Esposa de “El Chapo” pide intervención de CIDH para proteger su salud y sus derechos
Emma Coronel denuncia que el capo sufre de depresión y las autoridades le ha restringido todo tipo de visitas y lo tiene aislado
WASHINGTON.- El narcotraficante mexicano, Joaquín “El Chapo” Guzmán, teme por su vida, afronta “graves” problemas de salud, y las autoridades mexicanas lo están privando de sus derechos, según denunció este jueves en Washington su esposa, Emma Coronel.
Sin escolta de seguridad y acompañada de una abogada, Coronel llegó a la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA) para pedir que la entidad realice sobre el terreno su propia investigación de la situación de “El Chapo” en la prisión de Ciudad Juárez.
“Se encuentra mal de salud y esa es la urgencia que tenemos. Está muy mal de vida por todos los derechos que le están violando en México”, afirmó Coronel en declaraciones a los periodistas a la entrada del edificio.
“Habíamos puesto una queja hace como tres meses, y vinimos a ver en que procedimiento va, cómo va todo, para ver cuándo pueden visitarlo en México, para que se cercioren de las condiciones en que se encuentra por ellos mismos”, explicó.
Las quejas de “El Chapo”
Guzmán afronta condiciones de aislamiento “en un área segregada donde no habla con nadie”, visitas infrecuentes y acortadas, llamadas telefónicas restringidas, además de que las autoridades le niegan las visitas conyugales, afirmó Coronel, una ama de casa de 27 años.
Para Coronel, no es necesario que su esposo “esté aislado para estar bien vigilado”.
La ley mexicana otorga derechos a los prisioneros, independientemente de sus cargos, pero las autoridades no los están respetando, argumentó Coronel, cuyas visitas conyugales han sido recortadas de cuatro a dos horas y las familias familiares, de cuatro horas a “45 minutos… hasta media hora”.
“Salen a decir que estamos mintiendo, que él está bien, que está sano, porque pesa exactamente igual que cuando llegó” a la cárcel, precisó Coronel, quien enfatizó que sí confía en la Comisión de Derechos Humanos de México.
Coronel señaló que “El Chapo” sufre de “depresión”, constatado por sus médicos, “debido a todos los malos tratos que está recibiendo”, además de estrés postraumático.
Según Coronel, el narcotraficante mexicano no le preocupa la extradición –aunque no quiere irse de México- ni a enfrentar la Justicia “en cualquier parte del mundo”, con tal de que las autoridades respeten sus derechos y “esté bien de salud”.
Aunque sus abogados tienen derecho a visitarlo a diario, en realidad solo lo ven “una vez a la semana”, agregó.
“El Chapo” ha dicho que “le importa su salud” y a cómo están las cosas, “para diciembre no voy estar completamente sano”, según Coronel, parafraseando a su esposo.
Siguientes pasos
La CIDH confirmó a la prensa que la defensa de “El Chapo” presentó sendas peticiones el 11 de mayo y el 1 de junio pasados, una “medida cautelar” por la seguridad física del narcotraficante y una “petición” para que se respete su derecho al debido proceso penal, respectivamente.
La entidad recibe aproximadamente unas mil solicitudes de “medidas cautelares” con carácter urgente cada año, pero carece de capacidad de recursos y personal para desplazar equipos sobre el terreno, por lo que en muchos casos coteja la información que recibe del peticionario y del Estado.
No sería la primera vez que la CIDH recibe una solicitud en nombre de un preso que presuntamente afronta situación de peligro en la cárcel.
De acuerdo con los reglamentos de la CIDH, hay tres escenarios posibles sobre la solicitud para una medida cautelar para “El Chapo”: rechazarla, otorgarla, o mantenerla como “solicitud de información”, es decir, dejar que el Estado mexicano resuelva la queja.
A la salida de sus reuniones, Coronel dijo estar optimista de que con la información adicional que entregó hoy a la CIDH -principalmente los “peritajes” y evaluación médica realizada el mes pasado- su esposo pueda recibir ayuda del organismo regional.
“El Chapo” está sometido a “tortura psicológica” mediante el aislamiento y restricciones en las llamadas y visitas a la cárcel, insistió.
Coronel vive en Sinaloa y es ciudadana estadounidense pero, según explicó, por ahora no ha pensado si se trasladaría a EEUU en caso de que el cabecilla del cartel de Sinaloa sea extraditado a este país porque, insistió, la prioridad “es su salud”.
“Tenemos que esperar… recibí una atención muy buena y me dieron mucha información (sobre el proceso). Las medidas cautelares son las que proceden más rápido”, puntualizó Coronel.