUnited
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El movimiento abre una gran herida en la NASL, que se promueve como una mejor alternativa a la MLS. Además de la partida de Tampa Bay y Ottawa, la NASL perdió a Minnesota United, franquicia que estará en la MLS en 2017.
Las deserciones dejan a la liga con nueve equipos, aunque para 2017 se sumaría San Francisco Deltas. Sin embargo, la NASL también afronta los problemas administrativos de Rayo OKC y Fort Lauderdale Strikers, clubes que vieron a parte de los inversionistas abandonar el barco durante la temporada 2015. Se desconoce si van a mudarse a otra ciudad o si dejaran de existir.
¿Cuál es el problema?
Las NASL se presenta al público como una liga más similar a las que existen en el resto del mundo. No tiene tope salarial, ni es la dueña de los pases de los jugadores como en la MLS. Sin embargo, ese modelo carga con el estigma de la bancarrota que sufrió en su primera encarnación en los 70 y 80 cuando jugadores como Pelé, Johan Cryuff y Franz Beckenbauer desfilaron por Norteamérica. Esa liga nunca construyó estadios específicos para el fútbol y reinó el despilfarro de dinero. Una vez Pelé se retiró y los inversionistas hicieron cuentas, la NASL tuvo que cerrar sus puertas. Nuevos inversionistas la revivieron en 2011.
En tanto, el modelo de negocio de la MLS es más conservador con el gasto pero ha demostrado su efectividad. Funciona a pasos lentos pero seguros. Su asistencia aumentó en un 40% desde 2006. En el caso de la NASL, el promedio de asistencia se redujo a 4,715 en 2016 después de tener 5,912 en 2016. Ni siquiera tener a la nueva encarnación del New York Cosmos ayuda en ese frente. El equipo con sede en Long Island no llega a los 4,000 aficionados.
La estabilidad de la MLS es más atractiva para grandes inversionistas, patrocinadores y la televisión, aunque los números en este último rango todavía dejan mucho que desear al estar por debajo de las ligas de béisbol, baloncesto, fútbol americano y hockey.
Tras los anuncios de Tampa Bay y Ottawa, el comisionado de la NASL, Bill Peterson, salió al pasa con la promesa que la liga seguirá su camino.
“Nunca hemos tenido un grupo de inversionistas más fuerte y unido que está comprometido con el modelo, estructura y visión a largo plazo de la liga”, dijo en un comunicado. “Tenemos media docena de opciones de expansión y esperamos sumar más dueños que compartan nuestra visión”.
La emergencia de la USL
La competencia de la NASL no se limita a la MLS. La USL en la que aterrizaron Tamba Bay y Ottawa ha crecido como oferta de fútbol en ciudades pequeñas o intermedias, con poca probabilidad de tener un equipo en la MLS en el corto plazo. Esa liga creció su asistencia en un 33% entre 2015 y 2016, con equipos como FC Cincinatti promediando más 15,000 aficionados por partido, algo que ningún equipo de la NASL puede hacer.
La USL además cuenta con los equipos de reservas y desarrollo de algunos clubes de la MLS. El New York Red Bulls II fue el campeón de la temporada 2016 al derrotar a Swope Park Rangers, filial de Sporting Kansas City, 5-1 en la final.
Con la llegada de Tampa Bay y Ottawa, la USL llegó a 31 equipos.